Sinceridad hiriente

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Lanzo las llaves en el recibidor mientras me quito los zapatos para no ensuciar la alfombra de la sala de estar. Mamá no está en casa ya que a esta hora debe estar cumpliendo con su turno en el hospital, desde la muerte de mi padre se ha dedicado a trabajar todas las horas que se le permiten, creo que es una forma de olvidar que él ya no está con nosotras y aunque está mal que se encierre en su mundo prefiero verla ocupada en su trabajo que con pensamientos que no llevan a ningún lado.

Aún recuerdo la noche en que nos dijeron que su auto se había volcado por culpa de la tormenta y otro conductor ebrio que se estampó contra él, hace seis meses que sucedió y aún no encuentro la manera de superar el dolor, pero una parte de mi sabe perfectamente que esa punzada en el pecho al recordarlo jamás se irá por completo.

Dejo mi carpeta en la mesa de centro y enciendo el televisor con el mando, Lulú se acerca corriendo y con un solo brinco sube al sofá para acomodarse a mi lado, sus rizos cafés botan cuando se sacude y me río ante sus movimientos raros. El ruido de la puerta me espanta hasta que escucho la voz de mamá avisar que está en casa seguramente después de ver mis llaves en el mostrador.

-¿Qué tal la universidad Lena?.- Pregunta dejando un beso en mi frente.

-Bien, cansada ya sabes.- Me encojo de hombros.- ¿Y el hospital?

-Agotador.- Sacude la cabeza.- No he tenido tiempo de pensar en nada.- Sé que sus palabras significan algo más aya de lo que simplemente dice así que asiento.

-Me gusta cuando lo rizas, te queda precioso.- Sacude mi cabello, guiña un ojo y se aleja subiendo las escaleras.

Tocan el timbre así que dejo de mirar al espejo para abrir la puerta, en cuanto lo hago la rama de rizos negros aparece en mi campo de visión, le sonrió para hacerme aún lado y dejar que pase a la sala. Cierro la puerta tras él rodeando el sofá y así sentándome con las piernas cruzadas en el suelo, inmediatamente Lulú se sube a ellas para acomodarse en mi regazo.- ¿Que necesitas Josh?

Saca uno de sus libros de la mochila que trae consigo y me lo enseña dándome a entender que necesita ayuda con los deberes.- Logística no es lo mío.

-Si no entiendes logística no puedes ser capaz de comprender muchas de las cosas que suceden a tu alrededor así, quedando como un torpe ignorante.- Ruedo los ojos y él me mira lamentándose por venir.- Lo lamento.

-Tu sinceridad es hiriente.

-Ya he escuchado eso antes.- Me encojo de hombros sacando un marcador de mi bolsa.

-¿No crees que te arreglas demasiado para la universidad?.- Dice cambiando radicalmente de tema.- No me mal interpretes, eres muy linda pero estas a nada de ser una abogada.

-Me van a contratar por lo que sé, no por cómo luzco. No hay que juzgar por simples apariencias, Josh.

Asiente no muy convencido. Josh no tiene problemas en como me veo ni tampoco pretende juzgarme, sin embargo teme que no logre encajar en el mundo laboral en un futuro si sigo luciendo de esta manera. Pero en mi punto de vista no me interesa como crean que debo lucir mientras yo me sienta cómoda con lo que veo a diario en el espejo, digo no es como si viviera pendiente de lo que todo mundo piensa y dice de mi.

En todo caso los chicos del campus no creen que me vea mal pues lo han demostrado infinitamente al invitarme a salir pero creo que después de rechazar a tantos se han dado por vencidos y han descubiertos que no me interesa nadie de esa manera, o se han hecho la idea de que bateo para el otro lado, aunque muchos prefieren tener la idea de que estoy enamorada en secreto de Josh y por eso los descarto, cosa que no es verdad pero que no niego para que tengan una excusa del por qué los mando a la mierda cada que tengo oportunidad.

LenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora