•Ella solo quería tener una familia tranquila, sin problemas y terminar su carrera.
•El, solo quería volver a recuperarla, o mas bien dicho recuperarlas, sabia el error que cometió, jamas se perdonaría el no volver a verla.
•Ellos querían estar junt...
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"He creído que mi amor bastaba para los dos"
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Omnisciente.
-No lo entiendo- explica la joven pelirroja al borde de las lagrimas.
-No hay nada que entender- reprocha el joven algo irritado.
La dura escena revela como cuando mas cerca estamos de un buen comienzo de vida, todo puede derrumbarse. En la pequeña sala de el hogar Martin, la joven pareja pasaba por uno de los momentos mas duros que podían tener.
-¿Por que me haces esto?- ahora desesperada la mas joven de los Martin, lloraba desconsoladamente.
-Eres tan tonta para explicártelo- escupe el joven de cabellos negros, alejándose del sofá donde yace la hermosa joven pelirroja para dirigirse a la puerta.
-Pero...- la joven reunió todas las fuerzas que le quedaban y con un hilo de voz hizo la peor pregunta de todas -¿Ya no me amas?-
Y para su desgracia resivio la peor respuesta
-Ya no- susurro el joven de cabellos negros con un nudo en la garganta. Claro que la amaba ¿Como no hacerlo? -¡Ah! Por cierto- el joven giro a verla -Quédate con el anillo- escupió tan secamente que el mismo se creía esta mentira, dando paso a abrir la puerta principal y salir de esa casa lo mas rápido posible, antes de arrepentirse de lo que acababa de hacer.
Y, al otro lado de la puerta, Cheryl Martin, simplemente quito de su dedo el anillo que, según ella había sellado el compromiso de amor eterno, y paso a derrumbarse ante la situación.
"¿Y ahora que haré?" se preguntaba la pelirroja llorando en el sofá.
Ella esperaba contarle una noticia alegre a su prometido, no que terminara el compromiso. Ella esperaba con ansias ese momento, que deseaba fuera feliz, pero resulto el mas amargo de su vida.
Y por si fuera poco, los tres platos que había puesto en la mesa, junto a la pequeña prueba rosa al lado de la botella de vino tinto, nunca se utilizaran para la sorpresa.
