Capitulo 2

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Cuanto mas me acerco a la zona del impacto mas destrozos encuentro en el bosque, como si algo muy grande hubiera pasado por encima.

En un momento del camino me percato de lo que puede ser un cuerpo tirado detrás de dos robles caídos, decido ir en dirección hacia el cuerpo con una flecha tensada en el arco.
Cuando me acerco lo suficiente puedo ver claramente que es un soldado... Pero hay algo raro en sus orejas, es... Es un elfo, todavía sigo un poco confusa de exista algo así, le toque las orejas y pude notar que son reales. Por lo frío que esta el cuerpo deduzco que lleva mas de un día muerto.

Hay un rastro de sangre que lleva al claro de donde emerge la columna de humo, supongo que se defendió contra su agresor.

Al entrar al claro aprecie una niebla bastante densa, a través de la niebla se podía distinguir algo de grandes dimensiones, me quede sin aliento al verlo.
Un dragón que podría tragarme sin ni si quiera masticar. Tenia un gran orificio, lo suficiente grande como para pasar por el, que le atravesaba la garganta.

Sus escamas negras, que al reflejo del sol lucían rojizas, se veían impenetrables. No puedo imaginarme que pudo atravesarlo.

A mi alrededor veo muestras de que ha habido una batalla de desmesuradas dimensiones. Advierto que hay mas soldados elficos que humanos, al parecer mis paisanos salieron victoriosos del combate, aunque no sin incontables bajas.
Busco señales de a donde han podido dirigirse, sin mucho éxito. Lo que he podido averiguar, gracias a los escudos, es que los elfos residen en una montaña.

Inspeccionar el campo de batalla me a costado bastante mas tiempo del que creía por culpa de la pierna rota, aunque tengo que decir que me duele mucho menos que esta mañana.

Empieza a anochecer, estableceré un campamento a las afueras del campo de batalla, no sé por que pero me siento rara desde que entre en este sitio, como si alguien me estuviera observando. Recojo algo de madera y enciendo una hoguera, la verdad que no me he dado cuenta hasta ahora del frío que hace. Noto como poco a poco entro en calor. Cuando iba a examinarme mejor la pierna me percate de que había alguien escondido entre la maleza observándome, seguí con lo que estaba haciendo como si no me hubiera percatado de mi observador. Cogí mi arco como si fuera a examinarlo por si se encontraba bien para después sacar una flecha y apuntar a mi observador.

- Muestrate, no me obligues a disparar -dije, en un tono tan duro que me sorprendió hasta a mi.

Mi observador salio de entre las sombras sin decir palabra. Me sorprendió ver de quien se trataba, solo era un niño humano que tendrá como 10 años.

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