Capítulo III....

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Entre charlas y juegos la tarde para ellos acabo, y Alluka no pudo evitar sentirse mas que satisfecha. Gon era un el excelente compañero, era un poco mas divertido y creativo que su aburrido hermano que anteponía su trabajo con la familia a jugar con ella unas horas. Así mismo aquello de cierta manera hizo que Killua se sintiera un poco feliz, y aunque no pudo estar todo el día como mero espectador por una reunión de emergencia llego a tiempo para ver como su hermana reía alegre junto a Gon. Para él Alluka era su todo, nunca habría alguien mas especial que ella, nunca llegaría a querer a otra persona como lo hacia con ella y agradecía muy en el fondo que desde ahora en adelante Gon este con ella.

Sonrió al cerrar la puerta tras él, más aquel monótono sentimiento no evito que recordara la falta cometida hace algunas horas. Tenia claro que Gon no estaba consciente del error que cometió, pequeño, pero molestó. Él no sabía lo que era estar con una familia de nobles, sus costumbres, sus reglas, su léxico, todo era nuevo y él no tenía la culpa de ignorar ese ámbito y Killua lo sabía a la perfección, pero algo dentro de él no lo quiso dejar pasar y lo incito a algo de lo que quizás luego se arrepentiría.

Luego de una pequeña conversación dejaron la habitación de la pequeña, para que descansara hasta la hora de la cena. El mismo Killua con una inusual amabilidad se ofreció para acompañar a Gon a su habitación, imposibilitando las ordenes que tenia Canari en un principio. Los pasillos laberínticos fueron un problema, ya que Gon no lograba reconocer ninguno de los que vio cuando fue llevado las estancias de la niña. Un poco asustado trato de preguntar mas toda palabra murió en su garganta, por alguna razón hablar cerca del albino le producía pavor.

Quito aquella tonta idea de su cabeza y se dedico a observar cada pequeño detalle del recorrido, guardando todo en su memoria por si en alguno de los casos tuviera la instancia de escapar. Siendo ignorante de las acciones del contrario hacia su persona lo siguió sin protestar llegando hasta una puerta de acero similar a la que había cuando permaneció secuestrado. Miro con desconfianza el interior ya que la oscuridad dentro era palpable y aterradora.

— Entra — Ordenó de forma explícita y sin rodeos. Un miedo volvió a instalarse en él provocando una opresión sobre el pecho de Gon, nego con la cabeza al percatarse que la mirada de Killua cambio. El primer llamado fue un fracaso y ese era otro error que se sumó al primero. Este lo tomo fuerte del los cabellos, lo arrastro dentro y lanzó al suelo frio de aquel oscuro lugar que fue iluminado poco después por una tenue luz. A duras penas se levantó y con una nota le mueca de dolor cruzo miradas con Killua, importándole poco el lugar donde estaba, mas ahora un deseo de supervivencia se hizo presente ante .

— Sé que eres nuevo en esto — Comenzó a hablar el albino mientras se acercaba poco a poco — Ayer debí explicarte todo con más detenimiento...

—Por favor no...—la frase murió en su boca cuando el ardor de un golpe de instalo en su mejilla derecha.

— Primera regla, jamás me interrumpas cuando hablo — dictó con una mirada oscura, amenazadora y frívola.

Killua lo estampó con fuerza contra la pared, y enseguida Gon se hizo presa del sofocador pánico mientras unas blancas manos le rodeaban su cuello con tal fuerza que poco a poco sentía como aquella unión pronto se rompería, con desesperación trato de que lo soltara, entre pataleos y rasguños, el albino nunca aflojo. Pero de pronto el aire que se había negado a entrar recorrió sus pulmones y el alivio se hizo presente, mas ahí no acabo todo. El puño de Killua se estrello con fuerza en su estomago, provocando que cayera de rodillas e implorara entre lagrimas a dios que el dolor se detuviera, mas no fue escuchado porque al instante una patada impacto en sus costillas y el dolor fue tanto que por un momento perdió toda percepción de sus sentidos. Las lagrimas debordaban por sus ojos mientras se abrazaba a si mismo, no tuvo el tiempo necesario para recuperarse cuando otro golpe fue contra él, una y otra y otra vez, a la par que sus súplicas salían como el más espantoso grito del inframundo, pero piedad era algo de lo que Killua careció siempre.

Pronto su garganta se secó, su cuerpo ya no sentía dolor alguno y las fuerzas que lo acompañaron durante sus suplicas se esfumaron, mas las sinceras lagrimas seguían ahí, en una inútil suplica de misericordia.

Killua suspiro mientras admiraba con cierto sentimiento el cuerpo casi moribundo.

— Espero que no haya una próxima vez, Gon — hablo el albino limpiando sus manos manchadas en sangre en su camisa. Miró una ultima vez al moreno y sonrió antes de salir de aquella habitación al no recibir respuesta alguna, dejándolo tirado en el suelo con su cuerpo lleno de hematomas de un morado vibrante.

Por unos minutos no sintió absolutamente nada, el silencio era exasperarte y provoco cierta tristeza en su corazón al recordar su casa, fría y vacía. De pronto la puerta fue abierta, era canari, la mayordomo que le ayudo por la mañana. La chica no dudó en acercarse y con ciudado tomarlo en sus brazos para salir de ahí con camino a la habitación del moreno, parecía angustiada y preocupada, Gon lo noto por lo cálido que era estar entre sus brazos, ya que por primera vez desde que llegó ahí se sintió seguro al lado de alguien.

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Al abrir los ojos no encontró nada más que oscuridad alumbrada por la suave luz de la luna. A su lado, en una silla, se hallaba Canari. Gon la miró confundido, la última cosa que recordaba era estar en el suelo.

—Me disculpó por el comportamiento del amo Killua — hablo ella sin despegar la vista de él.

—¿Qué.... ¿Que fue lo que pasó? — preguntó, más Canari no respondió, solo bajo la mirada con una notable culpa. Un niño como él no debió pasar por aquello, y su amo no debió levantale la mano de esa manera, pero su trabajo a veces le requería callar.

Gon trato de levantarse de la cama, más el dolor que recorrió su cuerpo lo hizo desechar la idea. Miró sus brazos con detenimiento y lo único que hallo fueron vendas. De pronto recuerdos invadieron sus mente, recuerdos que lo hicieron revivir cada espantoso golpe que recibió, aquello que fue un castigo, más bien fue pareció una advertencia de lo que podía hacer. Su cuerpo tembló y entre hipidos pudo hacer una débil retroalimentación que le ayudo a entender lo que había pasado. Entendió que Killua odia ser interrumpido, ignorado, odia la debilidad, odia las lágrimas, y por sobre todo odia...

el miedo.

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Muchas gracias por las palabras de apoyo, me ayudaron mucho a subir mi animo. Los quiero uwu 💕

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Tenía planeado subir esto antes, pero me dió un suponcio el 29 y me pase el año nuevo en el hospital •᷄ɞ•  but anyway que lo disfruten wapas y wapos uwu

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2019 ⏰

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~Daddy Issues~ •KilluGon• [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora