1. La Marioneta Que Muerde

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Sobre el armario, en la parte trasera del taller de mi padre -anteriormente de mi abuelo y si quiero, algún día mío-, hay una marioneta. No es ninguna novedad porque es un taller de marionetas. Pero a diferencia de todas las demás, esta marioneta está encerrada en una vitrina. Y lo que me ha enloquecido toda la vida es que la vitrina no se abre. De niño me tocaba quitarle el polvo y puedo asegurar que no tiene puerta, cerradura, ni bisagras. Es un cubo sólido que se construyó en torno a la marioneta.

Para sacar la marioneta, o en palabras de mi abuelo, para "liberarla", se tendría que romper el vidrio.

Pero eso no es recomendable para nada.

La maldita tiene un aspecto despreciable; es una especie de zorro muerto viviente con atuendo de cosaco: sombrero de pelaje y botas de piel. Su cabeza es el cráneo real de un zorro: hueso amarillento, sin adornos salvo por los ojos en las cuencas, los cuales son de vidrio negro y están insertos en dos párpados de piel, demasiado realistas como para permanecer tranquilo a su lado. Sus dientes tienen el filo de las puntas pequeñitas de una navaja. Tal parece que quienquiera que la haya hecho no creyó que los dientes de zorro tuvieran el filo... suficiente.

ㅡ ¿El filo suficiente para qué? ㅡJiMin, mi mejor amigo, quiso saber la razón la primera vez que lo invité a mi casa en Ceský Krumlov.

ㅡ ¿Para qué crees? ㅡle respondí con una sonrisa escalofriante. Era la víspera de Navidad. Teníamos quince años, se había ido la luz debido a una tormenta y mi hermano Lucas -así lo llamaban- y yo habíamos llevado a JiMin al taller alumbrados sólo con una vela. Lo reconozco: queríamos asustarlo.

Nos iba a salir el tiro por la culata.

ㅡ ¿No la hizo tu abuelo? ㅡpreguntó fascinado, tenía la cara pegada al cristal para verla mejor. A la luz de la vela, la marioneta se veía aún más maniaca que de costumbre, los reflejos parpadeantes en sus ojos negros hacían creer que nos estaba contemplando.

ㅡ Jura que no, dice que la atrapó ㅡrespondió Lucas.

ㅡ ¿La atrapó? ㅡJiMin repitióㅡ ¿Y en dónde atrapan los abuelos... a zorros muertos vivientes disfrazados de cosacos?

ㅡ En Rusia, desde luego.

ㅡ Por supuesto.

Es el mejor cuento de Deda para antes de dormir, el más aterrador, el más taquillero, y eso es decir mucho porque Deda tiene muchos cuentos, cada uno totalmente verídico. Siempre dice: "Si miento, ¡que un rayo me parta en dos!", y ningún rayo le ha dado el gusto. Además, para cada historia presenta "pruebas". Recortes de periódicos, artefactos, chucherías. De niños, Lucas y yo estábamos convencidos de que en 1586 Deda había escapado de un golem aniquilador (tiene un bulto de barro petrificado que más o menos tiene la forma de un dedo gordo del pie), había cruzado la taiga para cazar a la bruja Baba Yaga a petición de Catalina la Grande (que le otorgó la medalla de la Orden de San Jorge por tomarse la molestia) y, sí, había acorralado al zorro no muerto vestido de cosaco mientras éste saqueaba una bodega en Sebastopol hacia el fin de la Guerra de Crimea. ¿La prueba de esta aventura? Bueno, aparte de la marioneta, tiene una cicatriz en los nudillos de la mano izquierda.

Porque ésa es la historia. La marioneta... muerde.

ㅡ ¿Cómo que muerde? ㅡpreguntó JiMin.

ㅡ Si le metes la mano a la bocaㅡrespondí como si nadaㅡ, muerde.

ㅡ ¿Y por qué le meterías la mano a la boca?

ㅡ Porque no sólo muerde ㅡbajé el volumen de mi voz hasta susurrarㅡ También habla, aunque sólo si dejas que pruebe tu sangre. Le puedes preguntar algo y te responderá.

Noche de PASTEL & MARIONETAS [ADAPTACIÓN CHANBAEK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora