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Sería fácil negar lo obvio, sencillo falsificar su identidad, sea lo que sea iba a ser tonto, lo que le preocupaba era que lo identificara por esas circunstancias, si lo conocía, entonces no podía ser una buena persona, los que miraban el espectáculo nunca eran buenos.

—Creo que mejor me quedo.

El extraño bufo, extrañado o tal vez enojado y se bajo de su asiento.

—No se si estes en las mejores situaciones o en el mejor lugar para querer tan estúpido destino, no estoy seguro si te conozco, relájate, no le veo nada de malo que sepa quien eres.
—Tu no lo entiendes.
—Observa tu alrededor, niño, obsérvate a ti mismo, otra noche aquí y muerte segura, si quieres eso adelante, ya te dije, no tengo tiempo.

Jimin estaba sobre una cuerda floja, podía subirse y que la suerte lo acompañe o quedarse y morir. Era un 50 y 50 de probabilidad, o podía ser para mejor o para peor, no sabía que quería, deseaba sobrevivir pero no vivir ¿se entiende? Técnicamente su corazón tiene miedo de morir pero es cobarde para vivir.

—Iré contigo, el problema es que no tengo destino, solo... solo llévame a donde quieras, si me quieres usar y matar, hazlo rápido, si me vas a usar de esclavo, se gentil. Solo te pido que no seas malo conmigo, ya sufrí demasiado.

El chico se puso recto, era muy alto, facciones delicadas pero con una aura muy misteriosa casi llegando a tenebrosa, no era que tuviera un rostro maduro, podría pasar como dulce pero en cuento abre la boca y te dedica su palabra, no es como si hiciera conjunto, era un sujeto confuso, repito, tanto tu, lector, como el pobre Jimin llevan poco tiempo conociendo a este chico, así que creo que es muy pronto para sacar conclusiones, pero... a veces las primeras impresiones importan, podríamos compararlo después ¿no crees?

—Está bien, hagamos un trato. Trabajarás para mi...
—¡No! ¡No otra vez! ¡No podría otra vez pasar por eso! Si dices que me conoces ¿eres tan cruel para hacerme lo mismo?
—¡Pensé que te conocía de parte de algún lado de mi familia! ¡Por Dios! Cállate de una vez y escúchame, sube al maldito carro y te explico.

El rubio de mala gana tomo tu mochila y subió al vehículo, al momento de arrepintió de por tan mala actitud, no podía comportarse así cuando el otro se había tomado el tiempo de salvarle el trasero (por ahora).

—Mira, niño, fácil hubiera sido para mi sacar mi maldita arma y matarte de una vez, parece que muchas ganas tienes de eso -recalca el castaño enojado mientras toma el volante de su camioneta azul.
—Perdón - Jimin lo miro, el otro se veía muy tenso, era extraño, en si todo lo que estaba pasando no tenía sentido.
—Solo... está bien, te plantearé lo que quería decirte hace un segundo-prende el motor- me estás diciendo que no tienes donde ir, te puedes quedar conmigo, trabajarás, tú pago será tu estancia y las comodidades que de alguna manera te pueda dar, no esperes el paraíso, en el momento en el que desees irte o encuentres algo mejor, te vas.

El otro solo asintió, ¿que otra cosa podría hacer? No tenía otra cosa que hacer ni ir, no le quedaba de otra, podría quedarse hasta que plantee sus tontos planes mejor y encuentre algo mejor. Le era difícil creer que se iba a quedar mucho tiempo con aquel tipo, así que no se preocupó.
Lo extraño es que un pensamiento se le plasmo justo en su mente que no sabría como interpretar hasta mucho después...

¿Era un paso más para su milagro o un paso más para su pecado?

—Entonces... ¿como te llamas?
—Jeon Jungkook.

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⏰ Última actualización: Jun 05, 2018 ⏰

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