La Amour è le miroir | Taegi | Yoontae

Le miroir

En una extraña casa, habitaba un joven de cabellos blancos como la Luna, el cual se dedicaba a ver un espejo.

Todos en la ciudad decían que estaba loco, no entablaba conversación alguna con nadie. Su vida era un misterio.

Todo comenzó en aquella noche de invierno, cuando lloraba sin consuelo en el suelo, apoyado sobre el azulejo de mármol hasta quedarse dormido.

El teléfono seguía sonando, pero él no se molestaba en contestar, dejaba que el sonido de la llamada resonara como un eco por la habitación.

Y con sus ropas blancas y ojos cerrados, creía escuchar una melodía provenir de algún lugar. Asustado se incorporó, mirando hacia todos lados, tímido y frágil como un diente de león triste.

De repente volteó hacia aquél espejo dorado y su corazón casi se detuvo al escuchar una voz provenir de él.

—Hola —saludó, Yoongi aún no podía verlo, pero sabía que había alguien ahí.

Yoongi no dijo nada, retrocedió, sus piernas temblaban.

—¿Quién eres tú? —preguntó con temor y voz temblorosa.

En ese momento una figura delgada, parecía una persona, de eso estaba seguro, era un chico de cabello café claro, del color del café con leche.

—Soy Taehyung. ¿Tú quien eres? —preguntó, en su voz había cierta curiosidad.

—Yo soy... Yoongi —el castaño sonrió.

Yoongi comenzó a dar vueltas en la habitación mientras se llevaba las manos al cabello.

—Debo estar loco, yo... Estoy viendo cosas...

—No estás loco. Soy real.

Yoongi lo miró, asustado.

—Y no te preocupes, tampoco soy un fantasma. No voy a lastimarte.

Yoongi bajó la mirada.

—Todos lo han hecho. ¿Cómo puedo creerte?

El castaño no dijo nada pero lo miró con tristeza y se sentó, abrazando sus rodillas.

—¿Te gusta la noche? —preguntó de repente, Yoongi se acomodó frente a él.

—¿La noche? Sí. Me gusta mucho —Taehyung rió. Pero su risa era muy dulce, era como la risa de un niño.

—A mi también. Hace tiempo yo solía ver la noche todos los días. Me enamoré de ella.

Dijo en ese instante. Yoongi lo miró.

—¿Y qué sucedió?

—Aún sueño con volver a verla, y a la Luna, contarles mis secretos a las estrellas, ver a los árboles mecerse con el viento. Fui feliz sin darme cuenta y extraño mucho volver a vivir de nuevo.

Yoongi comprendió esas palabras. Miró al suelo blanco y tibio y después miró a Taehyung, quien miraba un punto fijo.

—¿Tu crees que soy malo? —preguntó, ocultando su cabeza entre sus brazos.

—Claro que no. Solo estás confundido.

Taehyung le dedicó una sincera sonrisa, sus ojos estaban cristalizados.

—Te contaré un secreto —dijo animado, Yoongi se acercó a escucharlo— Hace tiempo esta casa pertenecía a una pareja de casados. Yo los observaba alegre, me gustaba escuchar sus historias y me entretenía con sus conversaciones. Pero... Un día su esposo tuvo una pelea con ella, donde quiso romper el espejo.