Un momento lleno de amargura, aunque lo vivía de una manera diaria sentía pasar su vida de forma efímera. La envidia que sentía por los humanos normales era lo que la mantenía viva, también el deseo de que su príncipe pronto la viniera a rescatar.
Mary miraba al techo como si hubiera algo interesante ahí, como si el imaginar a Seto en cada minuto en el que estuvo con ella le mantuviese con esperanza, ¿Esperanza? ¿De qué? Ella sabia que nada podía hacer, ni siquiera reiniciar el mundo, era confuso. La esperanza si era lo último que moría después de todo.
Fuera de aquel lugar que tenía fachada de hospital psiquiátrico se encontraban cuatro chicos, tal vez con un poco de temor pero al ver que no había ni una sola persona vigilando, todos entraron.
Utilizando el poder de Hibiya se dieron cuenta que no había nadie solo tres personas, un chico y una chica en un cuarto en la planta alta y una pequeña niña como la describió el castaño, en una parte más abajo del sótano.
— Hay que separarnos para terminar esto rápido —. Sugirió Kano con una seriedad inusual en él, al escucharlo todos asintieron con la cabeza. Ene y Shintaro se fueron en busca de Mary, Hibiya y Kano fueron a donde se encontraban Seto y Kido.Hibiya guiaba a Kano por los pasillos, ambos iban en silencio hasta que Shuuya habló. — Oye ¿Viste si mis hermanos están bien? — dijo con aquel típico tono cantarín.
— Si te refieres a si no están mutilados o muertos, supongo que sí.
Afirmó con tono temeroso.
— Realmente me asusta que digas eso, ¿Pasá algo malo?
— La verdad no lo entiendo, la chica esta triste, tiene un semblante apagado. El joven... — intentó contener sus lágrimas lo cuál al tratar de reprimir sus sollozos, llamó la atención de Kano quien lo miro con preocupación.
— Él no se mueve... — agregó aferrándose al brazo del rubio.
— Vayamos rápido, hay que asegurarnos de que pasa — intento ocultar su miedo pero de alguna forma no podía.Ambos corrieron al último piso, se aseguraron de que la puerta no estuviera con seguro y la abrieron con inseguridad y miedo de lo que pasaría.
Shuuya levantó el rostro lentamente, tenía ganas de correr y abrazar a sus hermanos aun así se sentía preocupado por lo que Hibiya dijo. Al mirar de frente, en aquella habitación divisó a Kido quien le veía incrédula.
— ¡Idiota¡ ¿¡Qué diablos se supone que haces aquí!? — una muy molesta Tsubomi alzó la voz para hacerle saber que estaba mal que estuviera en un lugar tan peligroso, sin embargo él no hizo siquiera caso a lo que la chica decía pues se limitó a correr a abrazarla.
— Había soñado tanto con esto, quería encontrar a ambos... Realmente yo puedo vivir en paz ahora que están conmigo, después de dos años yo lo logré.Al parecer a Kido se le ablandó el corazón con las palabras de Shuuya y el como se aferraba a ella cual niño pequeño, pues lo abrazó de vuelta acariciando sus despeinados mechones de cabello.
— Shuuya, de alguna forma lo hiciste — rió con resignación.
— ¿S-seto está bien? — preguntó aún con voz temblorosa el rubio.Kido se alejó un poco de el y le sonrió de forma triste, luego asintió con la cabeza, se acerco a Kousuke que estaba acostado en una cama, lo movió un poco para que viera a su hermano.
— Kousuke, despierta que tenemos visita —. Kido le insistía moviéndole.
— ¿Kido? — volteó a verla, al hacer ese acto divisó a las otras dos personas que se encontraban en la habitación, eso hizo que se levantase rápido.
— K-ka... Kano... — articuló apenas pues su notable emoción lo había dejado incapaz de hablar.
— Seto, también extrañe lo llorón que eres — Shuuya se acerco a la cama para abrazar a su hermano que empezaba a llorar desconsoladamente.
Ambos hermanos unieron a su hermana a aquel abrazo, y es que no era para menos ya que ellos habían estado separados por mucho tiempo y no solo eso también después de dos años de obscuridad incierta, hoy se abría un pequeño camino de luz por que al fin estaban juntos "los héroes de ojos rojos".---★---★---★--★
Ene y Shintaro caminaban hacia el sótano, ahora que lo recordaban aún no estaban seguros de donde estaba la reina, ya habían revisado pero no encontraban ningún rastro, se volvía difícil, hasta que encontraron una habitación que ciertamente despedía un olor desagradable, algo andaba mal y lo sabían.
— Shintaro... No hay necesidad que entres, yo sola lo haré —. Añadió una sonrisa tratando de parecer convincente.
Antes que el reaccionara ella abrió la puerta para luego entrar y cerrarla detrás de si.Lo que encontró tras esa puerta, jamás hubiera pensado encontrarlo. No lo soportó, no entendía, sus lágrimas comenzaron a salir mientras aún intentando ahogar sus gritos no pudo.
Se escuchó un grito desgarrador dentro de la habitación, eso asustó a Shintaro, inmediatamente entró sin medir consecuencias.
Lo que vio a continuación era la escena más dolorosa que hubiera presenciado, se tiro al piso en un shock momentáneo ya que no quería creer lo que veía.
Shintaro se acerco a aquel cuerpo que yacía en medio de la habitación, el cuerpo tenía marcas, le habían mutilado a ese pequeño cuerpo delicado. Aún cuando estaba ya en estado de descomposición el muchacho abrazó el cuerpo mientras lágrimas gruesas comenzaron a deslizarse por su rostro, se escuchaban sollozos seguidos de gritos incomprensibles o carentes de sentido, un solo un nombre era lo único entendible.— ¡MOMO! ¡MOMO! — gritaba el mayor de los Kisaragi.
Continuará:
Solo me voy a disculpar por la tardanza y eso, joder primera vez quee duele de verdad matar un personaje. :'c
Hasta la próxima zombies.
Usagi Suzuko
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Una realidad obscura.
FanfictionY en esta obscuridad en la que vivo atada al recuerdo de aquello que ya no esta, espero volverte a encontrar. El siguiente fic se centra en la vida de Ene que a pasado su vida en un hospital psiquiátrico por culpa de sus padres que no le creen que...