{YeHyun} Espejo

3장 - Una vez más.

Solo necesito estar a tu lado,
quiero encontrarte,
volver a verte.
Te quiero a ti... Cho Kyuhyun.

—A pesar de todo, estoy a tu lado, sé que pronto nos volveremos a ver. Lo sabes, ¿verdad? —Una vez más escuchó esa voz, una voz que le era imposible olvidar, por más que quería borrar todo de su mente. Sin embargo, todo era en vano, no podía hacerlo, era extraño y algo fuera de lugar para el castaño.

—Deja de decir eso, tú no existes, nunca exististe. —Le contestó, molesto y harto de siempre escuchar las mismas palabras.

—¿Nunca existí? ¿Es lo que crees? No te engañes, sabes que lo que pasó es verdad. —Le volvió a decir esa voz ronca y misteriosa que estaba en su mente.

—¿Por qué? ¿Por qué yo? —cuestionó el menor. Por más que quería evitarlo, solo deseaba hacer como si no lo escuchara, ignorarlo completamente, mas no podía, era tan insistente que hasta sentía que pronto se volvería loco.

—Porque eres completamente mío. —Sintió cómo esa voz le susurraba cerca del oído, podía sentir el aliento tibio de la otra persona que se encontraba detrás suyo. Su cuerpo saltó levemente al sentir cómo unas manos le sujetaban la cadera fuertemente, cómo el pecho de la otra persona tocaba su espalda, lo caliente de su ser, cerró lo ojos y trató de concentrarse.

—Yo... no soy de nadie —susurró el más alto.

—Solo debes dejarte llevar, recordar lo que hubo entre nosotros —insistió esa misma voz que comenzaba a hacer estragos en su interior.

—No quiero sentir nada, esto es una simple pesadilla, tú no existes. —Kyuhyun trataba de seguir firme con sus palabras, aunque lo tibio de ese ser misterioso le dificultaba el habla.

—¿Estás seguro de tus palabras, Kyuhyun? ¿Lo estás? —Le preguntó sobre el cuello ajeno, sobre esa blanca piel que brillaba ante sus ojos. Pasó su lengua tibia sobre esa parte de su cuerpo, logrando que el menor cerrara los ojos y apretara sus labios para no decir nada o, mucho menos, emitir un gemido, aquel sonido que solo lograba aumentar el ego de ese ser misterioso que lo tenía cansado por su terquedad.

—Deja... deja de hacer eso, deja de jugar —pidió apenas el castaño, mordiéndose el labio inferior, logrando lastimarse.

Jongwoon giró el cuerpo de Kyuhyun para tenerlo frente a frente, quería ver sus ojos, esas dos pequeñas esferas que brillaban ante el deseo, podía ver en ellos todo lo que el menor estaba sintiendo gracias a su cercanía, a sus lentas y suaves caricias.

—No... no te lastimes, no lo hagas. —Se alertó el de cabellos azabaches, pasando su lengua por esos dos pétalos de rosas, lamiendo en el proceso ese líquido carmesí, la sangre de la persona que era suya.

—Déjame en paz. —Kyuhyun giró el rostro, indignado por ser un completo idiota y porque su cuerpo lo traicionaba al no moverse y dejarse hacer todo lo que ese hombre quería.

Jongwoon no dijo nada, al contrario, rozó con su nariz el cuello ajeno, de arriba abajo, oliendo el aroma de su humano. Sus labios se rozaban lentamente, sintiendo cómo esa piel se escarapelaba a su paso.

—Agh... ¡basta! —gimió—. ¡Suéltame antes de que te golpee por idiota, eres un maldito pervertido! —gruñó el menor, moviéndose para librarse de ese toque.

—¿Pervertido? —preguntó el moreno, alejándose un poco del castaño—. No deberías hablarme de esa manera, soy tu hyung, y además, eres mío, por más que lo niegues —arremetió el moreno seriamente.