El Tren que se aleja.

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Tomé el primer tren que paso a estas horas de la noche. Pagué lo que tenía que pagar y me subí.

Viendo las luces que pasaban rápidamente por mi ventana, no pude evitar pensar en todo lo que dejaba atrás... Todo lo que alguna vez quise.

"La vida da vueltas" me había dicho mi padre años atrás. "Me gusta mi vida" le había contestado, y él solo supo contestarme con una forzada pero orgullosa sonrisa.

El tren iba vacío. El silencio reinaba en el vagón, pero si me concentraba podía escuchar la respiración del hombre que dormía filas atrás. Yo no podría dormir, hay mucho en que pensar. Mi mente se agobiaba y se angustiaba con los distintos recuerdos que la atacaban: mi señora sonriendome al llegar del trabajo, mis hijos jugando por la casa, incluso las patas de mi perro que se posaban en mi al yo llegar.

Mientras el tren avanzaba, yo me alejaba.

Me alejaba de mi familia, siguiendo esta tentación de subir me al tren.

No pasó más de una hora cuando me dí cuenta del error más grande de mi vida. Decidí bajarme del tren y subirme a uno en la dirección contraria.

No es bueno dejar muchas cosas atrás, porque uno no puede evitar mirar al pasado cuando ya no se tiene mucho futuro.

Llegaré a mi casa y será para quedarme.

Inspiracion, va y vieneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora