Corea lucía exactamente igual a como lo recordaba en cuanto los rayos del sol alcanzaron su rostro. Habían pasado ya siete años desde la última vez que estuvo ahí para despedirse de su familia antes de partir a Japón con la intención de perseguir su sueño. Ahora estaba de regreso, pues después de cuatro años de éxito en el extranjero, su agente decidió que era tiempo de que probaran suerte en su país de origen. Obviamente, tenían un plan trazado para eso. En días anteriores, se había lanzado su primer sencillo; y afortunadamente estaba teniendo un éxito monumental; por lo que, a raíz de ello, sus patrocinadores le dieron luz verde a sus representantes para que concluyera con la grabación de su primer mini álbum coreano.
Aquel día, el guitarrista no tenía espacio para descansar o ir a visitar a sus padres en Busan, pues debía dirigirse al estudio de grabación y de ahí a una junta con su agencia para terminar de coordinar ciertos detalles con respecto a las promociones. Así que, mientras sus maletas habían sido enviadas al hotel donde se hospedaría en su estancia en Seúl, él estaba abordando el taxi que lo llevaría a su primer destino.
JongHyun nunca había tenido ninguna queja con respecto a su estilo de vida, para él, contar con la fortuna de dedicarse a hacer música no tenía nada que ver con el glamur, la fama o los supuestos lujos que aquello le traería, más bien su objetivo era lograr transmitir sus experiencias y conectar con todo aquel que se diera la oportunidad de escucharlo; por lo cual tuvo que esforzarse al máximo de sus capacidades y adaptarse a los lineamientos y costumbres de un lugar lejos del hogar. Pero nunca fue de los que flaqueaban ante el primer obstáculo, y aquella cualidad logró facilitarle la subida de cada escalón hasta el punto en que ahora se hallaba.
Más de uno lo miraba con curiosidad mientras cruzaba los pasillos del estudio con la funda de la guitarra al hombro. No sabría decir si era porque había sido reconocido, o, todo lo contrario; aunque tampoco le pasaba desapercibido que solía llamar la atención de las personas por razones que no podía explicarse del todo a sí mismo; siempre se preguntaba si era su apariencia, su actitud, o algún otro detalle que parecía ser intrigante en su persona.
—Ya estoy aquí— habló al momento de cruzar la puerta de la cabina que le correspondía. —Buenas tardes, me disculpo por la demora, había demasiado tráfico en el centro de la ciudad.
—No te preocupes muchacho, adelante, adelante. Muéstranos con que nos vas a deleitar hoy —lo apremió desde la cabina de control un hombre desconocido, por lo que concluyó que debía de tratarse del director de grabación.
—En seguida —respondió con cortesía antes de conectar su guitarra y colocarse delante del micrófono con los audífonos reglamentarios para grabar.
Tres horas después devoraba una hamburguesa mientras el auto de su empresa lo llevaba a reunirse con su manager y patrocinadores. Apenas pudo terminarla antes de ser escoltado por un empleado de seguridad a la sala de reuniones, donde cuatro hombres ya lo esperaban. Saludó con una reverencia antes de sentarse delante de ellos.
—Gracias por venir, JongHyun —le dijo su representante al tiempo que terminaba de hojear un ancho contenido de hojas que imaginó que podría ser un contrato —Estábamos terminando de discutir un par de detalles con respecto a tus promociones —el pelinegro permaneció en silencio, permitiéndole al mayor continuar con la explicación —Tú sabes que lo habitual es ir a un par de programas, hacer convivencias con los fans; uno que otro show y tal vez un par de fotos.
—Correcto —afirmó el joven.
—Te hemos programado para una sesión de fotos conjunta dentro de tres días.
—Uh... Tengo una duda —inquirió el cantante levantando el dedo índice de la mano izquierda para solicitar permiso de hablar —¿Por qué una "sesión conjunta"? —cuestionó remarcando sus últimas palabras.
—Verás... Las cosas aquí son diferentes que, en Japón, señor Lee —explicó uno de los patrocinadores —Necesitamos ponerte en el mapa. Si apareces con alguien que ya sea reconocido de este lado del continente, las personas comenzarán a preguntarse quién eres. Y como tú ya tienes la apariencia y el talento, no pasará mucho antes de que quieran saber más de ti. Lo cual, lógicamente resultará un beneficio para nosotros.
—Comprendo —replicó con simpleza —Si mi representante ha revisado las condiciones del contrato y las considera convenientes, creo que podemos firmarlo entonces. Estaré listo para lo que solicitan —concluyó antes de finalizar con el trámite —Si no hay nada más, me gustaría regresar al hotel.
—Oh, claro, sin problemas —contestó su manager —El auto estará esperándote afuera. No te olvides de ir mañana al estudio a terminar de grabar.
—No lo olvido, hyung —replicó con cortesía mientras se levantaba y se despedía con una reverencia —Con su permiso.
Tuvo un silencioso viaje de camino al hotel; donde al llegar, decidió desempacar las pertenencias que llevaba consigo en las maletas. Su estancia ahí era temporal mientras su agencia se encargaba de encontrarle un departamento donde vivir en Seúl, pero mientras tanto, no quería tener problemas para encontrar sus cosas por tenerlas todas desordenadas. Así que, tomó una de las bolsas de tela y le dio la vuelta para vaciar su contenido sobre la cama; fue entonces que notó lo que parecía ser un pedazo de papel volar por el aire y aterrizar en la alfombra. Al agacharse para recogerlo, se encontró con que se trataba de una fotografía que ni siquiera recordaba que tenía ahí. Específicamente una fotografía que había robado en secreto hace siete años, a quien aún ahora, seguía considerando su primer amor: ShinHye.
Su ShinHye... Verla ahí tal cual la recordaba le provocó tal nostalgia y sorpresa que tuvo que sentarse en el piso, con los ojos bien abiertos y sus dedos aferrando la imagen como si fueran el tesoro más preciado. Se dio cuenta de que por mucho esfuerzo que hubiera hecho para evitar pensar en ella, el vacío que le había dejado su rechazo permanecía ahí. Ni siquiera el haber bloqueado su nombre de todos los buscadores y redes sociales para no saber de ella y contener el impulso de contactarla fueron una medida efectiva. ¿Y a quién podía engañar? Al menos el 80% de sus canciones hacían alusión a ella.
Nunca se atrevió a contarle a nadie sobre lo ocurrido, excepto a su amiga Annie a quien también había conocido en el mismo lugar donde conociese a la castaña; porque la realidad era que se sentía un poco patético por seguir albergando sentimientos por la misma persona después de tantos años. Pero es que nunca quedó conforme con la manera en que las cosas terminaron entre ellos. En su cabeza jamás logró asimilar ni aceptar el hecho de que ShinHye no sintiera lo mismo por él, aunque por miedo a descubrir que las cosas no eran como pensaba, calló.
—Y tú... ¿Sigues pensando en mi ShinHye-ssi? —preguntó en un susurro mirando en dirección a la chica que le sonreía desde la fotografía.
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Hola extraño... Te amo (JongHyun x ShinHye) EN PAUSA
FanfictionHan pasado siete años desde que JongHyun vio a ShinHye por última vez. Ahora, siendo una estrella en acenso, está de vuelta en Corea del Sur listo para seguir conquistando con su música. Pero ¿qué pasa cuándo el destino decide volver a reunirlos? ¿...