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Niall podía ver tras la ventanilla las sombras de los arboles, escuchaba el sonido del viento, la llovizna chocar contra el parabrisas y el rugido del motor a todo lo que podía dar, pero el silencio entre ellos había reinado dentro de la camioneta. Harry se había dedicado a conducir, no podía parar de darle vueltas a la situación, mientras que el omega se perdió en sus pensamientos, ni siquiera se dio cuenta cuando se había abrazado a sí mismo. 

Tenía un mal presentimiento de todo esto, no quería mantenerse nervioso porque sabía que empeoraría a Harry debido a su vínculo pero simplemente no podía ignorar aquel amargo sentimiento que le oprimía el pecho. Quería que el auto se detuviera, quería que Harry lo mirará y le dijera que todo iba a estar bien, quería que le dijera que nada entre ellos iba a cambiar ante la posibilidad de que se convirtiera en padre. 

Necesitaba los brazos de su alfa alrededor de el, deseaba sentir su calor, su amor. Tenía tanto miedo de perderlo de nuevo, de perderse el mismo, no quería ese destino.  

"Basta." Soltó Harry en un suspiró, deteniendo un momento la camioneta en el semáforo, el cual no se pudo saltar al haber muchos autos. "Pequeño, me estas poniendo aun más nervioso, por favor detente." 

La mano del ojiverde se coló hasta tomar la del menor y la apretó con cariño, Niall bajo la vista hasta sus manos entrelazadas y sonrió vagamente, le encantaba su calidez, su suave toque. 

"Lo lamento." Se disculpó, mientras acariciaba la mano del contrario con su pulgar. "Es sólo que..."

"No vamos a separarnos." Harry le cortó de inmediato y se acercó rápido para dejarle un casto y cariñoso beso sobre su frente. "No importa lo que tenga que hacer, nada ni nadie va a volver arrancarte de mi lado, ni siquiera yo mismo." 

Niall sólo pudo cerrar los ojos ante el toque suave de los labios del mayor, sintiendo una paz automática relajar todos sus sentidos y calmar aquellos sentimientos revueltos. Horan le creía, absolutamente todo lo que él pudiera decir era real y el alfa estaba siendo sincero, su omega no se merecía ni una mentira más.

Styles avanzó de nuevo, acelerando la camioneta y dejando a su Niall más tranquilo, al menos así estaría hasta que llegaran a casa. 

(...)

No había ruido alguno cuando estacionaron los autos afuera de la gran casa de los Styles, los hombres que el alfa había contratado para mantener vigilada a Sarah no estaban y se supone que ya deberían estar ahí. El vehículo del Doctor Lawrence se encontraba mal aparcado muy cerca del porche y la puerta de la entrada estaba abierta. 

"Quédate aquí." El alfa le ordenó al omega con su típica voz autoritaria pero Niall simplemente le escuchó, esperó a que se bajará y le siguió, él maldijo cuando escucho las pisadas del menor a sus espaldas pero no se volvió para alejarlo pues sabía perfectamente que no se podría zafar del ojiazul. 

Pronto se le unió toda la manada y entraron juntos a la casa.  

Había mucho silencio, únicamente podían escucharse las respiraciones pesadas de la manada debido a la situación y a que sus lobos se encontraban inquietos en su interior. Harry se detuvo en seco al comienzo de las escaleras, bastó con una mirada para pedir que se detuvieran y no dijeran nada, su oído era tres veces mejor el de los demás, a excepción de Niall, quien escuchó perfectamente la respiración pausada y un lamento a medias de alguien en una de las habitaciones en la planta alta.

El alfa fue el primero en subir, seguido por Horan y a medida que avanzaban el olor de la sangre se hacía cada vez más intenso, el omega de Niall se removió en su interior porque a pesar de tener ya algunos meses manejando su autocontrol aun le costaba mantenerse tranquilo. Styles se detuvo frente a la puerta de la habitación de Sarah y la abrió de inmediato, todo estaba hecho un desastre y el cuerpo del Doctor Lawrence estaba a un lado de la cama, con una mano en su cuello cubriendo la herida del mismo.

Aullidos; ns.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora