Capitulo 15

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La lluvia caía fuerte sobre la ciudad convirtiéndose en una tormenta de la cual nadie quisiera salir de sus casas.

El pelirrojo estaba acomodándose el cabello que goteaba debido a la ducha. Sus padres le habían dicho que no estarían en casa hasta el domingo por la noche, Castiel había decidido quedarse porque no le gustaba en nada salir a pescar y máximo con esa tormenta, estaba seguro que sus padres no habrían pescado nada. 

Las diez de la noche marcaba el reloj de sus cuarto y Guns N Roses sonaba en su radio. Una van negra yacía estacionada frente a su casa, pero el no se percato de ella debido a la oscuridad, y aunque se hubiera percatado no le había puesto importancia.

Castiel se había terminado de acomodar la remera cuando sintió que la puerta del balcón se abría, cuando fue a ver hacia ella de inmediato la cerro pero esta vez fue con seguro. El viento estaba fuerte y la tormenta no parecía que llegase a cesar, así que la culpo a ella por abrir la puerta.

Se miro de nuevo en el espejo de su habitación y soltó una sonrisa cuando observo su abdomen y se dio cuenta que estaba en mejor forma que el creía. Entonces aquella grata felicidad se vio apagada cuando de pronto la radio se apago, y por el reflejo del espejo pudo ver como un alto rubio, empapado por la lluvia, estaba detrás de él observándolo con una mirada espeluznante.

La sangre de Castiel se enfrió y al girarse se asusto por el chico que estaba frente a él. Sus manos comenzaron a fallarle, quizás su presencia le causaba temor pero esta vez trago en seco cuando vio el bate de béisbol que este portaba en sus manos.

-¿Qué...Qué haces..aquí?- Tartamudeo. Observando como la sonrisa superior del chico rodeaba su rostro mientras cautelosamente pasaba de una mano a otra el bate de béisbol.

-Creo que no te deje muy en claro cuando te dije que no te acercaras a Lysandro.

Varias semanas antes...

-¿Un besito mas? -sonrió él, apartando a Nathaniel con un leve empujón. Este empieza a caminar hacia las bancas y Lysandro camina junto a él rogándole

-Solo una más.

-Nath, ya te he dado siete.

-Dicen que el beso ocho es de la suerte.

Lysandro comienza a reír y antes de llegar a sentarse se enfrenta a la mirada de su novio, quien porta el uniforme del equipo de americano porque hoy, otra vez, tienen entreno. A Lysandro no le molesta aquello, pues ama ver a Nathaniel jugar y aunque eso signifique que retrase a él y a Castiel en su trabajo de literatura, no le importaba. Luego lo terminarían o quizás el mismo sea el que lo termine.

-¿Sabes por qué no te daré otro beso? -sonríe y Nathaniel suelta un gruñido-

-¿Por qué?

-Ayer no dejaste que viera la película en paz, pasaste toda la función interrumpiéndome.

Nathaniel sonríe, Lysandro si había aceptado su invitación de faltar a aquella obra de teatro que estaba organizando por ir a ver una película de estreno. El problema es que, tuvieron que ver una de amor y eso no agradaba en nada a Nathaniel.

-Oh, no vengas con ello. -El rubio se acerca al menor, apartando unos cuantos cabellos rebeldes que llegan hasta su frente -Ayer no parecías molestarte por mis interrupciones, es mas, no ponías barrera ante ellas.

Lysandro se sonrojó fuertemente ante ello, pues las interrupciones de Nathaniel se basaban en traerlo hacia él y besarse. Nathaniel había decidido que se sentaran en la última fila, agradeciendo porque no habían muchas personas en la función. No dejó que Lysandro se sentara en el asiento de al lado, sino que lo sentó en su regazo y toda la película pasó dando mimos al peliblanco o pidiéndole besos que el menor gustaba en responder.

Posesivo || Nathaniel X LysandroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora