C i n c o

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(...)

Al día siguiente, tuve la esperanza que  Jungkook apareciera entrando al salón y saludando a todos con una agradable sonrisa pero no, el muy idiota falto a clases y así se repitio durante toda una semana.

Hasta que finalmente se digno a aparecer.

Era Lunes, nuevo día, nueva semana, nuevos cambios. Pensé que todo iba a mejorar pero estaba errada. Ese día Jungkook era otro.

Al pasar los días él cambio completamente, casi era un desconocido para mí.

Su popularidad aumento tanto en lo académico como social y especialmente en las chicas de grados mayores y menores o hasta de otros colegios venían a buscarlo.
Él ya no me hablaba, aunque casi nunca hablábamos. Ya no me felicitaba cuando le ganaba en algunas materias. Ni siquiera se acercaba a mí, tan solo él paraba con su grupito de amigos populares y creídos y obviamente rodeado de chicas que perdían la dignidad y que a él, le alimentaban el ego.

El Jungkook de antes desaparecio y yo solo observaba y observaba y no decia nada ni hacia nada.

(...)

—Señorita Song, ¡Señorita Song!—moví y halze mi cabeza rápidamente.

—¡Si profesor Han!

—Ya que esta tan concentrada en mi clase, ¿Qué le parece si me responde una pregunta? —trague saliva.

—¿Quién creo la maquina de vapor?

Gire mi cabeza hacia los costados en busca de un ser amable se apiade de mí y me de la respuesta.

¡Que malos son!

En vez de ayudarme, mis compañeros empezaron a cuchichear y a reírse, en voz baja, de mí.

Si hagan como que no los escucho, pensé.

Mis manos empezaron a sudar, no sabia la respuesta.

—¿Señorita Song? Estamos esperando su respuesta —agache mi cabeza.

—Lo siento, profesor. No volverá a pasar.

—Lo siento, señorita. Hace un momento me dijo lo mismo cuando la encontré durmiendo en las escaleras —todos empezaron a murmullar mas que antes— Al parecer hoy a descansado mucho. En la tarde se quedara a hacer la limpieza correspondiente al aula. Por favor sientese.

Genial, me hizo pasar vergüenza y ahora tengo que limpiar el salón yo sola. ¿Acaso este día no puede ser mejor?.

—Disculpe, profesor

—¿Si señor Jeon?

—Yo le podría ayudar a la señorita Song a hacer la limpieza.

—¡¿Qué?! ¡No! —grité levantandome de mi asiento, todos voltearon a verme— digo... yo puedo hacerlo sola—dije para volver a sentarme, con las mejillas sonrojadas.

—Lo siento señor Jeon, la limpieza solamente le corresponde a ella. Sera su castigo.

—Con todo el respeto que usted se merece. No creo que sea adecuado dejar a una dama encargada de la limpieza de un salón completo y peor aún sola. Creo que necesitara ayuda.

—Tiene razón señor Jeon.

¿QUÉ? NO NO NO NO.

Iba a protestar, pero el profesor me interrumpió.

—Pero lamentablemente no se podrá cumplir su petición.

—Uff... —dije votando un gran suspiro.

Voltee a mirar a Jungkook y él tenia una cara hecha furia. Ja, me rei a mis adentros, sonreí.

No se en que momento pasó que no pude aguantar mas la risa y me empezé a reir escandalosamente.

—¡Señorita Song!, ¿quiere que le aumente el castigo?

—No profesor —dije aguantando la risa.

El profesor se volteo y empezó a escribir en la pizarra, yo empeze a copiar en mi cuaderno lo que él escribía. Hasta que algo golpeo mi cabeza. Voltee furiosa a mirar quien era el responsable de esto, nadie.

Al voltear, para regresar la mirada al frente, me di cuenta que había una hoja arrugada de papel. Supongo que fue la responsable de mi leve dolor.

La tomé y la abrí lentamente, decía:

Esto NO se quedara así.

Supuse quien la mando.

 『Egocéntrico』» jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora