Ojos de Ángel II - La historia continúa - Draco y Hermione

Regreso a Casa

Era poco más de mediodía cuando la limousine estacionó frente al colegio de Rose y el conductor abrió la puerta a Hermione para que bajara. Ella, a pesar de saber que era por su seguridad, aún se sentía incómoda.

Encaminó sus pasos por el camino de cemento rodeado de un jardín de pasto e ingresó al establecimiento, siguió por el pasillo hasta el aula de su hija. Observó algo extraño al entrar, algunas madres estaban afuera y en la sala se hallaban otros adultos. La profesora, una mujer joven, de acercó a ella.

—Comisario Granger, ¡qué bueno que vino! Su hija ha estado diciendo que su padre vendrá hoy para la presentación...

—¿Hoy es la presentación? Tenía entendido que sería el día viernes.

—No, se cambió para hoy. Lo que pasa, es que el viernes pasado les avisamos que se adelantaba porque, según meteorología, entre mañana y el miércoles se pronostica nevadas fuertes para la zona de Manhattan, así que nuestro director ha cambiado la fecha de las vacaciones de fin de año. Yo lo siento mucho por Rose que tanto desea un padre...

—¿Y en qué momento le corresponde a Rose presentarlo?

—Bueno, luego de la niña que está hablando le correspondería a Rose.

—Bien, voy a entrar.

—Pero...

—Si no viene su padre, Rose me tiene a mí —Hermione entró y buscó con la mirada a su hija, la que le hizo una señal desde uno de los asientos del fondo.

—Avísale a tu padre que se apure —le susurró al oído a Rose, mientras se acomodaba al lado de su hija. La niña movió su cabeza afirmativamente y cerró los ojos un par de segundos.

—Listo, ya le dije.

—Bien —se concentraron en la compañerita de Rose que había presentado a su padre y en ese momento un hombre se puso de pie, saludando para luego decir un par de cosas relativas a su trabajo, qué hacía y cómo ayudaba a su hija con el colegio.

Hermione, miró al frente y vio a Blanche Anderson sentada junto a su esposo, un hombre mayor, obeso y calvo, que miraba para todos lados sin entender lo que estaba ocurriendo. La mujer sonrió mordazmente a Hermione y de inmediato le tomó la mano a su marido como diciendo: «Mira lo que tengo» Hermione solo sonrió. Ya estaba cansada de aquella mujer, lo mejor de todo, era que posiblemente esa fuera la última vez que la viera.

—Le damos las gracias a Mary y a su padre, Joseph Brown, por habernos contado algo de su vida —dijo la profesora, en tanto el grupo que estaba en la sala aplaudió—. Y bien, corresponde ahora presentar a Rose Malfoy, quien en esta oportunidad es acompañada por su madre, la comisario de Nueva York, Jean Granger.

Hermione se puso de pie y caminó con su hija tomada de la mano.

Antes de llegar al sector de la presentación, Draco ingresó al salón, con su elegancia de siempre, lo que provocó que muchas madres quedaran boquiabiertas.

—Rose, también viene con su padre —dijo Draco al ingresar. Hermione asintió complacida y le cedió su lugar.

—Es tu turno, entonces.

—Gracias —respondió él.

Blanche tenía los ojos tan abiertos que parecía que se saldrían sus órbitas. Ese era el hombre a quien ella había coqueteado en Tiffany's, y resultaba ser que era el marido de «la policía esa ».

Hermione se sentó en donde estaba antes, triunfante. Su hija tenía un padre y ella, un esposo, aquel hombre atractivo que estaba delante de todos.