Esa misma tarde de abril de 1908, me presenté a la oficina del viejo barrigón barbudo; al entrar estaba tomando una taza de café, tenía que tomar el caso, tenía que hacerlo, tras
entrar me pidió que tomara asiento.
Sobre su escritorio de madera negra habían papeles y fotos de distintos casos ocurridos en todo el día.
Ciertamente entrar a ese lugar era aterrador, a las espaldas de él se encontraba un muro con reconocimientos y trofeos de caza ( cabezas de venados, osos y alces) y sobre el enorme archivador ubicado en la esquina izquierda de aquella lúgubre habitación , un águila calva disecada parada sobre una pequeña rama artificial en perfectas condiciones me miraba fijamente,
tras darle un vistazo mas a la enorme habitación, me decidí a hablar:
—Monsieur Charles— me sentía tan culta hablando con mi acento francés— tengo pruebas que apuntan a…
— ¿Jack “El destripador”1?
Me quedé helada, le había dado la vuelta a mi juego, el cazador cazado, alguien se me había adelan… ¡la prensa!, que descuidada, la prensa había publicado la noticia, tenía que
salvarme.
—Sí— contesté sin inmutarme— he llegado a esa conclusión.
—Es irrelevante, ¿Qué haría Jack en París?, por favor madame, eso no tiene lógica.
—La tiene— objeté, me sentía tan bien— ¿Por qué no atacar en Inglaterra?, Whitechapel, obviamente, ¿Por qué reaparecer 20 años después?
—Eso mismo iba a preguntar, ¿por qué?
—Por el simple hecho del desinterés.
Había dado en el punto, Charles se incorporó y tras hablar por teléfono, contestó:
— ¿Qué quiere?
Lo había conseguido, tenía a Charles y al caso en mis manos, ahora si dejaría esa vida de sexo... En parte quizás, podría dedicarme a la investigación y en parte a mi otra vida...
—Todo el apoyo de la policía Parisina, y dinero para el caso– Contesté antes de seguir divagando.
—Trato…
—Y…— le interrumpí sabiamente— un contrato como detective— sonreí.
—Trato echo— me dijo y cerramos con un apretón de manos.
Al día siguiente ya estaba trabajando en la C.P.P o central de policías de París, una vez más estaba en el mismo despacho, con el mismo viejo, ahora me disponía a tener los archivos de Jack en mis manos:
—Deseo los documentos de Jack.
—No los tenemos— contestó Charles de forma muy arrogante.
— ¿Qué dice?— pregunté extrañada— ¿Cómo que no los tienen?
—Madame, ha pasado por alto que ese caso es de Scotland Yard.
—Cierto— me sentí estúpida. El caso era de la Central de Policías de Londres— ¿Qué propone?
Charles se había levantado de su enorme sillón giratorio
—Antes de seguir, ¿desea viajar?
—Sí, ¡por supuesto! –Exclamé contenta, viajar era mi más grande sueño desde que era una niña— ¿a dónde?
Antes de escuchar la respuesta ya estaba en un automóvil con rumbo a Londres, perdí tiempo, tiempo valioso, y durante el tiempo que tardara en encontrar al asesino, más
compañeras serían asesinadas , no tenía tiempo, tiempo era lo que me faltaba…
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1 Famoso asesino serial que asechó Whitechapel, caracterizado por asesinar a prostitutas, nunca fue capturado.
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Asesinato en el burdel
Фанфик¿Qué tienen en común unos tacones, un corsé, una pipa y una linda ancianita? Una ola de asesinatos invade París con ciertos familiares matices... Un relato con un final inesperadamente esperado.