-Gritzgal, - la voz del tauren sentado a mi lado me devuelve de golpe a la realidad. - ¿estás con nosotros?
Dejo de mirar el luminoso bloque de piedra que compone el techo sobre mi cabeza y vuelvo mis ojos de nuevo hacia la mesa. En ella, un elfo de sangre, un emisario de Quel'Thalas, me observa intrigado, como si tratara de meterse en mi mente y contemplar las ensoñaciones que habían centrado mi atención durante la reunión.
Presidiendo la misma mesa, una draenei cuyo nombre aun no me ha dado tiempo a aprenderme trata de realizar un informe para enviarlo a el Exodar sobre la actual situación de la región. Pero para ello los dirigentes de Azeroth no necesitan estúpidos informes ni enviar a ineptos calientasillas arrogantes cuyo puesto estaría mejor ocupado por un múrlock sin cerebro.
Solamente les hace falta volver la vista hacia Terrallende para comprobar que nuestra situación aquí es más que precaria. Cuando Khadgar aun protegía Shattrath instaba tanto a la horda como a la alianza para que enviaran recursos aun incluso cuando Alamuerte había desatado el caos en todo Azeroth, pero todo cambió cuando Garrosh retorció la realidad y el tiempo viajando al pasado.
-Ventormenta exige la extracción mensual de acero vil y adamantita con mayor antelación que el mes pasado. - un huarguen se levantó de la mesa interrumpiendo el recuento de los ataques de ogros y naggas a las fuerzas tanto de la Horda como de la Alianza desde la última reunión. - ¡En Azeroth tenemos problemas mucho más graves ahora mismo con la Legión que unos simples ogros estúpidos bloqueando las rutas orcas en Nagrand!
El huarguen me miró fijamente a los ojos. No hacía falta que lo hiciera para darme cuenta de que ese comentario iba dirigido directamente a las constantes peticiones que yo mismo había realizado al consejo y representantes para conseguir una mayor presencia militar por parte de las grandes potencias durante este último mes.
Lo miré de soslayo manteniendo su mirada. En el pasado bien podría haberle contestado. Habría volcado la mesa contra él y nos habríamos enzarzado a puñetazos hasta que algún naaru u otro miembro de la reunión nos hubiera separado. Pero ya no. Seguía siendo ese orco combativo, de eso no cabía duda alguna, pero estaba más que harto de esas ratas que solo tienen los ojos apuntando a sus propios ombligos mientras piden a todos los que tienen más cerca que les rasquen sus culos pálidos y engalanados.
Estaba más que harto de esos nobles inútiles que no saben ni levantar correctamente el lustroso arma que cuelga de sus cintos, enquistándose de polvo y óxido en sus vainas mientras los poderosos encantamientos que las recubren son únicamente objeto de admiración en galas y cenas de alta cuna para la diversión y el deleite de otros calientasillas cuyos títulos, al igual que los suyos, habían sido heredados al nacer en una cuna en lugar de en otra.
Como orco nunca he sabido lo que es todo eso de las riquezas y las comodidades, pero viendo el resultado en esos sacos de huesos totalmente incapaces para el combate prefiero haber nacido aquí, en la antigua Draenor, y ver cómo mi especie se ganaba a pulso y por la fuerza lo poco que ahora tenemos después de haber sido usados como simples armas por la Legión, que haber pasado toda mi vida encerrado en un castillo aprendiendo lecciones estúpidas sobre el decoro y qué cubierto se usa para qué comida mientras fuera de los gruesos muros de mi palacio mi gente muere a causa de la guerra.
-Aquí las cosas no están mejor, Harold. - el elfo de sangre contestó con la misma fuerza que el huarguen sin la necesidad de alterarse ni alzar la voz.
-¡Y aun así os dejáis guiar por un orco! - aunque fuera dirigido a toda la mesa por igual, la vista de Harold acabó posándose directamente en la draenei, como si tratara de recriminarle a ella la precaria situación que llevábamos viviendo desde hacía meses.
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La larga Sombra de la Horda
FanficUna historia corta sobre una de las regiones más olvidadas por el Lore de World of Warcraft. Un fragmento hecho por un fan y jugador incondicional de la saga para otros fans enamorados del Lore, sus personajes, y un inmenso etcétera.