Capitulo 5

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Han pasado varios días desde la última vez que vi a Jordán, y por alguna razón me siento nervioso. Y ansioso. Quiero decir, después de lo que paso me lo e pasado de el trabajo a mi casa, y nada. No e hecho mierda aparte de eso, solo ver Tv toda la noche como un completo idiota.

Ahora, sólo quiero ver como está y si por obra de Dios, o quien sea, a desaparecido la bruja de su novia. Pero la verdad, es qué quiero verlo. No entiendo el porqué de estos deseos, pero supongo que él me hace sentir seguro...

Sonrió, sin poder creer que pensé eso. Saber que existe alguien que me hace sentir seguro es... extraño. Y agradable. Me siento como una niña de secundaria.

Entro a un tienda y me paseo por la opciones. Una vez encuentro las barras de chocolate branco con maní, sonrió y pido dos. Recuerdo que Jordán y yo discutimos con esto, cuándo me dijo que le encantaban y yo me indigne por el hecho de que considerada el chocolate blanco mejor que el oscuro.

Una vez en su edificio todo el ascensor. Me topé con Tina en el primer piso y ella me advirtió de la presencia de la Zo... novia de mi amigo en su casa. Suspire resignando y subí.

Acerco mi oído a la puerta y escucho gruñidos... no, espera. Creó que son... gemidos leves.

Las tripas se me retuercen. Una mujer tan repugnante no debería tocarlo. Pienso en irme cuando un dolor extraño me oprime el pecho y de pronto me siento como un estupido por estar aquí. Jordán tiene su vida, su hogar, su Zo... novia. Yo sólo soy el nuevo. Debería irme y dejarlos tranquilos.

Esperó un par de minutos en silencio. Sonrió.

«No pequeña Zorra. No me voy »

Toco la puerta, y cuando no abren vuelvo a tocar.

Oigo al perro ladrar y cuándo parece atrapar mi olor comienza a chillar para que abran.
Que lindo, alguien me quiere.

Pero debo dejarle claro que lo que paso esa noche no volverá a pasar, me pase de copas nene. Tendré que romper su corazón perruno. Quizás eso lo haga bajar unos kilos...
Niego mientras me río y miro con malicia cuándo alguien quita el seguro y abre. Esperó ver a novia de mi amigo, pero en segundos tengo frente a mí un par de lentes oscuros.
Espera... ¿Ni para eso se lo quita? ¿Es en serio?

Bajo mi mirada contemplado su marcado pecho y delgado abdomen donde una ligera línea de vellos se pierde entre la toalla. Respiro profundo y me digo a mi mismo no debo pensar cosas.

Él esta algo cansado y cuándo recuerdo el porqué, mi erección muere.

-¿Jack?-pregunta mi amigo juntando las cejas de ésa forma tan graciosa en él.

-El mismo. ¿Como te das cuenta si ni e hablado?-añado curioso.

-Mm... por tú olor.

-Oye, yo me bañe antes de venir.

-Y yo no e dicho lo contrario. Me refiero a tú colonia cítrica. Es muy fuerte, y disculpame, pero la odio incluso más que el olor del queso palmesano.

Entorno los ojos- Qué comparación tan agradable...

- Me la e pasado mucho contigo.

-Supongo que si. ¿Puedo pasar? Vine a visitarte un rato.

-Por supuesto, espera un momento en la sala. Me voy a dar un baño para vestirme.

-Claro. Y limpiate la pintura labial del cuello. ¡Dios, que hombre tan vulgar!- dramatizo en broma, y espero que eso oculte mi incomodidad.

Para mi satisfacción lo veo sonrojarse mucho, y sin decir nada se encamina al baño. Una vez cerrada la puerta, me siento en el sofá y esperó.

Mientras el tiempo pasa, juego un poco con el perro unos minutos, pero luego la indeseada entidad aparece, y hasta el perro pierde el ánimo y se aleja. Creó que él y yo tenemos muchas cosas en común.

Preciosa LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora