La Mentira

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Lo más sensato sería alejarme de él , poner distancia antes de que vuelva a salir dañada de una relación inexistente por una de las partes, pero no puedo, quiero seguir manteniendo y disfrutando de su presencia en mi vida. Estaciona la moto en frente de la fachada de mi casa, bajando de ella para después mirarlo.

— Ewan... ¿ Como ha ido la charla con el director ? — desde que se lo llevó enfadado a su despacho he querido saber que ha ocurrido allí dentro, saber que castigo le ha impuesto por pelear con un compañero.

— Me han expulsado durante una semana del instituto — mi boca se abre con verdadero asombro tras escuchar sus palabras.

Era consciente de que el castigo impuesto sería duro, pero jamás pensé que sería una expulsión disciplinaria.

—Puedo hablar con el director, contarle que la pelea fue por culpa del otro chico el cual me empujó y me hizo caer al suelo... — me siento culpable, ya que él lo único que hizo fue defenderme y ahora está pagando las injustas consecuencias.

— Una semana sin tener que pisar el instituto... Para mi no es un castigo, es un jodido regalo... — sus palabras golpean fuerte mi pecho, ocasionando que las impotencia se apodere de mi.

Durante una maldita semana no veré su moto estacionada en el aparcamiento del centro, no lo veré deambulando por el instituto, no estará para protegerme, no podré ir en su busca para que cure mis emociones mágicamente y no podré hacer el trayecto hacia casa junto a él. Se que lo voy a echar de menos, más de lo que Ewan jamás sabrá. Mi vista se queda clavada en un punto de la larga carretera mientras pienso en su futura ausencia, sabiendo que se avecina una semana complicada para mi.

—Me tengo que ir. Nos vemos pringada — parpadeo unas cuantas veces cuando llega su voz ronca a mis oídos viendo como se marcha a gran velocidad de aquí, dejándome con las ganas de decirle lo mi mente piensa y mis labios se niegan a decirle.

Intente distraer mi mente viendo series y películas a través del televisor, intentando en vano alejar su sonrisa de mis pensamientos. Incluso en mis sueños el estaba presente, soñando con Ewan y la chica pelirroja, despertando de golpe y sofocada gusto en el momento en que ella se montaba en su moto y él la llevaba a su casa. Costandome el volver a conciliar el sueño con el miedo de que mi mente volviera a recrear esa imagen en mi mente. No puedo seguir así, no puede avanzar a paso gigantescos mis sentimientos hacia Ewan, por llegará el día en que me enamore locamente de él y vendrá el sufrimiento.

La mañana en el instituto esta transcurriendo con lentitud y aburrimiento. El único aliciente para estar un poco más motivada en el día de hoy es que es viernes, lo que significa que viene el ansiado fin de semana y la inauguración del bar de copas de Ryan. Si soy sincera no me apetece estar en un antro rodeada de gente que seguramente parezcan que han salido de un permiso penitenciario de las peores de las cárceles, pero el poder estar con Ewan, y sobretodo después de lo que ocurrió el último sábado que salimos me hace desear con ansias que llegue esta noche. El sonido que emite el reloj me hace mirar hacia el, viendo como la aguja se va moviendo y cada vez falta menos para que suene el timbre anunciando el fin de las clases. Mis brazos están apoyados en la mesa, y mi cabeza entre ellos, pasando desapercibida mi postura relajada ante el profesor. Es lo bueno de sentarse en la última fila, que puedes fácilmente desconectar de la teoría sumamente aburrida que está implantando el profesor. Mi mirada va hacia la ventana, mirando a través de ella el gris aparcamiento, sintiendo una sensación de vacío en mi pecho cuando no veo su moto negra estacionada allí. ¿ Que estará haciendo ahora? Seguramente estará reunido junto a los demás miembros del grupo en algún parque, hablando, riendo y bebiendo mientras yo estoy pensando en él . El sonido del timbre me hace dejar de mirar por la ventana para recoger mi mochila y salir de allí hacia el exterior de este sitio. Ando lentamente, arrastrando los pies en cada paso que doy. El saber que no haré el trayecto junto a él me hace ir desmotivada, sin prisas para salir al exterior del centro como hace unas semanas atrás.

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