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Apenas despertaba y tenía ganas de comer algo muy dulce, que innunde mis papilas gustativas de amor, pero la realidad era que solo tenía un paquete de ramen y unas cuantas zanahorias.

-Necesito un trabajo urgente- dije mientras arrastraba los pies al baño.

Tenía que buscar trabajo y de forma urgente, los ahorros que tenía ya casi acababan y yo aún no conseguía nada. Mudarme sola no fue tan bueno después de todo.

Dejar mi familia en Jeju para venir a Seul, y tener una mejor vida, definitivamente no está funcionando.

Ya lista con mi mejor ropa y varios currículos bajo el brazo salí del departamento en busqueda de un buen trabajo. En estos tiempos navideños no había trabajo para nadie, ya todos los puestos habían sido acogidos, pero estaba ese edificio alto, con ventanales ahumados, que necesitaban secretaria nueva, ya había pasado varias veces a dejar mi currículo, y nunca me llamaban. Tomé un poco de aire y entré a ver si podía recibir algún tipo de respuesta.

-Buenos días- dije a la rubia de tez perfecta que estaba en el mostrador.

-Buen día- dijo mientras levantaba la cabeza del celular y me sonreía de manera falsa, reconociendome al instante - oh señorita, el señor aún no decide quién será su secretaria, y ya tenemos cuatro copias de su currículo, estoy segura que él la tiene pendiente- me sonrió y volvió a la conversación que llevaba en el celular, la cual incluía unas cuantas fotos de ella desnuda y un contacto loco por recibir más.

Di media vuelta para salir de ahí, pero justo venía entrando un hombre, en traje claramente hecho a mano, con un cabello negro azabache y unos ojos profundos como la noche, inmediatamente sentí un escalofrío recorrer mi espalda, el aura de él no desprendía nada bueno, solo maldad y frío.

Me pasó por el lado y apenas me vio, sus guardaespaldas hicieron lo mismo.

-Seohyun, ¿puedes pasarme los currículos que están en espera?- la chica sonriendo con timidez se los pasa, el mismo nota mis currículos, todos en sobres del mismo color, rojo, los abre los cuatro y noto cómo sus ojos se agrandan y una sonrisa sale de momento de su boca, la sonrisa mas bella y diabólica que había visto en mi vida.

-Llama a la señorita de este currículo y pásame el teléfono- la misma tomó el teléfono para marcar mi número, yo seguía en shock, parada en medio del recibidor cuando mi celular empezó a sonar, todas las miradas voltearon a mi, saqué mi celular con las mejillas totalmente rojas, y aún siendo más estúpida lo contesté.

Clavé mi mirada en los presentes y éstos en mi, sentía las mejillas calientes, de seguro estaba tan roja como un tomate.

-¿Es usted la señorita Kang?- asenti con la cabeza mientras este miraba la foto que tenía en mi currículo -se ve mejor en la foto, debería considerar volver a verse así- su sonrisa ladina hizo que mi corazón se apretara de odio, definitivamente esas no eran palabras para alguien que quieres contratar -de igual forma no te ves tan mal, solo necesitas un poco de maquillaje y comer más, te ves en los huesos, empiezas inmediatamente, lo demás podemos corregirlo en la semana-

Tiró es resto de los currículos al bote de basura y haciendome un gesto para seguirlo se encaminó al ascensor, mi sangre aún hervia.

Definitivamente esa no es una manera de contratar a nadie.

The Killer  •Kang Daniel•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora