Dicen que no hay malos principios, pero ¿tú les crees? ¿De verdad?
Todos lo hemos hecho alguna vez, no hay que alarmarse. Digamos que es como la novatada para unirte al club. Si no has metido la pata en un comienzo, es que no te has parado a leer lo que escribes... o simplemente no has escrito nunca.
Lo importante es reconocer que, tal vez y solo tal vez, nos hemos equivocado. Si todavía no te convences, ahora mismo te mostraré algunas de las maneras en que grandes historias dejan de serlo gracias a un pésimo comienzo.
Si en tu novela empiezas por presentar a la mamá, el papá, la hermana y hasta el gato del protagonista, ya vamos mal. Al lector no le importa quién fue el tátara-tátara abuelo del personaje si no formará parte de la trama central de la historia. Y aún si va a formar parte central de la historia, lo más probable es que termines de aburrir a tu lector cuando vayas por la segunda línea.
Así que, si en tu novela planeas soltar toda la historia familiar del protagonista, será mejor que te lo pienses dos veces o tres... o las que hagan falta para que decidas quitar todo ese rollo.
A muchos les pasa: se enamoran de sus propios personajes y quieren que el lector también los ame. En ocasiones ese amor es tan enfermizo que se llevan capítulo tras capítulo sacando toda la historia de su infancia, de los niños que le hacían bullying y ese chocolate que su mamá no le compró en el supermercado.
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ERRORES comunes de los escritores
RandomPrincipios horribles, personajes más falsos que un billete de chocolate. Esto de ponerse a escribir es un camino con más topes de lo que te imaginas. Aquí encontrarás algunas de esas piedritas con las que los escritores se tropiezan todo el tiempo ¡...