Aullidos; ns.

strange;

sleeping at last; already gone

Aquellos ojos azules parecían estar perdidos, ni siquiera podían quedarse en un punto fijo y aunque Harry intentará llamar su atención, el menor no daba respuesta en lo absoluto.

"Niall..." Styles lo llamó por sexta vez totalmente preocupado. "Dime algo, por favor."

El ojiverde miró por un segundo en dirección a James, quien estaba inmovilizado por los miembros de la manada Atkins, pero aún así el rubio se retorcía y soltaba gritos cargados de puro dolor, y eso que apenas comenzaba la transformación de su cuerpo humano no se imaginaba como lo pasaría el joven convirtiéndose en Lobo.

El Alfa volvió su atención al pequeño que tenía a su lado, quien no movía ni un músculo, simplemente parpadeaba y su vista iba de un lado a otro, no pudo percibir ninguna emoción en el menor y mucho menos pudo olerla porque extrañamente Niall ya no tenía olor alguno.

Lena, Gemma, Cody, Liam y su pareja,  Candice, la más nueva de la manada, estaban en silencio a lado de su Alfa, esperando respuesta por parte del ojiazul.

"Harry, tranquilo." Gemma posó su mano de forma reconfortante en el hombro de su hermano. "A veces tarda la transformación."

Styles sólo asintió y pasó la mano cariñosamente por la mejilla de su novio, esperaba una mirada, un respingo, un estremecimiento, ¡cualquier maldita cosa! pero no paso nada.

Niall seguía perdido y al parecer la mordida no había hecho efecto.

"Si lo muerdo de nuevo, ¿Qué pasará?" Styles cuestionó de pronto.

"Lo matarías." Lena respondió sin tacto alguno. "Tu mordida es muy fuerte, Niall no soportaría."

Harry guardó silencio, pensando en qué debía hacer, pero pronto fue interrumpido por un gritó que retumbo en lo más profundo de sus oídos, dejándolo un poco sordo y desconcertado durante un breve tiempo.

La manada Styles se apresuró a rodear el pequeño cuerpo y lo sostuvieron, sin lastimarlo, de brazos y piernas. Harry reaccionó segundos después y se acercó al cuerpo del menor, quien peleaba con todos para que lo soltaran.

Sus ojos estaban tan obscurecidos que el azul mar era casi inexistente, su respiración era acelerada y su corazón comenzó a latir a un ritmo excesivo, mientras gritaba una y otra vez. "¡Me esta matando!"

Cuando se escuchó el primero crujido, Harry rápidamente puso a la fuerza un tubo en la boca de su novio, quien lo fulminó con la mirada por tal acto. "Calma, es para que no muerdas tu lengua."

Horan se retorció aun más despues de eso.

"Niall, calmate." Harry gruñó y puso una mano en el pecho del menor. "Tu cuerpo humano va a..."

"¡Mierda!" Horan gritó nuevamente, apenas se le entendía pues el tubo le estorbaba al hablar.

Una de sus costillas se quebró, dejando el dolor más horrible que alguna vez Niall haya experimentado. Le siguieron otros huesos, dejando espacio para los nuevos que estaban por llegar y el ojiazul ya estaba apunto de desmayarse, habia dejado de poner resistencia y sus ojos nuevamente se encontraban perdidos. Las sensaciones y el dolor lo estaban abrumando de maneras que nunca creyó posibles, sentía un ardor horrible en los lugares donde estaban sus huesos rotos pero le era imposible si quiera llevar su mano hasta aquellos lugares, se sentia terriblemente cansado y lo único que quería era cerrar los ojos y nunca abrirlos.

Pero un fuerte calor lo hizo reaccionar, algo caliente estaba recorriendo todo su cuerpo, aliviando de alguna extraña manera el dolor de sus ya inexistentes huesos rotos, y pronto sintió algo crecer, que al parecer eran cosas nuevas y pudo respirar aliviado.

"Bien hecho, pequeño."  El ojiverde murmuró, con una ancha sonrisa de orgullo.

Niall apenas lo miró y se enderezó sobre las mantas, observó su alrededor confundido. Vio a un grupo de chicos a unos metros de donde se encontraba, sometiendo a un joven rubio para que no terminará huyendo, o al menos eso parecia, pero el chico cayó de rodillas y Horan reconoció de inmediato a Jack, quien se hincó frente al joven mientras le decia cosas y a juzgar por el rostro del rubio no eran buenas.

El ojiazul se levantó, sin importarle lo que dijera el ojiverde y decidió que iría con Jack. Desafortunadamente no pudo dar si quiera dos pasos, porque sus piernas no reaccionaron de buena manera y se vio así mismo con el rostro contra el humedo césped.

"Que estúpido..." Se insultó así mismo y al instante su vista se nubló, sus piernas no reaccionaron a su orden y sus brazos estaban muy cansados como para ayudarlo a levantar si quiera la mitad de su cuerpo. Se asustó. 

"Llegó la hora." Escuchó la voz del ojiverde como un eco muy lejano. "Vas a convertirte, no dejes que el miedo o el dolor te detenga, eres fuerte, más que nadie, Niall."

Al ojiazul de alguna manera le ayudaron aquellas palabras, él lo tranquilizaba.

"Hazlo ya." Volvió a escucharlo, pero ya no como un eco, esta vez lo sintió cerca, muy cerca.

Horan no sabia qué diablos hacer, más sentía algo muy dentro y lo quería sacar. Entonces comenzó, el calor volvió combinado con dolor, dejando de lado cualquier tipo de calma. Primero sus piernas comenzaron a reaccionar, pero a medida que lo hacían dolían como los mil demonios, sus manos se aferraron a la tierra y su cabeza tocó el césped nuevamente, mientras respiraba una y otra vez.

"¿Acaso no puedes?" De nuevo esa voz, pero esta vez tenía un tono burlón. "¿Eres débil? Porque todos aquí creemos que si, siempre pensamos que no lo lograrías y al parecer teníamos razón..."

"C-allate." Niall apenas pudo articular.

Pero se dobló de dolor cuando su brazo se rompió y después empezó a formarse un hueso más grande y algo deformado, eso paso con toda su anatomía. El ojiazul sólo quería que todo acabara y asi fue, después de unos largos minutos de intenso dolor la paz llegó, dejándolo tirado en el césped.

Harry se hincó a lado de Niall y chasqueo los dedos en sus orejas, reanimando sus sentidos. "Cariño, lo hiciste."

El menor abrió un ojo y miró sin ganas al ojiverde. No quería levantarse.

"Para ser un Omega es jodidamente gigante." Cody casi gritó y el ojiazul se desconcertó.

Su vista se fijó en donde deberían estar sus manos, pero lo que encontró fue una pesadilla, un par de patas cubiertas por un pelaje blanco como la misma nieve.

¡¿Qué diablos?!

Se levantó de inmediato, pero cayó al no saber manejar sus extremidades, más se levantó nuevamente y miró a todos aterrorizado.

Observó al ojiverde y a los muchachos tras él, a Jack, quien se encontraba a lado de un Lobo gris, algo más grande de lo que normalmente son y también vio a los otros muchachos que estaban a su lado, sólo reconoció a Camila.

"Niall, ¿Qué tienes?" El de cabellos castaños intento acercarse, pero el cuestionado se alejó torpemente.

Yo no te conozco.
¡¿Qué diablos me hiciste, extraño?! ¡¿Qué me hicieron?!

Harry tragó en seco, sabía que algo no había salido bien.

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