—¿Lo puedes creer? — caminaba junto a Liam por el pasillo, aún asombrada de lo ocurrido.
Luego de aquella pequeña charla con Harry, él se marchó. Había dado en el blanco, había puesto el ojo en el lugar correcto. Estaba segura que era el hombre que quería para mí, que era perfecto. Obviamente, sin contar el detalle de su orientación sexual.
¡Y volvía a eso nuevamente! ¿Por qué tenía que ser así? Existiendo tantas personas, justo Harry debía serlo. ¡Dios, tú no me querías ni un poquito!
—Te lo advertí— habló Liam —. ¿A caso no te dije que no te ilusionaras?
—Sí... ¡pero olvidaste decir que era gay! — exclamé, entrando a la cafetería.
Algunos nos quedaron mirando, quizá por mi grito, pero no me importó. Tomé una bandeja para irme directo a la cola de estudiantes. Odiaba la hora del almuerzo y cuando la empleada te miraba con su cara de amargada para, luego, tirar tu comida en el plato como si fuera mierda.
—Es tan desagradable — comenté, sentándome a los minutos en la mesa junto a Zayn.
Liam se sentó a mi lado — ¿Harry? — preguntó y rió.
—Claro que no — tomé un pedazo del pan suyo y me lo llevé a la boca — El es sumamente sexy. Deberías aprender de él...
—¿Y ser un gay? No, gracias, Elena.
Sabía que continuaba bromeando, pero me molestó lo que dijo. No tenía que recordarme ese tema tan delicado para mí.
Ok, quizá exagero, pero sí me enojó recordar que Harry era gay.
—¿Te has enamorado de alguien que es...?
—¡No!— corté a Zayn — No me enamoré, sabes que no hago esas cosas. Pero sí me atrae demasiado.
—Lo peor es que la tonta se le tiró encima — comentó Liam. Ya las ganas de matarlo iban en aumento.
—No lo hice... Sólo le hablé.
Zayn rió y también lo hice. Sus dientes de conejo me causaban gracia. Limpió su boca y me miró.
—¿Quieres acostarte con él?— preguntó
—No, bueno, sí — reí — No lo sé... Pero es homosexual, me he rendido por completo. Es más no se quedó viendo mis senos, ni piernas y menos mi trasero... Lo comprobé es totalmente gay.
—No lo tomes así. Como se hizo gay, puede hacerse hetero...
Me le quedé mirando. ¿A qué se refería?
—Espera, ¿qué?
—Eso es lo que tienes que hacer: volver a Harry heterosexual — sonrió — Si quieres que sea tuyo... pues, no tienes muchas más opciones.
—¡No le metas ideas en esa cabezota! — Liam le dio un golpe flojo, Zayn respondió con otro.
En los 7 años que llevábamos de amigos, era la primera vez que le haría caso a Zayn. ¿Por qué no? Quizá no le interesaban las mujeres, pero podría hacer que le interesen.
Apoyé los codos en la mesa y sonreí. Había dado con la solución. Harry sería mío, tarde o temprano lo conseguiría.
—¿Y qué debería hacer?— pregunté.
—No lo sé — respondió y se encogió de hombros — Yo te di la idea central, tú verás cómo lo logras.
—Si es que lo logra...— susurró Liam, pero logré escucharlo.
—¿Disculpa?— lo miré ofendida. Me estaba subestimando. Yo era muy capaz de conseguir a Harry, tanto como a cualquier otro.
—Vamos, Elena. ¿Cómo piensas hacerlo si ni siquiera le conoces un poco?
—Por supuesto que le conozco...
—Oh, claro — utilizó el sarcasmo y enmarcó una ceja — ¿Cuál es su apellido? ¿Cuándo cumple años? Datos fundamentales, querida. El chico no te conoce. Si vas y le provocas, pensará que eres una perra, tal como ayer. ¿No crees que al cerrar tu camisa y bajar tu falda te dijo algo sobre él? ¡No le gusta que le seduzcan tan pronto! Además de que no le gustan las mujeres.
Iba a responderle, pero guardé silencio. Liam, por más imbécil que fuera, tenía razón. Harry no era como todos y no llegaría a nada si iba a provocarlo como antes. No lo lograría, al menos que hiciera algo diferente. Si lo conocía y me ganaba su confianza, si lograba enamorarlo más que seducirlo... Entonces, tendría ventaja y más probabilidad de conseguir mi objetivo.
Suena horrible, pero me había puesto una especie de reto a mí misma, como una prueba.
—Te apuesto lo que quieras a que no lo logras, Harper — Liam rió de mí.
—Lo haré y tendrás que hacer mis tareas por un año... Además de darme tu auto, Payno — sentencié con total seguridad y volví a comer.