Y yo me quejaba de mi vida

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Núria empezó el relato mientras que yo atendía con mis cinco sentidos para no perder detalle, hasta los ocho años todo fue bien mis padres tenían trabajo y se amaban mutuamente cada día, sin embargo una tarde de octubre, llego mi padre con el rostro sombrío y apagado, y con el llanto a punto de asomarse, dijo con una voz tenue que lo habían despedido de aquel taller mecánico, entre gritos se quejó de tantos años de su vida desperdiciados porqué la faena había bajado y tenían que recortar personal, pasaron varios meses y con el sueldo de mi madre no llegabamos a fin de mes y mi padre seguía buscando trabajo, hasta que en una tarde empezaron a discutir por las diversas facturas y mi padre harto de aquella situación, salio por la puerta dirección a bar, lo veía alejarse por la ventana, de repente me despertó un gran escándalo, ocasionado por mi madre al ver a mi padre borracho y sin casi poder mantenerse en pié, la pelea fue encendiendose por momentos hasta que se acabó la pelea con el sonido de la palma de mi padre golpeando el rostro de mi madre, sin mediar palabra los dos, mi padre pidio disculpas y con un hilo de voz y protegiendose el rostro mi madre aceptó las disculpas y se dirigió a la habitación en silencio. A la mañana siguiente fui a ver a mis padres en el comedor y estaban los dos desayunando en silencio, y a mi padre no se le veía ni una pizca de culpabilidad, pasaron los días y aquélla situación quedó en el olvido, hasta pasada las dos semanas, esta vez mi padre era el enfurecido con mi madre, ya que esta le estaba regañando porqué había vuelto del bar borracho, y las cuentas decaían cada vez más y más, entre grito y grito volvió a ocurrir lo indeseado, esta vez no fue sólo un guantazo sino una serie de golpes, y yo sintiéndome impotente decidí actuar, me puse en medio de los dos pidiendo entre llantos que por favor parase y antes de poder hacer nada, estaba sintiendo los golpes interminables de alguien que decía ser mi padre, cuándo alce la mirada mas allá del maltratador vi a mi madre sangrando y llorando que por favor me soltase que sino me mataría, cuando por fín se cansó, dijo con aire de superioridad y orgullo que se iba a dormir que estaba muy cansado, al oir cerrarse la puerta mi madre me llevo a urgencias con sus ultimas fuerzas, y cuando ya estuve estable oí decir al médico que mi madre había fallecido debido a las diferentes lesiones sufridas y por el desangramiento, al terminar de oir aquellas palabras algo dentro de mí se rompió y sabía que nunca iba a recuperarse del todo, de ahi pase de família de acogiada en família de acogida, hasta que con diecisiete años di con el que sería hasta ahora mis padres, me hice rápidamente amiga de mi vecino y para que conociese a sus amigos organizó una fiesta, cuando me abrieron pude a ver a un grupo de unas quince personas bailando y bebiendo, mas o menos pude integrarme y en medio de la fiesta dos amigos me dijeron que subiese al segundo piso donde están las habitaciones, cuando entre el aquella habitación oscura alguien me puso un trapo en la boca y otro me ataba de piernas y manos, y aunque llorase y gritara con todas mis fuerzas, nadie me oía a causa de la elevada música y con los ojos encharcados me violaron entre los dos, cuando acabaron la faena entro Víctor, mi vecino y al ver aquélla escena se enzarzó en una pelea con los dos sujetos, cuando acabo me llevo al hospital, desde ese entonces nunca volví a sonreir como antes, de ahí faltaba a clase, mentía a mis padres y me di a las drogas y al alcohol, al principio solo fue marihuana, pero con el paso del tiempo ya no me evadia como antes, y probe con cosas mas fuertes y cuando me di cuenta ya estaba enganchada y me encontraba sumergida en aquel pozo sin salida, y hasta ahora llevo así, he intentado dejarlo ciento de veces pero siempre recaigo.

Solo una más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora