30 días con el

vacaciones

Jos Pov's

Al terminar de bañarme y vestirme salí de mi casa para ir ala hacienda de doña heidi.

Iba a regresar a mi labor cuando una camioneta con vidrios polarizados paso a toda velocidad junto a mi casi llevándome con ella. Se detuvo en la entrada de la hacienda y de la camioneta bajo un señor todo elegante, traje gris y lentes de sol, su cabello rizado me hizo pensar que probablemente fuese el hijo de elena sin embargo él era más bajo de estatura. Entro ala casa y la curiosidad pudo más conmigo, juntarme con hanna me estaba haciendo daño se me estaba pegando lo curioso.

Entre por la cocina y pude escuchar como heidi llenaba de besos al señor.

—No sabes cuánto me alegra verte por aquí.—lo abrazo una vez más

—¿Y las niñas?

—_____ no tarda en llegar, hanna está terminando de arreglarse

—¿Y mi madre?

—Aqui estoy hijo.—elena apareció y lo saludo de beso.—¿Cómo estás isra?

—Bien madre, me alegra verte

—A mi también hijo

—¡PAPÁ!.—El rostro de hanna irradiaba felicidad. Bajo corriendo y se lanzó a los brazos de su padre

—Hola cariño

Por lo poco que sabía el no veía mucho a sus hijas, supongo que por eso esta tan feliz. No quería separarse de él.

—Te extrañe mucho

—Yo más cariño, y adivina qué

—¿Que?.—Pregunto

—Vengo por ustedes para ir a disney, me ha contado un pajarito que quieres ir

—Si.—hanna brinco de alegría y repartió besos por toda la cara de su papá.—¿Cuando nos vamos?

—Hoy mismo si quieres, anda ve a preparar tus maletas

—Hanna ve a tu habitación por favor.—interrumpio elena

Hanna miró a su abuela y sin rechistar corrió a su habitación

—¿Que pasa mamá?

—¿Tienes tiempo para ellas?

—Por supuesto ma.—se quito los lentes y mostró una sonrisa arrogante, mire sus ojos eran igualitos a los de _____.—Siempre tengo tiempo para ellas

—Hablo en serio, la última vez recibiste una llamada y las ignoraste durante dos horas

—No será así mamá, lo prometo

—Hanna esta pequeña aun y no quiero que lastimes sus sentimientos, ella te ama

Retrocedí un poco y salí de ahí.

Llegue a los establos y acomode las pajas, mi celular comenzó a vibrar, ni siquiera quería mirar la pantalla por que ya sabía quien llamaba, después de cinco llamadas conteste

—Al fin te dignas a contestar.—escuchar la voz de rebeca ya no causaba efecto en mi, o quizá si «desesperación»

—¿Que es lo que quieres?

—Te extraño jos, necesitamos hablar

—Rebeca por que no entiendes que ya acabó todo, ya no quiero hablar contigo

—Solo una última vez, por favor

Solté un suspiro pesadamente

—No me hagas a cambiar de número por favor, ya no me llames más.