Los descontrolados sollozos de dolor , las acumuladas lágrimas que caían descuidadas por su rostro y la horrible sensación de ser lo peor en el mundo, la estaban matando.
Lenta y silenciosamente, igual al veneno.
Lo había perdido, Mito Freecss había perdido a su pequeño Gon. Durante horas espero que su sobrino arribará a casa, pero él nunca llegó. Pensó que podía estar junto a su novia y que volvería por la tarde después de clases, pero eso no pasó. Una llamada del instituto diciendo que el chico no había llegado a clases fue suficiente para que el mundo de Mito se cayera a su alrededor.
Ging tampoco podía evitar sentirse culpable, sabía muy bien lo que estaba pasando en la ciudad, lo sabía perfectamente, pero aún así, solo lo dejo pasar a sabiendas de lo que podía ocurrir.
Fue su error, error que le costó a su hijo, su más preciado tesoro fue arrebatado de sus manos sin que él se diera cuenta, ese tesoro que por años ignoró y del cual ahora se arrepentia de no haberle dado la atención que el necesitaba.Lo único que podía hacer ahora era rezar y cuidar de su prima.
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Infinita oscuridad era lo único que sus ojos podían distinguir. Los sollozos del muchacho eran lo único que se atrevía a manchar aquel silencio sepulcral que cubria toda la extensión de ese lugar. Se sentía solo, triste, enojado, angustiado, pero por sobre todo ello sentía miedo, miedo de la penumbra que lo rodeaba.
Sabía muy bien que por más que gritara y llorara nadie vendría por él, después de todo ya llevaba una maldita semana encerrado en esa mugrosa celda de ambiente frío y paredes de piedra. Estaba atado con unas gruesas y oxidadas cadenas ancladas a la pared, lo habían desnudado por completo y su piel rozaba el frío y asqueroso suelo de piedra. Le habían amordazado, ya que en cuanto desperto comenzó a gritar y pedir ayuda. Sus ojos estaban algo irritados, le reclamaban dormir, pero no lo haría, el chico estaba demasiado asustado para hacerlo, quién sabía que podía pasar si los cerraba.De pronto una corriente recorrió todo su ser. Provocándole escalofríos. La pesada puerta fue abierta dejando que la luz entrara de golpe encegueciendolo por un momento, pero solo basto unos segundos para que se acostumbrara y frente a él viera a Leorio, un joven doctor que había venido desde el primer día a hacerle unos cuantos exámenes. De inmediato pensó que vendría a lo de siempre, pero descarto esa idea al ver que esta vez traía un acompañante. Era un chico albino, alto, llevaba un traje color negro haciendo que su piel lechosa resaltará junto a sus ojos azules que dominaban un profundidad similar a la del mar.
Para Gon aquellos ojos lo único que le podian demostrar era una gélidez y ferocidad. El realmente parecía un lobo acechando a su presa.
Su cuerpo se tenso y su pulso se acelero de inmediato, cuando el chico se adentró en la pequeña habitación. Gon, no pudo evitar cerrar sus ojos, sentia como este lo analizaba con la mirada y no le gustaba nada. Un sudor frío lo comenzo a cubrir seguido de algunos molestos escalofríos, mucho más molestos que los de hace unos momentos. No le gustaba la forma en que el chico lo observaba, no le gustaba que su mirada le provocará tanto miedo.—Es el mejor que tienes, ¿Cierto?— habló frío el albino quitando su vista del moreno para luego alejarse.
El doctor asintió.
—Genthur lo trajo hace una semana, está sano y en forma. Por si preguntas, no. No tiene ninguna enfermedad o problema de salud.— Hizo una pausa. — Dame 3 billones y es todo tuyo. —Lanzo con confianza Leorio.
—Hecho.— respondió con una serena sonrisa el albino, sonrisa que le cógelo la sangre a Gon.
¡Chin, chin! ¡Vendido!
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~Daddy Issues~ •KilluGon• [+18]
FanfictionGon, te prometo que cuando escuches mi nombre una sonrisa surcará tu angelical rostro. Te hará sentir mariposas en el estomago y unas ansias de estar a mi lado se desatarán. Tú solo me perteneces a mi, tú eres de mi propiedad y no importa quién se a...