Capítulo 1.

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Capítulo 1.

Mi sábado no estaba completo si no me sentaba en el patio trasero con un buen libro y una rica taza de té.

Iba por la pagina cincuenta del libro "A orillas del rio piedra me senté y llore" de Paulo Coelho, cuando mi madre me hablo.

- Nora, ¿vas a salir hoy? Yo debo ir a una cena con unos doctores importantes.

- No lo sé mamá. –Respondí de mala gana. ¿Qué problema tenían? Siempre queriendo que salga. Ella y mis amigas.

- Bueno, te dejo plata en la cocina. –Llego hasta mi.- Mándame un mensaje si cambias de opinión, solo para saber que estás bien, ¿Ok? Te amo. –Dijo dejándome un casto beso en la frente.

- Ok mamá. Buena suerte en tu cena. Te amo. –Respondí para luego escuchar la puerta cerrarse.

Silencio. Eso era lo que más amaba en este mundo.

El silencio te permite escuchar tus pensamientos con claridad.

Seguí leyendo hasta que sentí el sol meterse entre las nubes, mirando al cielo me di cuenta que era hora de que salga la luna redonda.

Tomando mi taza y mi libro entre por la puerta deslizable. Dejando la taza en la cocina, subí las escaleras hacia mi habitación.

Entrando, salió corriendo mi gata Luce. Era igual de blanca como el papel, parecía un copo de nieve en invierno y no le gustaba estar afuera de la casa.

Me recosté boca abajo en mi gran cama y me propuse a seguir leyendo mi libro. Luego de haber leído hasta la página cien, deje descansar mi vista.

Tomando mi celular de la mesa de noche me lleve una sorpresa, ya que tenía más de diez llamadas perdidas de Lore.

Con preocupación marque su número.

- Por fin aburrida. –Contesto mi amiga.- Hoy salimos. –Afirmo.

- Hola a ti también, tonta. –Conteste con pereza.- No lo creo. –Dije riendo.

- No comiences, Nora. –Comenzó mi amiga.- Cuando mi padre me pueda llevar, voy a tu casa. ¿Tienes tu auto, verdad? –Pregunto rápidamente.

- Sí. –Conteste cortante.

- Hoy nos divertimos. Me quedo a dormir. Besitos. Te quiero. –Corto.

Luego de una hora, el timbre sonó. Tranquilamente baje las escaleras para abrir la puerta y vi una gritona morocha entrar por la puerta.

- Muero de hambre. Quiero una pizza, ahora. –Gritó la morocha.

- Podemos pedir una. –Sugerí.

- Ahora mismo llamo. –Dijo subiendo las escaleras con su celular en la oreja.

Después de estar tiradas treinta minutos en mi cama, la morocha se quejó.

- Juro que si ese repartidor no me trae en cinco minutos mi pizza, le comeré la cara a tu gata. –Solté una carcajada.

El timbre sonó justo a tiempo.

- Por fin. –Dijo corriendo hacia la puerta.

- En la cocina esta la plata. –Grite.

Me levante perezosamente de mi cama y fui directo a mi closet para buscar algo decente.

La morocha entro con la caja de pizza y lo coloco en mi escritorio. Abrió la caja para encontrar una exquisita pizza de pepperoni con mozzarella.

Ángel caído. |Harry Styles| 1/3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora