Capítulo 1 •Esto es Real•

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Rafaella Marquenzine•

Hace dos años a mi madre le dió cancer, lamentablemente dejo de trabajar y lo único que he hecho desde que dejé de estudiar, es trabajar de sirvienta en una casa de millonarios. Para poder pagar los gastos de sus enfermedad.

Mi madre ya no pudo pagar mi universidad. Lamentablemente ya no podía seguir trabajando por sus condiciones de salud. Durante este tiempo la he apoyado con su enfermedad y me ha costado mucho, para poder salvarla, junto con sus quimioterapias.

Lo peor de todo, es estar trabajando en la casa de los Anderson que con un solo descuido ya te están dando una patada en el trastero (literalmente). Y pues no me conviene perder el trabajo.

Cuándo tenía 5 años mi padre falleció y mi madre era la única, hasta entonces que se había dedicado a sacarme adelante trabajando duro para traer comida a la mesa. Soy su única hija y ambas hasta ese entonces nos habíamos apoyado mutuamente.
Yo no conozco a ninguna familia de ella porque nunca a querido hablar de ello, tanto como la de mi padre, nunca conocí a mis abuelos, no conozco mis primos, tíos y pues da igual.

Tengo 23 años y me encanta la vida, me gusta verle el lado bueno a las cosas, realmente siempre soñé con ser una doctora y graduarme con honores, pero las circunstancias me llevaron por otro camino.
Pero solo necesitamos un poco de tiempo para lograr lo que realmente queremos.

Y lo que dice mi madre siempre es:

"Y a pesar de la vida que llevamos, he aprendido a disfrutar cada momento"

Bien... eso ha sido pequeña parte de mi.
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Comienza a llover sin parar es de noche, no puedo salir de la casa grande por los truenos y rayos que están muy fuertes. Pero es tarde y mi madre esta sola en casa, así que decido ponerme un impermeable, tomar mi bolso y abrir la puerta de la casa, no si antes dar una vista que todo este en orden, finalmente giro la cerradura pero alguien toca mi hombro, me giro al ver que es Andrew el hijo de la jefa de la casa, quién es una maravillosa persona conmigo.

—¿Piensas salir así?— me mira a los ojos y yo hago lo mismo —Esta lloviendo demasiado fuerte, puede caerte un rayo —suelto una pequeña carcajada. Haciendo que el completo silencio que había en la gran casa se esfume.

—Si me tengo que ir—digo abriendo la puerta aún más. Desviando la mirada de Andrew

—Espera, por lo menos deja llevarte en mi auto —me mira esperando una respuesta de mi parte.

—No quiero darle molestias, joven

—Cuantas veces te tengo que decir que me llames de "tú" y por mi nombre, siempre y cuando mis padres no estén cerca —me mira sonríente

—Lo siento Andrew, ya no vuelve a pasar —le doy una sonrisa tímida.

—De acuerdo, ¿entonces qué? ¿Dejas que te lleve —arquea una ceja. En eso cae un gran trueno que me hace sobresaltar —Vez tienes que dejar que te lleve.

Pienso por unos segundos, él tiene razón. La verdad se me hace algo incómodo que él me lleve, pero ahora si es muy necesario ya que es importante que yo vea a mi madre que lleva mucho tiempo sola y eso me hace sentir una gran punzada en el pecho. Y no se porque.

—Esta bien— accedo con una sonrisa forzada.

Llegamos a mi casa, todo el camino fue peligroso, ya que con la tormenta se dificultaba ver, a pesar de los parabrisas. Yo iba muy nerviosa, hasta puedo decir que iba rezando por algunos accidentes que vimos mientras pasábamos por ahí.
Él notó, que iba muy incomoda así que me empezó a hacer reír, con cuál cualquier tontera que él decía, yo comenzaba a reírme y apretando mi estómago el cuál comenzaba a dolerme de tantas carcajadas.

