STAGE 2: BROKEN

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Desde hacía tiempo el nombre de Lee Jeno resonaba por toda su casa. Que si "Jeno es tan guapo", "¿Han visto el nuevo coche de Jeno?", "Las fiestas de Jeno son las mejores".

Los labios de Donghyuck, Herin y yoojung estaban saturados de ese nombre. Incluso su nueva madre era consciente lo genial que era dicho chico. Su padre se añadiría a la lista si no se encontrara atestado de archivos, juntas de media noche, reuniones inesperadas y su más reciente esposa, la bella y castaña señora jung. No podía culparlo, antes cualquier tiempo libre se lo dedicaba a él, ahora su padre merecía un poco de felicidad fuera del estrés que la paternidad individual le acarreaba.

Inclusive si hacía meses la única atención que recibía era para saber si seguía vivo.

—¡Oigan! Pásenme un poco de kimchi.

—Renjun, ¿Estabas ahí?

El bowl para kimchi se encontraba vacío, con suerte había alcanzado un poco de guiso y arroz.

—Esta bien, iré a la cocina por más.

—¡Niños, apúrense se hace tarde!

—O tal vez no —susurró para si mismo con sus hermanastros empujándole para llegar a tiempo a su primer día de clases. —¡Iré caminando mamá, quiero conocer el vecindario!

—¡Suerte cariño! Me marcas cualquier cosa bebé.

Recibió un tierno beso en la mejilla, tan ajeno al amor maternal que no se le pasó por la cabeza revisarse una ultima vez en el espejo para retirar las huellas de labial de su rostro. Aquello no era prioridad cuando el rugir de su estómago se hizo presente. Terminó de servir su comida con algo de kimchi que encontró en el frigorífico. Probó un poco y eso bastó para deformar su expresión, jamás entendería el amor coreano por ese curtido de sabor tan raro.

El trayecto fue calmo. Naturalmente llegaría tarde así que no midió tiempos y se concentró en los detalles. Notó que el aire olía bien, y que era mucho más fresco que el de Beijing. En esta ciudad al menos podía ver las casas en la lejanía sin que todo pareciera grisáceo y opaco.

—Hola, buenos días me llamo Huang Renjun —una de las ventajas de ser nuevo y extranjero en un instituto tan grande era que la excusa de perderse en la inmensidad de los pasillos era creíble.

—¡Aburrido!

Cerró instantáneamente los ojos cuando una bola de papel mal envuelta le dio directo en la frente. Todo el salón era muy ruidoso. El profesor parecía querer calmarlos fracasando en el intento. Un total y absoluto caos. En esos momentos realmente deseo haberse extraviado entre ese colegio de verdad y estar en el salón incorrecto. Él estaba cómodo en su coreano, que lo hayan metido con el salón más problemático sólo por ser extranjero no le parecía justo pero para quejarse debía venir su tutor y aquello no era posible por el momento, ni en ningún otro momento.

—Toma asiento por allá, Lonji

—Es Renjun —soltó en voz baja en dirección hacia donde el profesor Park le había indicado.

—¡Oye Leeteuk no quiero compartir asiento!

—¡Es park, profesor Park!

—Profesor Pwark no compartiré asiento con el nuevo, me niego.

Ignorar conversaciones ajenas era sencillo pero no lo era la indignación que le ocasionaba la falta de cortesía de todos esos estudiantes. Creía que al menos los niños ricos de Corea no serían tan groseros como los de China.

—¡Chenle, por favor! —exclamó hastiado el profesor Park.

Se sentó donde le fue indicado luego de mandarle un corto mensaje a Jisung como respuesta a su preocupación por el nuevo colegio. Su primer día de clases en Seúl no le pareció tan diferente como su vida escolar en Beijing. La monotonía no se le escapaba ni en los confines de otro país, creía que ni en Marte dejaría de ser todo tan igual.

—Jisung había dicho que Seúl sería divertido —puchereó con el tal Chenle a su lado riendo escandalosamente a la par que le lanzaba bolitas de papel a un chico al frente.

🎵 I could slit my wrist,
but it really wouldnt help🎵

Aquella canción aniñada de familias de tiburones que tanto le gustaba a Jeno sonó ahogada en el bolsillo de su pantalón. Su muñeca derecha seguía sangrando un poco mientras era curada, contestó como pudo rasgándose ligeramente la piel en el proceso.

— ¿Bueno? ¡Ah, Sulli ten más cuidado!

—Eso intento —los pucheros que soltaba la mucama de turno le parecían ridículos. Que intentara limpiar las heridas en su muñeca cuando se notaba que a penas y sabía poner una bendita le parecía aún más ridículo.

—Adivina quien tiene el nuevo número de la modelo Park Jisoo.

Ahi va de nuevo.

—No lo sé Haechan ¿Quién será? —el sarcasmo siempre fue su fuerte y el desinterés su pan de cada día. Por no mencionar la creciente torpeza de Donghyuck como para no percatarse de la presencia de estos en su tono de voz.

—Éste nene —no podía verlo pero ya sabía que ese loco tendría ambos pulgares apuntándose a si mismo. —Pierdes el toque, niño cucaracha.

—Ya quisieras, mándale saludos a Jisoo de mi parte cuando la veas —Sulli estaba terminando de vendarle las muñecas. —Dile que olvidé mi chamarra favorita la última vez que fui a su casa.

—Eres mi ídolo, maldito.

—Lo sé —murmuró colgando la llamada. Sulli tuvo que volver a vendar las heridas, Jeno se movía mucho.

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⏰ Última actualización: Apr 26, 2018 ⏰

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