La Examinación del "Doctor"

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Después de un rato, abrí los ojos. Estaba en un lugar horrible; apestoso. No pude evitar llevar mi mano hacia mi cabeza, sentía un intenso dolor. El guardia parado justo afuera de lo que parecía una celda de cristal me volteo a ver.

— ¡Está despierto, llamen al doctor y al detective!

En eso, apareció una mujer, híbrida también. Sus ojos rojos como el fuego que penetraban en mi ser. Se paro enfrente de mí. En cuanto sus ojos comenzaron a brillar, sentí la electricidad correr por mis venas.

— Parece que la inflamación se fue. Ya pueden interrogarlo —dijo ella mientras salía del cuarto. 

Luego, entró otro híbrido. Esta vez era hombre, pero sus ojos eran igual de flamantes. Repitió el proceso que hizo aquella mujer: se acerco, hizo brillar sus ojos y se fue. Pero esta vez, sentí oscuridad.
Me paralice y caí de rodillas. Mientras, él sostuvo mi cabeza y me miró directo a los ojos. Yo sentía mis párpados alzarse al mismo tiempo que la oscuridad rozaba mis nervios, causándome escalofríos. Él no parpadeaba, y yo tampoco. Mis ojos se secaban y mi cuerpo se enfriaba hasta que finalmente me soltó y me fui de boca contra él. 

— No es como nosotros. No pude ver mas haya de sus sentimientos —dijo el hombre una vez que se retiró de dónde yo estaba.

— ¿Qué lograste ver? —dijo el otro.

Consideré que el que me "examinó" había sido el doctor que había llamado la señora anterior. Y que éste le estaba informando al detective. Quizás era eso; o quizás yo estaba mal.

— Miedo, pánico, tristeza, pero al mismo tiempo ví mucho valor y coraje —dijo el "doctor".

— ¿Algo que consideres importante?

— Sí. Me llamo la atención esta sensación que tiene. Es como mariposas en el estómago, felicidad intensa, embobamiento.

— ¿Qué pude ser? 

— No lo sé, pero recuerdo una investigación que hice sobre el emorr. Es un sentimiento que sienten las criaturas que se parecen a nosotros...

— ¿Humanos? —dijo el detective un tanto intrigado.

— ¡Si! ¡Humanos! Es como un lazo que los une y hace que se preocupen uno por el otro.

— Mmm. Qué extraño. Un humano aquí... ¿Cómo pasó dicha rareza? Okay. ¿Algo más?

— No. Creo que no. 

— Bien. Mantenme informado si averiguas algo de interés.

— Sí.

Había escuchado la conversación. Al parecer, con sólo mirarme, leyeron mi mente, mi alma y mi cuerpo. Aunque no había logrado entender del todo esa palabra: emorr... Por la descripción que dió supuse que se refería a amor. ¿Acaso yo sentía amor? No. Jamás lo había sentido. Seguramente eso que leyó es algo que existe en todos los humanos pero que no necesariamente lo sienten. ¿Felicidad? ¿Yo? ... No podría haber estado mas equivocado.

La puerta se abrió de repente. El guardia me tomo del brazo y básicamente me cargo hasta un salón donde había un aparato extraño. Me metió en él y me amarro. 

— Vamos a ver si en verdad eres humano... —dijo el guardia—, aunque lastimosamente ese es trabajo del detective, no mío —dió una leve sonrisa mientras se dirigía a la salida.

Cerro la puerta. Entro en una especie de cuarto de control y encendió un monitor. La máquina donde estaba comenzó a agitarse violentamente y yo volví a caer inconsciente.

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