Prólogo • Jisung

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Jisung era un chico normal con unos padres exigentes, en lo que a estudios se trataba, por lo que acudía a una universidad privada. Su vida era sencilla. Nada interesante. De casa a la universidad y de la universidad a casa, salvando los fines de semana encerrado con sus amigos jugando a videojuegos o paseando con su novia por los parques de la urbanización donde ésta vivía.

Podría decirse que su vida era de todo excepto interesante. Para coronar su grandiosa situación, su primer año de universidad iba de mal en peor; sus notas habían empeorado lo que creaba tensión en casa, y por si eso no fuese suficiente, dudaba de la relación con su novia, Euijin. La quería, no le cabía duda de ello, pero eso no era suficiente en aquel momento.

En la preparatoria todo le parecía fácil, empiezas a salir con alguien y no piensas en un futuro. Todo era amor e inocencia. Un, ¿por qué no salir con una chica preciosa? Pensando que durará mucho tiempo y que no tendría que esforzarse por mantener la relación a flote. Jisung pensó que se había enamorado, pero, con el paso del tiempo se dio cuenta de que no, no lo estaba. Nunca lo había estado.

Y ahora, un año más tarde, no sabía qué hacer. No pretendía engañarla ni hacerle daño, pero si seguía así acabaría por ocurrir. De alguna manera supo que debía pedir consejo a Felix, su mejor amigo, quien salía desde principio de curso con un chico un año mayor que ellos, Changbin, con quien las cosas iban muy bien. Se veían como si fueran el amor de la vida del otro; Jisung quería eso. Enamorarse, sentir ''corazones'' al ver a esa persona.

Volvió a la realidad cuando Felix se apareció a su lado, riendo como si no fuese viernes y tuviesen un examen de Historia a primera hora. Lo saludó, quitando la mochila del asiento contiguo para que pudiera sentarse. En ese momento se dio cuenta de lo abarrotado que iba el autobús, ''qué raro, es viernes'', se dijo a sí mismo, pero decidió no darle más importancia y escuchar lo que su amigo le decía:

- Jisung, hey, llamando desde la tierra. -Felix sacudía una mano delante de su cara para llamar su atención; Jisung notó que su rostro empezaba a mostrar preocupación.- ¿Todo bien?

- Bueno....Después del examen te lo contaré. Ahora me importa más aprobar, no quiero otra discusión en casa.- Murmuró algo cabizbajo, sacudiendo la cabeza antes de erguirla, mostrando una sonrisa a su amigo.


Felix dejó el tema de lado, y continuó hablando sobre los apuntes y el examen, era el último que tenían por hacer antes de acabar la primera mitad el curso, y posiblemente era el más difícil para ambos.


Dos horas y media más tarde.



Oficialmente la tortura había acabado, al menos la estudiantil. El examen había sido más fácil de lo que se temía y creía que aprobaría, y eso era lo único que le importaba, ni siquiera si se trataba o no de un sobresaliente. Esperó a que Felix saliese de la clase, ordenando en su cabeza lo que le diría a su amigo. Éste no tardó demasiado en salir, haciendo uno de sus bailecitos de felicidad.

- La tortura ha acabado, Jisung. ¡Al fin! - Exclamó, dando otro salto de felicidad. Parecía un canguro, lo cual tenía su gracia sabiendo que había nacido en Australia.- ¿Qué querías contarme?

- Es sobre Euijin. Creo que ya es hora de que termine con ella...- Notó que sus palabras sonaban algo más bruscas de lo esperado, pero Felix simplemente se acercó y colocó el brazo sobre sus hombros.- Llevo meses dudando sobre si lo nuestro es ''real''. Os veo a Changbin y a ti, felices, con ganas de comeros el mundo juntos...y yo ni siquiera soy capaz de ver un futuro a corto plazo con ella.- Las palabras salían de él sin control, necesitaba soltarlo desde hacía demasiado tiempo.

