Atraparte [PruHun]

Nueva misión

 //Lamento mucho haber tardado tanto en seguir escribiendo pero... después de más de un año, hemos retomado la historia. Espero que les guste este nuevo capítulo. Y sin más.. ¡vamos a comenzar!- //

No podía creerlo, Elizabetha aquella noche no pudo pegar el ojo debido a los acontecimientos ocurridos. Se suponía que ella estaba cumpliendo con el protocolo normal y de un momento a otro había arruinado una operación importante. La noche transcurrió lenta y no pudo si quiera pegar el ojo. Suspiró al ver los primeros rayos del sol, tendría que soportar a su nuevo superior.

Sin muchos ánimos tomó una ducha, vistió su uniforme, preparó el desayuno y luego de comer, puso marcha a la comisaría. Las ojeras que traía eran monumentales y aún así se cuadró para saludar a sus superiores.

- Vaya.. ayer me parecías mucho más bonita- Comentó el capitán Beilschmidt observando con atención a la oficial que seguía rígida, manteniendo la mano en la frente mientras el encargado de la unidad policial negaba con la cabeza.

- Basta, Gilbert, no hagas esos comentarios o lo voy a considerar como acoso. Descansa Hedérváry- Kirkland se veía impecable, a juicio de la muchacha. Él era bastante riguroso en lo que respecta a la ropa de trabajo. La castaña bajó los brazos y miró a ambos, aunque antes le lanzó una mirada asesina al albino.

- Hedérváry, los papeles de tu transferencia de departamento están listos. Tienes una copia de ellos en esta carpeta. Ahora apoyas como encubierto al capitán Beilschmidt para "compensar" el pequeño retraso que provocaste ayer. Tengo confianza en que harás un buen trabajo. Tienes buen olfato policial.- Dio un paso al frente y colocó una mano sobre su hombro, con algo de preocupación y habló un poco más bajo para que solo ella pudiese escuchar.- Solo.. espero que te midas en las situaciones de peligro para resguardar tu vida... y la de los detenidos. Tú me entiendes ¿Verdad' - esbozó una débil sonrisa porque hacía referencia directa al episodio de violencia registrado hace solo unas semanas. La castaña se volteó a mirar a su antiguo capitán y asintió en silencio. El mensaje había sido claro.

- ¿Van a cuchichear el resto de la mañana? Andando Eliza, ven a mi oficina para explicarte la situación.- El albino no tenía mayor problema en tutear a la muchacha llamándola por su nombre de pila.Para él las formalidades que utilizaba Arthur eran demasiado estrictas. A veces le recordaba a su hermano menor, él cuando era todo un caso respecto a temas de formalidad. Sin esperar una respuesta, se fue caminando hasta el fondo de la unidad policial, un lugar lejano a los calabozos y al que Elizabetha no había tenido acceso a pesar del tiempo que llevaba allí. Una vez en la oficina, un poco estrecha y sin mucho más que varios archivos perfectamente organizados y clasificados en orden alfabético, el nuevo capitán tomó asiento. La mujer iba tras de él en silencio y se quedó de pie hasta que él le indicó que tomara asiento en la silla que estaba frente a su escritorio. La mujer ahora lo podía ver con mayor detenimiento: Su cabello era llamativo pero de alguna forma se sentía sobria su apariencia. Esta vez lucía el uniforme de policía. No llevaba la corbata floja como se imaginó que podría lucir. Era completamente impecable, lo cual contrastaba mucho con la personalidad que descubrió el día anterior. Estaba absorta en sus pensamientos, concentrándose en los ojos rojos que, sin duda, era lo más llamativo del rostro que tenía enfrente que la observaba con insistencia. No se dio cuenta pero ambos se estaban analizando en silencio hasta que fue Gilbert quien decidió romper con esta dinámica.

- La verdad... pareces bastante cansada ¿Acaso la culpa te quitó el sueño?- Sonrió altivo. Al ver la actitud de la muchacha tan "correcta" se imaginó que el motivo de las ojeras que tenía era estropear una operación. La castaña abrió la boca con la intención de contestar pero él alzó la mano en un gesto por callarla.- Momento. Antes de que vayamos a interactuar quiero que quede claro algo. Vamos a eliminar toda esa cortesía de superior que nos enseñaron en la academia. No necesito alguien que se esté cuadrando delante mío cada dos por tres. Necesito a alguien que me trate como su igual en la operación ¿De acuerdo? Si entiendes esto, entonces puedes hablar.- Ahora su mano hizo un pequeño gesto que daba a entender que podía proseguir.