Hola extraño... Te amo (JongHyun x ShinHye) EN PAUSA

Capítulo 8

Transcurrió una semana después del incidente ocurrido en la fiesta de producción. ShinHye trató con todas sus fuerzas seguir actuando como si nada hubiese pasado, sin embargo, cada día le costaba más. Sabía que había arruinado las cosas a un nivel prácticamente irreparable por postergar tanto cada oportunidad que se le presentó para ser sincera con JongHyun. Y no era justo para él... O para HyoSung.

Aquella tarde, la joven decidió quedarse en casa, después de solicitar expresamente que nadie fuera a molestarla. Necesitaba poner, por fin, sus ideas en orden y decidir qué debería de hacer para minimizar un poco las situaciones que la rodeaban.

Se acercó a uno de los estantes de su sala de entretenimiento, y repasó las yemas de sus dedos en el lomo de cada cajita que contenía uno de los discos de JongHyun, aun sellados. Era cierto que había comprado cada uno desde el día de su lanzamiento. No obstante, nunca se sintió con la suficiente fuerza para escucharlos, pero algo en ella le decía que era el momento de dejar sus miedos atrás. Tomó el primero de ellos y rompió el sello; posteriormente lo abrió y presionó el play de su reproductor.

Escuchó cada disco, uno tras uno mientras permaneció sentada en el sofá y cuando terminó, en su interior se encontraban revueltas todo un torrente de emociones: la felicidad y la nostalgia de aquellos días de verano; la tristeza porque comprendía a la perfección la manera en que rompió el corazón del guitarrista y el suyo propio; la incertidumbre por no saber qué esperar después; e incluso enojo consigo misma. No era como si cada canción hablara sobre ella, pero fue perfectamente capaz de comprender los detalles ocultos en las letras de aquellas que sí lo eran.

Después de guardar nuevamente el último disco, de uno de sus libros sacó aquella fotografía tomada en secreto junto con JongHyun, que Lena le había regalado. Acarició el papel e inevitablemente una lágrima resbaló por su mejilla.

—Ah... Perdóname JongHyun-ssi —susurró después de exhalar con pesadez —realmente lo arruiné todo, ¿no? —agregó sonriendo con tristeza.

Poco después, se limpió las lágrimas ejerciendo quizá más presión de la necesaria sobre su rostro. No podía seguir auto compadeciéndose de sí misma. Era hora de confrontar a JongHyun y de una vez por todas decirle todo.

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Esa tarde JongHyun estaba intentando en vano concentrarse en escribir una nueva canción que le fue solicitada para la banda sonora de una película japonesa, pero por más esfuerzo que hacía, su mente seguía volviendo a la última noche que vio a ShinHye, y se preguntó si no había sido demasiado cruel en sus palabras.

—Ah, ¡maldita sea! ¡Esto no funciona! —gruñó aventando el cuaderno de notas sobre la mesa y dejando la guitarra de lado.

—Woah, woah... Tranquilo muchacho —intervino su manager entrando justo en el momento de su rabieta —¿Va todo bien?

—No —respondió el guitarrista recostado boca abajo sobre la mesa —Mi vida completa es un desastre —añadió sonando un tanto más afligido de lo que pretendía.

—Uhm... ¿Y quieres decirme qué pasa o tendré que adivinarlo? —cuestionó su manager sentándose frente a él.

—No sé si quiero hablar de eso —confesó el chico sin levantar la mirada.

—Ya... —el hombre hizo una pausa y dejó su taza de café sobre la mesa —Estas raro desde la noche de la fiesta, así que, si mi intuición no falla, algo ocurrió ahí. ¿No es así?

El pelinegro soltó un suspiro de resignación y se incorporó para finalmente mirar a su manager.

—¿Y bien? —volvió a interrogar el mayor.