III

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Quisiera romper los relojes, olvidarme del tiempo que me restaba mientras que el subiera a ese avión olvidándose de mi, el y yo fuimos criados en la misma parte de la ciudad conseguimos estas cicatrices en el mismo suelo me rehusaba a aceptar que el se iba.

¿No te quedaras a media noche? Suponía que no, desde que el pise el aeropuerto, nuestros horarios se iban a descontrolar.

La única vez en la cual estábamos sumergidos en nuestras copas hablando de nuestros traseros, que fue la noche que más ame, pero ni pasada de copas tenia las fuerzas de decirle mis sentimientos.

Maldita vida.

—Quita esa cara Aria, no le está pasando nada malo a tu amigo, simplemente se ira por un tiempo.

Frunzo mi ceño mientras tomaba mi manzana para caminar hasta la casa de Ross, en donde me despediría de él.

Ni siquiera me despido de mis padres, simplemente salgo, odiaba que ellos fueran así, no les caía bien Ross y eso es lo que me parecía muy estúpido.

Quito la lágrima que bajaba por mi mejilla, no iba a volver a llorar, luego de que Ross me haya dicho eso, decidí retirarme de la casa Lynch.

Me disculpaba por haber hecho eso desde hace una semana, esa semana volvíamos a desvelarnos, pero lo sentía despedida, había aguantado todas una semana sin llorar mientras me mentalizaba que él no se iría pero, acá estaba camino hacía su casa para despedirme definitivamente de el.

Paro de caminar al visualizar a Rydel abrazar a Ellington para luego separarse y Elli subirse a su auto y retirarse, ella mete su maleta en la camioneta de Mark para caminar de nuevo hacía su casa.

No podía.

Pero tenía que hacerlo, apresuro mi paso para llegar lo antes posible a la casa de los Lynch, al ya estar enfrente, Riker me mira para sonreírme levemente, Ryland y Rocky salen detrás de el.

—Pensé que no vendrías.

Dice Rocky mientras me saluda con un abrazo.

—Hasta me estaba preparando para obligar a Ross irse, el prometió que no se iría sin que tu entraras a casa y lo abrazaras.

Mi corazón se encoge, no podía verlo, mi vista se nubla, sentía que todo se encogía.

—Aria—Rydel me saluda para correr a abrazarme, le correspondo el abrazo, la abrazo fuerte mientras sentía que ella empezaba a llorar en mi hombro. —No quiero perderte, eres mi mejor amiga, y no quiero perderlo a él...

Acaricio su espalda, sabía a quién se refería.

—No lo perderás y mucho menos a mi ¿De acuerdo?.

Ella se separa de mi para pasar la manga de su sudadera por sus ojos.

—Él está esperándote, no quiere salir de casa si tu no llegas con él.

Asiento mientras camino hasta adentrarme a la casa, los padres de Ross me miran triste mientras me abrazaban.

Mark me indico en donde en realidad estaba Ross, le agradezco mientras me encamino hasta el lugar en donde el me había dicho una semana antes que se iba a Australia.

Sostengo mi cuerpo en una pared mientras pensaba si entrar al lugar en donde estaba Ross o darme media vuelta e irme, huyendo como una cobarde, sin despedirme de él.

Pero no podía hacerlo, tenía que resignarme que ya no lo iba a ver, en un largo tiempo, ni siquiera había pensado que iba a hacer en el gran tiempo que Ross se iba.

AM. ➸Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora