Él: Carpe Noctem

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Considero entrar al baño para ver el pergamino en privado, pero la puerta es visible desde la sala y Cinzia me sigue mirando con los ojos entrecerrados, así que salgo del teatro. Está nevando. Me detengo en las escaleras para ver el volante que le llamó la atención a Baekhyun hace rato.

Ya no está.

Era una hoja roja en cuyo borde inferior había números de teléfonos. En su lugar hay una hoja de papel blanca con un margen irregular. ¿Arrancada de un cuaderno? No tiene líneas de guía, así que es de un cuaderno de bocetos. Justo en el centro hay algo escrito con letra diminuta. Me tengo que acercar y entrecerrar los ojos para leerlo. Dice:

Mira con resplandecientes ojos de entusiasmo el mundo que te rodea porque los mejores secretos siempre se ocultan en los sitios menos esperados.
Los que no creen en la magia nunca la encontrarán.

Roald Dahl

Y lo comprendo, sé que es para mí. Un mensaje. ¿Qué se supone que debo ver? Miro a la calle y lo único que percibo son siluetas con la cabeza gacha que se apresuran entre la nieve. Nadie me llama la atención. Se vislumbra una franja de río como la oscuridad en el resquicio entre dos edificios, las luces del castillo proyectan un resplandor en el cielo, que se agazapa sobre la ciudad. La nieve es polvo ligero que se arremolina con las ráfagas de viento, como un baile de El Cascanueces. Si hay algo específico que deba ver, no sé qué es, aunque sé que tengo los ojos bien abiertos. No estoy seguro de que brillen por mi entusiasmo, en cambio el mundo sí.

Desprendo la hoja, con cuidado de no romperla, le despego la cinta y la enrollo para guardarla en el bolsillo junto al pergamino. Después cruzo la calle corriendo para meterme al pub, en donde ni siquiera pido un trago ni me siento. Espero no demorar mucho. Saco el pergamino de mi chamarra, desato el listón de satín negro y lo desenrollo.

Y ahí está.

Un dibujo hermoso de un rostro hermoso. Sus ojos grandes y castaños están bien abiertos y miran impacientes. Aunque no sonríe, tampoco está serio. No es esa mirada vudú que hiela la sangre. Es cálida y me está mirando. Es decir, queda claro que es un dibujo (si él lo hizo, y asumo que así fue, es muy talentoso), sólo que es un dibujo para mí y parece lanzar chispas como si estuviéramos haciendo contacto visual. Con el contacto visual, la intensidad de las chispas se debe a..., no sé, a la química, lo que sea que signifique. Hay grados de energía y hormigueo, según los ojos en cuestión, y aunque el dibujo es una representación en grafito de sus ojos, hay energía. Hay hormigueo.

Al principio sólo veo una cara, pero después me doy cuenta de qué estoy viendo. De lo que me ha dado. Su cara está al centro y el resto está lleno de diagramas: calles y puntos de referencia, dibujados con esmero y señalizados. Lo primero que se me ocurrió al ver el pergamino atado con listón fue que parecía el mapa de un tesoro. Y lo es.

Es el mapa de un tesoro. ¿Y el tesoro? Ahí está, en el centro de la hoja, la X marca el sitio.

Baekhyun es el tesoro.

Presiento que es una broma, que es obra de alguno de mis amigos, aunque lo descarto. Ninguno de mis amigos sabe dibujar. Además, ninguno sabe que quiero conocerlo. Nunca lo he mencionado por temor a que se comporten como adolescentes fuera del escenario. Y no creo mirarlo fijamente. Quizá cuando nadie me mira.

No, debe ser real.

Así que reacciono con torpeza, como cuando recibes buenas noticias en compañía de desconocidos: los miras sonriendo como idiota, ellos te miran y no sonríen como idiotas; casi quieres contarles, contarle a alguien. Te dan ganas de enseñarles la hoja y decir: "El chico que me gusta me dio un mapa para llegar a él".

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⏰ Última actualización: Dec 15, 2022 ⏰

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Noche de PASTEL & MARIONETAS [ADAPTACIÓN CHANBAEK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora