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Mate.
Aquí estaba yo, nuevamente frente a él, el amor de mi vida, mi alpha, mi mate. Por segunda vez esta semana luego de que Artemis sufriera un pequeño arranque la última vez, nos encontrábamos frente a frente dos familias tan distintas pero con algo en común, Artemis y yo. Mi mate se encontraba junto a Apolo Zimmermann (Si, todos tienen nombres griegos y créanme le hacen honor, esta familia esta bendecida por los Dioses) el antiguo Alpha de mi manada, padre de Artemis y por ende mi suegro, Hope mi suegra, Adonis mi cuñado y por ultimo mi cuñada y también mejor amiga Alysa.
Ellos se encontraban de un lado del escritorio mientras yo, me encontraba del otro junto a mis padres Evan y Aileen y mi hermano Andrew quien no solo es mi hermano, sino también el mejor amigo de Artemis y Beta de nuestra manada, sé que dirán que es un poco cliché pero no me juzguen yo no elegí tener como mate a nuestro alpha y no es mi culpa que mi hermano sea su beta.
Se preguntaran que hacemos todos aquí? Pues déjenme que los ilumine.
Flashback.
-Mama, papa voy a ir con Alysa por un café al centro comercial- Dije tomando mis llaves y besando la mejilla de cada uno.
-Ten cuidado hija y por favor tráeme una de esas pizzas con queso extra que siempre comes- Dijo mi madre.
Asentí y me dirigí a la puerta, pero antes de poder tocar la manilla, esta se abrió dando paso a mi hermano quien venía hablando con alguien, que, no tuve tiempo de detallar porque escuche un fuerte gruñido propio de un lobo y luego sentí como alguien me tomo de la cintura y comenzó a olfatear mi cuello. A penas me dio tiempo de abrir los ojos cuando me llego un olor exquisito, canela.
-MIA.- Fue lo único que dijo aquella voz que conocía muy bien pero que nunca había tenido tan cerca.
Lentamente fui levantando la vista para toparme con esos ojos color miel con los que más de una vez había soñado y ese cabello rubio apagado que tantas veces había deseado tocar, era el, Artemis Zimmermann estaba frente a mí, con su mano en mi cintura y su cuerpo con más de metro ochenta de altura cubriendo el mío mientras me pegaba a la pared.
Fin del Flashback.
Como les decía, aquí nos encontramos nuevamente, mis padres habían intentado explicarle más de mil veces a Artemis el por qué no me había transformado, pero el parecía no entenderlo aun y por esa razón aquí estamos por segunda vez esta semana, frente a frente.
Luego de lo que para mí, fue una eternidad, Artemis por fin poso sus ojos mieles sobre mí, aunque en estos había un brillo extraño que no había visto jamás, sentí como mi corazón se aceleró y los bellos de mi nuca se erizaron, si solo supiera el efecto que causa en mí no me miraría de esa forma.
-Oh créeme que lo sé muy bien nena y por eso lo hago.- Su voz retumbo en mi cabeza y casi grito al escucharlo.
-C-cómo es que estas en mi cabeza Artemis? -Respondí nerviosa en mi mente.
