CAPÍTULO 2

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Un mal presentimiento rondaba la mente de Adam. Que su padre lo mandase a llamar en media clase no podía significar nada bueno y que cruzó su mente fue Rony. ¿Acaso ya lo había metido en alguno de sus problemas?

Al intentar abrir la puerta de su oficina se encontró con el seguro puesto, por lo que concluyó que tal vez estaba ocupado. Se recostó a la pared y cruzó sus brazos.

Tras unos segundos, la puerta se abrió. Una mujer con paso firme y un hombre alto salieron sin siquiera notar al chico a su derecha. Rápidamente se esfumaron y Adam decidió entrar.

Al asomarse de repente, chocó con un cuerpo. Pensó en disculparse, pero al notar de quién se trataba se limitó a fruncir el ceño confundido. Carlee se quedó quieta por un segundo, sin expresión alguna, luego pasó a su lado chocando su hombro sin ningún cuidado.

Adam la siguió con la mirada hasta que salió de su vista. Inevitablemente se cuestionó el motivo de su reunión y si las anteriores personas eran sus padres. Sacudió su cabeza y recordó a lo que iba.

- Hola papá. 

- Adam- levantó la vista de su computadora y le señaló el asiento.

- ¿Hice algo malo? La verdad no sé que hago aquí- comentó con precaución.

- No - la presión en su pecho disminuyó- sólo necesito un favor tuyo- se tornó serio- Hoy es el aniversario de tu madre y yo. Tengo una reunión importante al salir, no puedo cancelar y no tengo tiempo para comprarle algo. Necesito que lo hagas por mí, no sé, comprale una tarjeta, un vestido bonito, flores. Lo dejo en tus manos, mientras parezca que yo lo hice.

- ¿Me hablas en serio? ¿Quieres que engañe a mamá?- respondió entre una mezcla de incredulidad y enojo. 

- Mañana la llevaré a comer o a alguna obra. Será solo en esta ocasión.

Adam se tragó sus propias palabras.  Sentía una rabia terrible, pero tratándose de su padre prefería pasar de confrontarlo.

- Bien, ¿eso es todo?

- Si. Puedes retirarte- Adam se puso de pie y caminó hacia la puerta.

El resto de la mañana el humor de Adam estuvo por el suelo. Al contarle lo sucedido al resto, lo comprendieron. Wendy le ofreció almorzar en algún lugar apartado y hablar sobre el tema. Adam aceptó, hablar con ella siempre lo relajaba.

Decidieron ir detrás de los baños más apartados, donde nunca solía ir nadie debido a una estúpida historia de terror que alguien había inventado hacía dos años. Comieron en silencio, algo que no brindaba el comedor. Al terminar, Adam recostó su cabeza en el regazo de Wendy y se desahogó por al menos una hora.

Tenían una relación muy linda. Antes de gustarse fueron amigos y siempre tuvieron una conexión única. Ella tenía una forma de ser muy especial y con simples palabras lograba calmar a cualquier persona que tuviese un problema, sin importar el tamaño.

Conversaban con tranquilidad cuando escucharon una voz seguida de un portazo. Alguien estaba en los baños y su tono de voz no transmitía felicidad.

Parecía una discusión al principio, la rapidez de sus palabras y el eco no dejaban entender nada de lo que decía, pero unos segundos después los gritos se transformaron en llanto.

Ambos se pusieron de pie y en susurros debatieron sobre si era correcto ir o no. Finalmente decidieron que sí.

Con Wendy al frente, entraron a los baños y tocaron la puerta.

- Hola, ¿estás bien?- preguntó Wendy con cautela. Todo quedó en silencio- Solo queremos ayudarte. Soy Wendy y junto a mí está mi novio Adam.

Esperaron por otros segundos una respuesta, pero esta nunca llegó.

- Mira, no le dire...

- Lárguense los dos- respondió una voz firme y seca.

- Confía en nosotros, no escuchamos tu conversación pero se nota que estás mal.- comentó Adam.

Un ruido se escuchó dentro y de pronto la puerta se abrió. Ambos se sorprendieron al ver el rostro de Carlee.

- ¡Les dije que se largaran!- grito molesta y empujó a ambos para salir del pequeño espacio- Me importa una mierda lo que piensen, déjenme en paz. Estoy bien, no necesito un sermón de un par como ustedes.- terminó de decir y dejó el lugar a toda prisa.

Adam y Wendy quedaron allí, perplejos. 

- Ahora entiendo a Rony- comentó Adam.

- Eso no me lo esperaba- respondió  Wendy.

- Bueno, lo mejor será dejar el tema en el olvido y dejarla con lo suyo.

- No amor- se volvió Wendy en su dirección- mamá me ha contado que algunas personas con problemas se ponen a la defensiva porque sienten que así se protegen, pero esas personas si necesitan la ayuda y la desean, solo no saben cómo abrirse a recibirla.

- ¿Quieres que nos acerquemos a ella luego de esto?

- ¡Si!- se armó de un repentino entusiasmo y sonrió- Vamos a ayudar a esa chica juntos.

Adam se limitó a mirarla escéptico. Eso no sonaba como un buen plan.
...

Gracias por leer.
Besos.

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