A Chanyeol le gusta demasiado Rilakkuma y solamente quiere encontrar el amor en alguien que no lo crea un loco sin remedio por ello. Chanyeol podría ser un poco tonto, un poco ciego y demasiado despistado para no verlo claramente.
«Déjame ver si...
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En medio de la sala de estar, al interior de la casa de Oh Sehun, se hallaban él junto a Jongin, observando detenidamente a Chanyeol. Este último sentado tranquilamente en el sofá frente a ellos, como si nada fuera de lo normal estuviera sucediendo.
Ambos le habían lanzado sus peores insultos momentos previos, cosa que el más alto no lograba comprender ¿Cuál era el mal que él había hecho?
—¿Me pueden explicar cuál es el problema? —rompió el silencio, ciertamente incómodo, que se había formado.
—¿Cómo que cuál? ¡Acabas de rechazar a un bomboncito! —espetó Jongin, prácticamente gritando.
Sehun lo miró, levantando la ceja derecha.
Jongin prosiguió: —... Es lo que diría si encontrara atractivo a un hombre. Cosa que no sucede, porque soy heterosexual.
Sehun ahora rodó los ojos, negando ¿Heterosexual? En esa casa no había un gramo de heterosexualidad, incluso él era capaz de admitir que le interesaba uno de los amigos de Baekhyun.
—No tenía idea de que fueras hetero —respondió Chanyeol —, pero da lo mismo, yo quiero salir con Rilakkuma, no con Daehyun o cómo se llame.
—¡Baekhyun! —corrigió Sehun —. Chanyeol, vas a morir solo. Rilakkuma no te ama, acéptalo, vive con ello y sal con Baekhyun.
—¿Cómo que no tenías idea de que era hetero? —decía Jongin, conflictuado consigo mismo, sin realmente ser escuchado por el otro par.
Sehun rebuscó en el bolsillo de su pantalón, y sacó de ahí una pequeña hoja de papel. Se trataba de la misma que Baekhyun le entregó unas horas antes y que contenía su número telefónico. Él ya había agendado al chico, pero guardaba la nota para dársela a Chanyeol.
—Llámalo —le ordenó.
—No lo voy a llamar — tomó el papel, sin siquiera mirarlo, y lo guardó en su bolsillo.
Jongin gruñó, y sujetando a Chanyeol por los hombros, comenzó a sacudirlo repetidas veces adelante y atrás. «¿Acaso no parezco hetero?» reclamaba en su mente.
—Hazlo —insistió Sehun —, sal con él una vez y si no te gusta para nada, te encierras en tu cuarto con osos y olvidas el asunto.
Chanyeol sopló pesadamente.
—Dame una buena razón.
—Porque no quiero que críes gatos durante tu vejez.
—Primero que nada, no deseo salir con él. En segundo lugar, los gatos son preciosos, Sehun.
—Desearías si supieras que es el maldito oso —farfulló Kai, logrando volver su mente al tema inicial por el cual estaban ahí.
Chanyeol alcanzó a oírlo, sin embargo, no le parecía convincente.