Andrew es muy diferente a su familia, siempre lo he dicho, él es una gran persona como un joven demasiado atractivo, tiene 27. Él siempre me defiende de los malos tratos de su madre, lo cual me hace sentirme un poco especial. Se preguntaran porque no e huido de esa casa, es porque es el único lugar donde me pueden pagar muy bien, solo por el hecho de que la familia Anderson es millonaria. En otros lugares no recibo el sueldo que aquí, es por eso que no me he ido, a demás con los gastos muy fuertes de mi madre, me es imposible renunciar aquí, no importa que tan mal me traten, yo necesito el dinero.

Trato de abrir la puerta del auto, cuando, percibo esa voz de Andrew.

—Espera yo te abro, deberias cubrirte aún esta fuerte la tormenta—me da una sonrisa para después, salir del auto e ir al lugar del copiloto y abrir la puerta, sin dejar que yo diga alguna palabra —Listo puedes bajar —él ya traía puesto su impermeable, junto con sus botas contra al agua.

—Gracias —le doy una sonrisa, el cierra la puerta de su auto, después se gira para quedar frente a mi.

La tormenta aún es mas fuerte, así que sin más, me despido de él, noto como un brillo especial en sus ojos me miran, al verme le desvío rápidamente la mirada, haciendome sonrojar.

—Eres una gran chica —aún me mira a los ojos, esta vez mas relajados.

—Lo mismo opino de ti —le doy una sonrisa sincera, esta vez mirandole a los ojos. Noto como él se acerca poco a poco hacía mi, lo que me hace poner nerviosa. Recoje un mechón de mi cabello, dentro de la capucha que llevo cubriendome, la cabeza. Él lo pasa por mi oreja. Haciendo que su tacto, me erize la piel. Reacciono, y esta vez me despido de él, finalmente.

—Ehh... Gracias por traerme Andrew —digo nerviosa —Tengo que entrar a casa

—Si no te preocupes, no fue nada, cualquiera lo haría —dice metiendo las manos en los bolsillos de el impermeable.

—Claro que no, solo tú, porque eres diferente —le miro a los ojos, pero rápido desvío la mirada, no entiendo por que su mirada me intimida.

Él sonríe, lo cual hace mostrar todos sus dientes.

¡Joder es la sonrisa mas hermosa que e visto!

—Bueno, Bye. Nos vemos mañana —me giro en dirección a la puerta de mi casa, y oigo el sonido del motor del auto en señal de que se irá.

Me adentro en mi casa, llamando a mi madre que e llegado, pero ella no responde, dejo mis cosas en el sofá, para ir a la cocina a ver si se encuentra ahí, pero no encuentro nada, pienso que a de estar dormida que tonta soy, digo para mis adentros si es tarde. Subo a la habitación de ella, y la encuentro abierta. Camino rápido y mi corazón empieza a acelerarse.

—¡Mamá! —grito al verla tirada en el suelo, corro a ayudarla, rápidamente las lágrimas comienzan a recorrer mis mejillas. —¡MAMA! DESPIERTA ! No por favor no!!!! —grito con desesperación.

En un abrir y cerrar de ojos, voy al sofá donde dejé mis cosas, tomó mi celular y llamo a la ambulancia.

(..)
Entran los paramédicos, con una camilla, van a la habitación donde esta mi madre. Al ver que ellos no salen me entran unos nervios. Y un terrible dolor en mi corazón. Tapó mi rostro con mis manos. Derrepente veo salir un paramedico, quién se dirige hacía mi. Yo me acerco rápidamente para ver que pasa, asi que le pregunto desesperada.

—¡Por favor, digame que pasa! ¡CÓMO ESTÁ MI MAMA!

—Lo siento —....



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Primero que nada, gracias por empezar a leer. Esta es una novela corta, tendré algunos fallos y acepto críticas constructivas. ❤️

Besos:*

Amor por el día, infidelidad por la noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora