Capítulo 3

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Que loco, vuelvo luego de meses, sorryyy.

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POV's London.

Camino hasta llegar a mi salón, voy perdida en mis pensamientos que ni siquiera noto cuando Henneka llega a mi lado.

—¿Uh? Lo siento, estaba distraída.—Sonrio apenada y ella asiente.

—¿Y qué tal la tarde de ayer?—pregunta y yo bufo.

—Salí con un chico llamado Jason, que resultó ser un patán.

Ella abre los ojos asombrada.

—¿Jason Castro? Es un idiota y todo el mundo lo sabe, utiliza a las chicas a su antojo.—Murmura con un atisbo de rencor que dejo pasar.

—Lo supe tarde—Entramos al aula y nos sentamos juntas—. Me invitó al cine y acepté, desapareció por unos minutos y lo encontré besando a una chica.

—Seguro era su novia.—frunzo el ceño y la miro.

—¿Tiene novia?—jadeo por su cinismo.

—Sí. Es la presidenta estudiantil, es alta, rubia, tiene pecas, sus ojos son color avellana y de buen cuerpo, ella es amable, no sé que hace con ese tipo.—Me sorprendo ante su declaración, si lo que dice es verdad yo tampoco entiendo.

Cuando la profesora de literatura entra todos quedamos en silencio y así empieza el día.

(...)

Las primeras clases pasaron volando, salgo del aula en compañía de Henneka y llegamos a la cafetería, mientras estoy en la fila la voz de Henneka me hace mirarla.

—London, ¿podrías esperarme aquí? Tengo que regresar a buscar unas cosas.—Asiento y ella sale corriendo de la cafetería.

La fila avanza, recojo mi bandeja y deposito con una cuchara puré de papa y milanesa, llevo mi mirada a las bebidas y hay botellas de agua pura, cojo una y me voy a una mesa pendiente de mi amiga.

Me siento y cuando estaba a punto se llevar un bocado de carne a mis labios, siento la vista de alguien en mi, levanto mi mirada y me encuentro con los ojos de azules de Jason en unas mesas alejadas a la mía, ruedo los ojos sin importarme que me vea grosera.

Ahora sí, sin interrupciones, llevo un pedazo de carne a mis labios, suelto un gemido de satisfacción al saborear la carne.

Henneka llega a mi lado con el ceño fruncido.

—¿Acabas de gemir?—pregunta con una ceja alzada y sonrío apenada.

—No está en mis manos hacerlo o no.

Ella suelta una carcajada y yo la miro confundida.

—¡Ay, London! Eres demasiado graciosa.—La miro con mis cejas alzadas.

—Gracias.—Río.

De repente, siento la llegada de alguien a mi lado, volteo y veo a Jason.

—London, ¿qué te sucede? Ayer te fuiste sin decirme nada.—Le doy una mirada de incredulidad y bufo.

—Te fuiste como por un año, te busqué pero adivina con qué me encontré—su mirada cambia y de enojo ahora es de vergüenza—, aja, con tu novia y tú casi teniendo sexo en la sala.

—Yo... Lo lamento, no estaba en mis planes encontrarme con ella.

Ruedo los ojos negando con la cabeza.

—Te doy un consejo, no coquetees cuando tienes novia, es de mal gusto.—le doy una sonrisa amable y de nuevo comienzo a comer.

Él se levanta arrastrando la silla hacia atrás y se va.

—A nadie le gusta que le digan sus verdades.—Asiento de acuerdo con Henneka.

(...)

Voy llegando a casa con Sel, bajamos del coche y ella se detiene abruptamente. Frunzo el ceño y voy hacía ella, me doy cuenta que mira en dirección a la casa y ahí vemos como mi madre es besada por un hombre.

Avanzo hacía ellos y carraspeo.

Mi madre se aleja y nos mira nerviosa, el hombre a su lado no nos mira, se da media vuelta en dirección hacia la casa.

—Al menos espero que no lo hagan en casa.—Espeto caminando entre ellos seguida de mi hermana.

Subo corriendo a mi habitación y me tiro a mi cama, suelto un largo suspiro y siento como Sel entra.

—London, mi madre tiene el derecho a rehacer su vida.—Me levanto y la miro con las cejas arqueadas.

—Sí, y no estoy diciendo que eso esté mal, pero ni siquiera nos hablo de él con anterioridad, y ahora que lo pienso no quiero que lo haga.—Camino en dirección al baño abriendo la puerta, me recuesto en el lavamanos y observo que en el reflejo del espejo como Sel me mira con los ojos entrecerrados.

—No tenemos diez años, London. Papá murió hace seis años, era muy obvio que pasaría esto.—Mumura y la miro con cara de mejor cállate.

—Papá no tiene nada que ver aquí, suficiente.

Me levanto no sin antes lavarme la cara, bajo a la primera planta seguida de mi hermana, observo a mamá caminando de un lado a otro con las manos en su cadera.

—Te doy cinco minutos para que nos expliques, mamá.—Le ordeno tratando de no sonar muy dura, un fracaso.

—London, no seas grosera con ella, mamá—

—No, Sel—Suspira y asiente—. Sé que debí haberles dicho antes, pero los nervios me mataban.

—Mamá, entiendo que esto no es fácil, pero debiste haber confiado en nosotras, somos tus hijas.—Le refuto y ella me ve arrepentida.

—Lo sé, pero tu también entiéndeme.

Niego con la cabeza.

—No tuve la maravillosa oportunidad de verle bien el rostro, ¿quién es?—pregunté y su respuesta no tardo en llegar.

—Dylan Cross.—Termina de decir cuando mi hermana suelta un chillido, camino directo al sillón y me siento.

—¿Dylan Cross?—mi madre asiente y soy yo la que ahora suelta un chillido—¿El dueño de la agencia de modelos más grande en el país?

Suelto un chillido seguido de un:

—¿Mi tío?

KALDT (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora