- No... -masculló. –No puede ser. No puede ser –repitió.
Salió de su casa dando grandes zancadas. Miró el cielo: era luna llena. Ni bien la luz de la luna lo iluminó, éste empezó a mutar, a transformarse. Una súbita energía se apoderó de él, haciendo que aúlle de manera estruendosa. Uno por uno, los vecinos que se hallaban en casas aledañas salieron y empezaron a mutar también.
- ¿Qué sucede, mamá?
- No lo sé. Quédate en donde estás.
- ¡Estaba durmiendo! ¿Qué demonios sucede?
- ¿Qué pasó?
- ¿Ya es luna llena?
- ¿Qué sucede, hombre? –preguntó un lobo con voz rasposa.
- La guerra –respondió el primero en salir.
Todos quedaron callados. Un lobo con una cicatriz en el ojo se acercó.
- Deja de bromear, viejo. Con eso no se juega.
- ¡Que no juego, maldita sea! –espetó. -¡Es la guerra! ¡La guerra misma!
- ¿Cómo lo sabes?
Acto seguido le mostró el mensaje en el intercomunicador. Leyó en voz alta:
"Quédense en donde están. Protejan a los suyos. Si ven algo, avisen al Grupo Especial de Lobos Armados. Enviaremos a los nuestros. Esto no es un simulacro. Repito, esto no es un simulacro.
Jeremiah Lightwood
Primero en Mando
Sacramento, California"
- ¡Maldita sea! –refunfuñó otro lobo.
En medio del tumulto, una sirena empezó a sonar a lo lejos. A muchos se les erizó el pelaje y fueron a resguardarse. Sin embargo, los más valientes se quedaron en su lugar, expectantes.
- Billy, ¿qué haremos? –preguntó el de voz rasposa.
- No lo sé, Tuck.
- ¡Deberíamos actuar! –dijo el de la cicatriz.
- ¿Y qué pretendes hacer, Gray? ¿Quieres que te maten acaso?
- ¡Claro que no! ¡Pero si lastiman a los nuestros, seré yo el que los mataré a ellos!
- William Warehouse, Tucker Memphis y Grayson Bunjee.
Se dieron vuelta, de pronto. Un hombre con una cazadora negra y una bandana roja en su cabeza los observaba, relajado, sonriente.
- ¿Quién eres? –preguntó Billy.
- Oh, solo un don nadie que quiere hacer preguntas.
- ¡Más te vale que sea rápido o te arrancaré la maldita cara! –dijo Gray.
- Oh, tranquilo, lobo –dijo, levantando las manos. – ¿De qué lado están?
Todos se miraron.
- ¿A qué te refieres? –dijo Tuck.
- En el G.E.L.A. quieren mezclarnos –dijo, a la par que se convertía en lobo. –con la raza humana. Incluso con las brujas, las hadas, los vampiros y sólo Dios sabe qué otras cosas más –hizo una mueca, mostrando los dientes. –Es una abominación. Estamos preguntando barrio por barrio de qué lado están, es por seguridad.
- ¿Qué sucederá si no compartimos los mismos pensamientos? –preguntó Billy.
De pronto, al entrevistador se le pusieron los pelos de punta, agachó la cabeza y mostró los dientes.
- ¿Cómo puedes no pensar como los nuestros?
- Es sólo una opinión.
- ¡Pues al diablo tu opinión! –dijo y se abalanzó sobre él.
Tuck y Gray fueron a su encuentro, y lo atacaron a la vez que Billy tomaba fuerzas y se abalanzaba sobre él. En un momento, Billy se puso arriba de él, colocando amenazadoramente su boca cerca de su cuello.
- Es cierto lo que dicen.
- ¿Qué?
- Los más callados son los peores. Los que menos aparentan ser peligrosos, en realidad lo son.
- ¡Muérdelo de una vez por todas, Billy! –gritó Grayson.
- ¡Sí, hombre! ¡Hazlo! –dijo Tucker.
En vez de matarlo, le dijo.
- Te guste o no, vamos a seguir pensando así. Y si Jeremiah quiere reclutarnos para pelear de su lado, pues lo haremos. No necesitamos que un don nadie que se ofende al menor cambio aparezca de la nada e intente persuadirnos de entrar a la legión de Nenitos De Mamá Ofendidos INC. –Tuck y Gray rieron. Billy aflojó el peso, pero no se apartó. –Déjanos en paz, que te puedo asegurar que somos más en cantidad y mucho más inteligentes que los tuyos.
Acto seguido, se apartó del todo.
- ¿Cómo te llamas, cobarde?
- Que te jodan.
Y se marchó.
YOU ARE READING
IV. Moonlight Shadow: The War Begins.
WerewolfEn un intento por conectar a todas las especies humanas, no humanas y mestizas del mundo en el famoso G.E.L.A. de Sacramento, California, Aberforth decide que es tiempo de cambiar algunas reglas de la Institución. Como todo cambio, esto genera probl...