Sábado 1

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Esto comienza a ser estable, es agradable pero inquietante a la vez.
Quizá sea necesidad o quizá sea costumbre pero esto que siento es nuevo y es extraño.

Cuando el viento golpea con poca fuerza en mi rostro, se sienten mil cuchillos a la vez que atraviesan por mi garganta, un golpe brusco y fuerte presiona mi pecho y este aumenta su fuerza cada vez más. El camino es corto pero no veo la manera de llegar rápido a él, cada segundo de esto espero que valga la pena cuando por fin esta estabilidad agradable e inquietante desaparezca.
Al estar sentada con la vista dirigida a la "nada", comienza a desaparecer ese sentimiento de culpabilidad por lo sucedido, decías que la culpa jamás sería de quién la sintiera, sino de la persona por quién se sentía esa culpa pues okey eso es lo que siento. Mi piel se erizaba y mi palpitar aumentaba cuando escuchaba a esa dulce voz cantarme al oido.

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