Adolphson en el fondo del mar

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Estaba muy nervioso, por fin estaba sucediendo, me he estado  preparando tanto tiempo para esto y por fin va a suceder.

-¡Joseph, todo listo!- esa es mi señal. Termine de colocar mi ropa, una camisa térmica con un suéter y unos simples pantalones de la marina. Camine junto el Coronel William mientras el me daba varios consejos y precauciones, recordándome mi misión e instrucciones. Pero mi mente estaba tan ocupada entre el miedo, y la angustia al pensar en mis probabilidades de regresar vivo de esta misión que no prestaba atención a sus palabras. No quería que mi miedo fuera tan evidente pero estaba sudando y mis piernas se hacían cada vez más débiles a cada paso.

Estábamos en un barco en territorio Filipino, abordo de un barco de la marina de Inglaterra Podía ver como los tripulantes, oceanógrafos e ingenieros caminaban de lado a lado por toda la superficie del navío. El estrés y diferentes emociones se mezclaban en el ambiente, era cuestión de menos de diez minutos para comenzar una de las mejores investigaciones científicas y todo el peso de estos últimos cinco años de preparación recaían sobre mí, o mejor dicho, sobre el coronel de la marina Joseph Adolphson, soy de los coroneles más jóvenes de la marina de Inglaterra se adentrará a la Fosa de Filipinas a 10545 metros de profundidad para recolectar pruebas, fotos e información de las profundidades de este ignoto lugar.

Por fin llegue al submarino, después de un par de pruebas de inmersión, esta sería la definitiva a donde llegaría a lo más profundo completamente solo. Los ingenieros terminaron de revisar el submarino de siete metros de ancho, todos estaban en sus puestos mientras la mayoría de los coroneles y comandantes estaban alrededor de la nave para contemplar la inmersión.

- Mucha suerte Coronel- dijo el sargento estrechándome la mano, el resto hizo el típico saludo militar de protocolo hacia mi y hacia la bandera de Inglaterra. Me adentre en la pequeña cápsula donde pasaría varias horas probablemente, mire hacia el sol por lo que a mi parecer seria la ultima vez si algo sale mal.

Ya dentro me senté en la acolchada silla, tenía un espacio muy pequeño de casi dos metros cúbicos, mí silla ocupaba la mitad del espacio, la otra mitad la ocupaba todas las cámaras, pantallas, controles, etc. Explore con la mirada toda la cápsula, los conductos por donde pasaba el oxígeno e identificaba cada botón, hasta que el sonido del submarino siendo sellado llamó mi atención, para un par de minutos después sentir como la grúa me levantaba y me depositaba en el agua, después de dar la orden de liberación al la torre de control del barco de la superficie. El submarino tomó una posición vertical para comenzar a descender, podía ver por las pantallas todo lo que sucedía en el exterior, sentí como descendía bastante rápido mientras miraba el reloj de una de las pantallas llevaba dos minutos descendiendo y en el medidor de profundidad que indicaba que ya me encontraba a 300 metros de la superficie, "Ya no hay vuelta atrás" fue lo único que pensé, estaba muy tenso, miraba en las pantallas el medidor de profundidad y el de presión, todo estaba en orden por ahora, la superficie se comunicaba conmigo cada minuto para saber acerca de mi estado, a partir de los 500 metros comencé a grabar con cámaras de 360 grados que estaban incorporadas en el submarino, encendí las linternas y cámaras de visión nocturna ya que cada vez estaba mas oscuro.

Llevaba 15 minutos de trayecto y estaba a 1345 metros de profundidad, todavía se encontraban animales marinos, sobre todo ballenas y peces mas grandes, algunos que otros pequeños que se acercaban a la luz, estaba un poco más aliviado, no tenía ningún percance por el momento y todo funcionaba de maravilla, me encargaba de notificar a las superficie información y algún detalle sobre lo que podía ver a través de las cámaras.

Habían pasado 40 minutos, mis piernas estaban un poco adoloridas por el poco espacio que tenía, la presión estaba reduciendo el submarino, según los datos reflejada en la pantalla ya había menguado cuatro centímetros, ya que la presión distorsionaba el fuerte metal, estaba a cinco mil metros, había mucho silencio y escaseaban los animales marinos y las plantas acuáticas. Seis mil, siete mil, ocho mil metros de profundidad, en algo más de hora y media. Mire el reloj y la hora de la última comunicación con la superficie que durante todo el trayecto se estuvo comunicando cada cinco o diez minutos, pero ya habían pasado quince sin ningún mensaje.

- Coronel Adolphson, ¿me copian? cambio- solté el interruptor y espero treinta segundos que es lo usual que tarda la respuesta, pero nadie respondía. - Coronel Adolphson, interior del submarino, superficie ¿me copian? cambio- pero seguía sin respuesta al igual que las otros tres intentos restantes.