- Jisung....No creo ser el mejor aconsejando, pero, háblalo con ella. Sin duda es lo mejor para ambos, y ya sabes... No puedes estar con alguien por estar. -Lo abrazó para intentar tranquilizarlo, sonriendo algo más triste.- Cualquier cosa cuentas conmigo, ¿eh?


Era lo que necesitaba oír. Por alguna razón Felix siempre sabía lo que decirle en los momentos difíciles, era el mejor amigo que podría haber pedido. Pero por lo visto, la conversación no había acabado ahí.

- Jisungie. Otra cosa. -Jisung tembló, Felix sólo le llamaba así cuando quería algo, sobre todo que no era de su agrado.- Changbin va a recitar, y no quiero ir solo....

- Iré, prometido. ¿Cuándo es?

- Hoy por la tarde.- Felix le dedicó una sonrisa algo más aniñada de lo normal, buscando que su amigo no le mirase como si fuese un bicho. Jisung resopló.-

- Vale. Pero me debes un café.


El recital.



El recital se realizaba en la facultad de Bellas Artes, en el otro lado del campus. Era, con diferencia, una de las más grandes con dos pabellones unidos por un puente cubierto, además de tener en los jardines esculturas de antiguos alumnos que habían obtenido la mejor nota de su promoción. A Jisung le parecía increíble aquella facultad, parecía la más viva de todas; su facultad, Historia, era más sencilla, incluso podría decirse que la palabra ''gris'' le hacía justicia.

Continuó su camino hasta llegar al primero de los pabellones donde Felix le esperaba para entrar al recital. Cruzó la puerta y se quedó atónito; fotografía, dibujos, esculturas... todo adornaba las paredes de la estancia.

- ¡Hey, Jisungieeeee!


Seguía ensimismado cuando escuchó que alguien le llamaba por su nombre, girándose como una peonza hasta encontrar a su amigo y al novio de éste sonriéndole y gesticulando para que se acercase a ellos. Jisung se acercó con una sonrisa de oreja a oreja, saludando a primero a Changbin para desearle suerte.

- Hola, Changbin. Suerte en el recital. -Dijo con una sonrisa, mientras estrechaba su mano, antes de abrazarlo.-

- Muchas gracias, enano. -Bromeó el mayor sabiendo que aquello molestaría a Jisung, mientras lo despeinaba.- Y....


Changbin paró de hablar por unos segundos con él, y esbozó una sonrisa. Jisung, algo extrañado se volteó, viendo como dos chicos (posiblemente mayores que ellos) se acercaban para saludar a Felix y a Changbin. No se lo pensó mucho y se dio cuenta de que serían amigos de éste último y que por eso Felix no había querido quedarse solo con ellos.

Se trataba de dos chicos altos; uno con el pelo teñido de gris plata, al que llamaron Chan, resultaba ser de último año y que conocía a Bin por su aficción al rap. El otro, un chico moreno algo más introvertido, se llamaba Minho, y estaba en tercer año de Bellas artes. Por lo que le comentaba Felix, mientras Changbin los saludaba, ese chico había sido mentor de Bin el primer año y rápidamente se habían hecho amigos.

Jisung pensó que era el chico más guapo que había visto nunca, y se extrañó de su propio pensamiento, ¿desde cuándo los chicos le llamaban la atención de esa forma? Sacudió la cabeza para quitarse aquel pensamiento absurdo de la cabeza, pero, sin darse cuenta se había ensimismado, y el chico ya estaba a su lado, intentando presentarse.

- Hola....¿Jisung, no? Soy Minho, un placer. - Extendió su mano, y Jisung se la estrechó; las manos del chico era algo más grandes que las suyas y se sentían más seguras.

- Sí, Jisung, sí. El placer es mío, Minho-hyung. - Intentó no tartamudear por lo nervioso que estaba. Se había ensimismado con un chico, y ahora, intentaba no tartamudear. ¿Desde cuándo le pasaban estas cosas?

• Where do we go from here? •  MinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora