En Un Mundo En El Que El 80% De Las Personas Tienen Poderes Se Destaca Uno Con La Capacidad De Controlar El Tiempo Y El Espacio.
Izuku "Deku" Midoriya Es Ese Heroe.
Acompañalo A Su Paradoja.
Au Quirk!
Harem!
Podemos ver a unos hombres entrando al banco dispuesto a robar el dinero de la bóveda
—Muy bien, veamos la primera fase esta completa— dijo un hombre de piel completamente negra, con pelo del mismo color y ojos blancos, tenía una camisa y pantalon azul con púas blancas saliendo de su espalda y brazos
—Que es lo que sigue jefe— un hombre alto con un parche negro en su ojo izquierdo y una cicatriz cruzándolo
—Yakytori, ramen, katsudon, arroz, ñum, ñum, ñum— murmuraba otro que tenía sobre la cabeza una especie de bolsa de tela y unas agujeros para los ojos y boca, pero este ultimo parecía estar costurado
—Señor, que tal si empezamos con esto— apareció otro con un traje de negocios y un tipo de pulseras en las manos, lo que más llamaba la atención era que su pelo parecían hebras de metal, más específicamente aluminio o plata
—Debemos apresurarnos, la alarma solo puede ser detenida durante dos horas— el ultimo criminal entro y se mostró como un hombre de 2 mt, con una mascara que parece de calavera y un gorro en forma de caparazón de tortuga
—Bueno, comenzamos con la segunda fase: colocación de bombas— hablo el jefe de los ladrones
—Yo me encargo— hablo el hombre de cabello de metal para mover las manos y que su pelo se alzara de forma salvaje mientras colocaba las bombas en puntos estratégicos
—Perfecto, sigamos con la tercera: abrir la bóveda— el azabache volvió a apuntar en su libreta
—Ahora me toca mi— hablo el hombre alto para empezar a generar electricidad y tocar la bóveda para que esta empieza a brillar y se apague luego se acerco el pelimetal y empezó a manipular las cerraduras mientras la alarma estaba apagada
BRRRFFFTTT
La puerta se movió revelando oro y billetes para que ellos empezaran a guardarlos en bolsas para empezaran a salir desde la puerta trasera pero cuando estaban a punto de irse escucharon una voz
—Yo no haría eso si fuera ustedes—
—¿Quien eres?, muestrate— exigió el jefe
—Aquí estoy— de un lado del callejón empezó a salir una figura encapuchada que desprendía energía de las manos y la cara con una neblina azul que no mostraba su identidad
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