El día más horrible de su vida también era el más hermoso. Y es que ese día habían pasado un montón de cosas que odiaría recordar, pero que crearon el momento que siempre había aclamado con su corazón.
Todo era culpa de un pecoso peliverde.
Comenzó más o menos unos días antes de San Valentín. Esa era la fecha especial de todas las chicas, porque era cuando revelaban sus sentimientos a los chicos. Agh, Katsuki había odiado esa festividad por años, ya que a ella no le gustaban los hombres, y le molestaba el hecho de que sus amigas la dejaran de lado por estar pensando en hacer chocolates.
Bueno, Katsuki ciertamente odiaba la festividad, y pasaba de ella como si fuera cualquier otro día odioso.
Ahora que estaban en la preparatoria, sus amigas no habían logrado ir a la prestigiosa escuela en la que quedó, así que sus amistades habían cambiado por completo, a excepción de su viejo amigo Izuku.
Odiaba a Izuku, pero no podía evitar amarlo también. Y cuando las nuevas chicas de su salón se fijaron en él, ella ya no podía simplemente ignorar lo que pasaba.
Jamás se habían metido con su amigo, y justamente ahora a las chicas les había gustado. Definitivamente no eran unas cualquieras como sus otras amigas, ellas sí tenían buen gusto.
—¡Yo quiero hacerle unos chocolates a Todoroki Kun! —decía Momo, sonrojada mientras empuñaba sus manos.
—Yo le haré unos chocolates a Deku kun —decía la chica la chica de mejillas regordetas.
—Sí, Midoriya es muy lindo. Yo le haré a él y a Kirishima kun —acompañaba la de piel rosada.
Y así, todas sus seis compañeras se habían puesto de acuerdo en hacerle qué a quién, coincidiendo más de una vez con Izuku.
—¿Y tú Kacchan? —preguntó la más pequeña del grupo, la de ojos grandes.
Katsuki no había planeado ser parte de la festividad ese año, pues jamás había hecho nada al respecto. Pero ahora no podía quedarse atrás, tenía que declararse de una vez y evitar que Izuku se fuera con otra.
—Yo... —pensó. Ella conocía muy bien a Izuku, así que tal vez le alegraría más algo diferente—. Le haré unas galletas a Deku —sentenció, con el ceño fruncido. Todas sus compañeras festejaron, ya que Katsuki solía ser muy cerrada y gruñona a esos temas.
Pero ellas no sabían que Katsuki estaba enamorada de Deku... Si no, ni siquiera hubiesen pensado en decir que le harían chocolates frente a ella.
Aún quedaban tres días para que llegase el proclamado día.
Katsuki no tenía ni la menor idea de cómo hacer unas galletas.
Pensó en preguntarle a su madre, pero pasó, ya que le haría mas burla de la usual con Deku.
Investigaría en internet, pero no era muy buena siguiendo las reglas de una receta. Necesitaba ayuda de alguien. Creyó que no era buena idea pedirle a las chicas ayuda, sería vergonzoso.
Cuando estaban en la hora del almuerzo, miró a Satō y creyó que él podría ayudarla. Ese chico era bastante alto y masculino, probablemente a simple vista nadie se enteraría, pero era bien sabido en su salón que le gustaba la repostería.
—Oye, más al rato te veo, espérame —dijo la rubia cuando todos estaban por irse a sus lugares comenzando la clase. Él la miró extrañado, pues Katsuki no era alguien que se dirigiera casualmente con él.
—¿Eh? Claro —sonrió cálidamente y se sentó en su asiento.
Así, a la hora de salida él la esperó en la entrada. Ella llegó bastante tarde, pero ahí seguía él amablemente, con una sonrisa.
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Las galletas de Kacchan
FanfictionWonderDuo | KatsuFem Era San Valentín, y Katsuki decide hacer algo que nunca en su vida habría pensado hacer. Con ayuda de un experto, horneará unas galletas para el tonto de Deku.