Comencé a preocuparme al darme cuenta de que había perdido la comunicación con la superficie. Estaba extremadamente solo, a miles de metros de profundidades en el océano, en una situación muy peligrosa. Seguí descendiendo, concentrado en los niveles de presión realmente altos, la temperatura que era considerablemente baja y el medidor de profundidad que indicaba que me encontraba a sólo doscientos metros del final de la fosa.

Cambie los controles a neutro, y aterricé en el la profundidad de la fosa, flote lentamente hasta que estuve completamente en el suelo, ni siquiera se levantó una nube de tierra. "Lo logre" dije en un susurro para mi mismo soltando un suspiro de alivio, había llegado a mi meta por la que había trabajado por años, había cumplido mi sueño y logrado lo que muy pocas personas han hecho, la preocupación y el estrés se esfumó por unos segundo para que la felicidad los reemplazará. Seguí con el propósito científico de la misión y con un brazo mecánico comencé a recolectar muestras del lecho de la fosa, que cabe decir que está completamente desierto de cualquier signo de vida, solo arena y rocas. Mientras terminaba de almacenar las pruebas intentaba recuperar conexión con la superficie, estaba solo, completamente solo, en lo más remoto de la tierra,me sentía como el ser humano más solitario del planeta, totalmente aislado de la humanidad era realmente abrumador. Termine de recolectar todo lo necesario, me quedé un par de minutos apreciando el momento y asimilando la situación en la que me encontraba, lo que sucedió fue que unos sistemas hidráulicos explotaron de una manguera que estaba en el exterior y el combustible hidráulico salía en forma de burbujas, así que era hora de regresar. Solté cuatro pesas de cuatrocientos kilogramos para comenzar a ascender, el sumergible al perder peso y propulsandose comenzó a subir muy rápido, jamás me había movido a tanta velocidad, aunque la sensación no era igual al estar dentro de la cápsula, la presión deformo aún más el metal exterior del sumergible. De repente una luz parpadeante roja me avisa que hay un incendio en una de la hélices interiores, así que el fuego comenzaba a consumir mi oxigeno, si quemaba alguno de los cables interiores podía haber una fuga de gas tóxico dentro de mi cápsula lo que originaría mi muerte debido al poco espacio de la cápsula. Todavía me faltaban quinientos metros para alcanzar la superficie y ya no subía a la misma velocidad, tenía dos minutos para salir de ahí aproximadamente, no tenía comunicación con la superficie, estaba solo en el océano y nadie podía ayudarme, mi cabeza dejo de pensar bien, el pánico se apoderó de mí, el fuego consumía mis bombonas de oxígeno y estaba a centímetro de quemar los aislantes de gases tóxicos que estaban conectados a mi cápsula, una de mis hélices rota, mi tiempo de vida era muy escaso.

-Aquí el Coronel Adolphson, ¡emergencia!, repito, ¡emergencia!, cambio- no ocurría nada, no tenia señal. Me di cuenta que estaba cincuenta metros de la superficie, empezaba a marearme por la falta de oxígeno y un olor raro comenzaba a entrar a la cápsula. En medio de mi ataque de pánico, recordé unas palabras que me dijo el Coronel William antes de entrar al submarino "en caso de extrema emergencia, recuerda que puedes separar la cápsula del submarino para que esta salga disparada del submarino, solo recuerda apretar el botón rojo de emergencia que está debajo del panel de los controles". Rápidamente mire donde él me había dicho, y efectivamente ahí estaba el botón sin pensarlo dos veces abrí la tapa de plástico que lo protegía y lo presione, las rejillas de ventilación se cerraron y de un fuerte estruendo, una puerta se abrió y salió la cápsula disparada. Yo estaba medio inconsciente debido a la falta de oxígeno y los gases tóxicos. Estaba a tan solo doce metros de la superficie, la capsula se comenzaba a sumergir de nuevo debido al peso, con las fuerzas que me quedaban me quite de los zapatos, abrí la primera compuerta de salida, estaba demasiado mareado y ya no tenía aire casi, tome el poco oxigeno que me quedaba y abrí la segundo compuerta. El agua comenzó a entrar pero rápidamente salí y con todas mis fuerzas salí nadando hacia la superficie, viendo cada vez más cerca la luz del del sol. Logré salir a la superficie y volver a respirar, nadie podía ayudarme, nadie sabía que había salido del submarino o si continuaba vivo, así que solo me quede tranquilamente flotando de el agua acostado en el agua. No se cuanto tiempo pasó, hasta que un helicóptero me encontró, no tenía fuerzas para seguir nadando, mis pulmones y corazón estaban muy débiles, estaba seguro que era cuestión de segundos para que me desmayara. El helicóptero me rescato, y ahora viajábamos de regreso al barco de la marina mientras me atendía un enfermero en el helicóptero.

- Misión cumplida, el Coronel Adolphson está a salvo después de llegar a las profundidades de la Fosa de Filipinas, cambio-

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