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Sentada en ese banco gris mis lágrimas nublaban mi vista mientras el viento me envolvía en un abrazo frió como el hielo. Mi pecho dolía y sentía que me faltaba el aire.

El sentimiento de soledad, de estar solo sin estarlo, es como ir ahogándote poco a poco hasta dejar de respirar.

Escuchando una canción que me estremecía solo aumentaba el dolor, pero me aliviaba al mismo tiempo. Es fascinante como algo que te salva puede destruirte de igual manera. Sentirse solo es como dejar de respirar pero no morir. Muerto en vida. Vivo y muerto. Hay tantas maneras de decirlo pero nada se acerca a la realidad. La oscuridad te consume y no hay nada que puedas hacer. ¿Tan solo resignarte?

Conocen la sensación de caminar entre la gente escuchando una canción a todo volumen y mirar alrededor y sentir que el mundo a tu alrededor está adormecido. Tu avanzas rápidamente y los demás sólo son simples personas que van pasando tratando de que no te noten. Es como ser un fantasma.
Sentirte sola aunque estes con tus amigos o familia, gente que te demuestra que te quiere pero no es suficiente. El hueco que atraviesa tu pecho junto con el vacío siguen ahí. No se detiene.

"Es caminar por el infierno en la tierra. Y justo así me sentía en estos momentos."

Ahora que ya no estaba con migo sentía un vacío que hace doler mi pecho, y para consolarme pensaba en que ahora no sufría ni padecía ningún dolor, que se reúne con el amor de su vida y su hija y que juntos cuidarán de mi.

Tres semanas después pienso en los bonitos recuerdos y aunque duele aún se que él quiere verme sonreír y así lo haré, por él y por mi.

Inah y yo hemos pasado mucho tiempo juntas invirtiéndolo en hacer cosas creativas y aveces sólo tiradas por algún lugar de mi apartamento viendo algún programa o serie.

Hoy es jueves y aún no hay señal de Jimin. No lo he llamado porque no creo que sea lo correcto.

Hoy iría a caminar por Seúl con Inah para despejarnos y pasar un rato agradable. El día estaba hermoso y no había pronóstico de lo contrario. No había mucha gente en el parque así que pudimos escoger el lugar que quisiéramos. El viento soplaba suavemente y se sentía una atmósfera pacífica.

—¡Inah! Ven deja de alimentar a esos patos. Ya fue suficiente.
— ¡Voy!
— ¡Rápido que no puedo poner la mantaaaa!
— Si, si. Ya.
— Ayúdame con ese lado. Ponle la canasta encima para que no se vuele.
— ¡Listo! Ahora a comer.
— ¡Espera! Hay que tomar fotos.
— Pocas porque muero de hambre.

Después de tomarnos cientos de fotos comenzamos a comer. Hablamos y escuchamos música. Luego comenzamos a soplar burbujas que unos niños nos dieron para que nos uniéramos a ellos. Jugamos por un par de horas. Estábamos muertas de cansadas para ese entonces, así que nos recostamos en nuestra manta. Esos niños tenían mucha más energía que nosotras. Ya estaba obscureciendo así que ya nos disponíamos a irnos, pero algo nos llamó la atención. Algo además la del cine improvisado que se hiba a hacer allí, más bien fue alguien.

Sentí como si me hubieran lanzado por la cabeza un cubo de agua fría. Sabía que no debía pero simplemente no puedo evitarlo. Se veía tan feliz aunque estaba con ella. La que le hace mal, que ironía.

—Dearim ah...
— Vámonos.

"Algunas veces puede doler y parecer que no hay salida, pero esto es lo que te llevará a tu destino."

Creo que fui un poco ingenua al pensar qué tal vez algún día yo podría gustarle. Esta claro que aún la ama y yo no puedo ir contra eso. Me gustaría saber hasta donde llegará esto. ¿Porque Jimin está tan amarrado a ella? Que no ve el daño que le hace. Acaso a ella el le importa? Tal parece que ella creo al Playboy que todos pintan cómo Park Jimin.

Esa noche me senté a mirar por la ventana de mi cuarto. La noche estaba un poco fría y silenciosa. Fuera de mi ventana había gente caminando unos felices y otros preocupados. Mientras yo pensaba en Park Jimin y ese beso en la mejilla. Ese rose que fue capaz de dejarme sin palabras. Park Jimin. Todo se resume a ti.

Eran las 11:45pm y yo no podía dormir. Miraba el techo mientras escuchaba como se movían las manecillas del reloj de pared. Nada. Simplemente la imagen de hace dos días no se hiba de mi cabeza.

Me disponía a ir a buscar un vaso de agua cuando escuché golpes en mi puerta y unos pequeños quejidos.

— ¡Daerim ah! ¡Ingrid! ¡Ábreme!

Y allí estaban mis problemas echos persona.
— ¡Jimin! ¿Que te paso? ¿Porque tienes sangre en la cara? Ey! No te desmayes por favor. Háblame, mírame.

Tan pronto abrí la puerta chillé del espanto. Jimin estaba todo golpeado y a punto de desmallarse.

— Daerim ah. Vamos a dormir. ¿Mnm?
— Jimin espera. No me abrases porque no puedo caminar coopera conmigo estás muy mal. Por favor.
Para ese momento ya no se movía más. Se había desmayado en mis brazos y en cualquier momento caería al suelo junto con el si no lo llevaba al menos al mueble. Tenía mucho miedo de que tuviera una
herida aún peor. Y estaba en lo cierto. Al recostarlo en el sillón noté mis manos llenas de sangre, y al mirar su abdomen entendí porque. Tenía una herida en el costado, la cuál estaba ensangrentada. Mi sangre se congeló y entre en pánico.

Mi cabeza dio vueltas y mi pecho dolía. Debía de llevarlo al hospital cuanto antes.

— ¡Taehyung! ¡Por favor!-mis palabras no salían correctamente pues mi respiración era inestable y el llanto no cesaba. — ¡Ven a mi apartamento ahora! Jimin está herido...sangre. Por...favor. Auxilio.
— Tranquilízate me pongo los zapatos y voy a tu apartamento.

Cuando Taehyung llegó corrí a donde el y nos llevamos a Jimin al auto para ir al hospital. Por el lobby todos nos miraban y si es así ahora no me explico como no fue así antes y llegó a mi apartamento sin ser visto.

En estos momentos sólo rogaba por su vida.

Resiste Jimin.

Llegar al cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora