Estar enfermo en vacaciones de invierno es lo peor, tal vez no debí salir a jugar con la nieve sin una chaqueta, mi madre me lo advirtió el día que nos mudamos a Alemania, pero tenía muchas ganas de jugar en la nieve, aunque juegue solo, todavía no tengo amigos pues no he aprendido a hablar alemán.
Llevaba todo el día en la cama, mirando como la nieve caía por la ventana, de vez en cuando venía mi madre a tomar mi temperatura o mi padre a leerme algún libro favorito de su infancia y a mis clases diarias de alemán. Mientras caía la noche, me quedé unos minutos observando el crepúsculo desde mi empañada ventana, empezaba a quedarme dormido sobre el marco de la ventana, cuando una luz amarillenta llamó mi atención, levanté la mirada y descubrí que la luz venía de la ventana del último piso de la casa de mi vecino de enfrente. Por la ventana pude ver a mi vecino caminar de un lado a otro de la habitación con frustración, al parecer gritándole a otra persona que supuestamente estaba ahí con él, nunca había visto a mi vecino en la corta semana que llevo en el pueblo, pero era un hombre que a pesar de la edad que aparentaba, daba miedo, era alto, ancho de hombros, una barba blanca al igual que su pelo, tenía las facciones faciales muy rígidas, su mirada era muy oscura y misteriosa. De repente la venta del la casa del vecino se rompió y por ella salió volando uno reloj plateado, regrese la mirada a la ventana se escuchó un grito y la anatomía del hombre cayó desplomada al suelo, un hombre vestido de negro salió corriendo de la casa y se perdió en la oscuridad de la noche. La sirena de la ambulancia comenzó a sonar a los minutos mientras yo me ponía una chaqueta para salir a ver qué había pasado y avisarle a mis padres. Corrí por el patio que separaba ambas casas,hasta que me tropecé con algo que estaba en la nieve, lo cogí del suelo y era el reloj que cayó por la ventana.
Lo observe por unos minutos, lo compare con el reloj de mi muñeca y vi que tenia mal la hora, con la manigueta intente mover las manecillas hasta que diera la hora correcta, al terminar me percate de que la sirenas ya no se escuchaban y no era de noche, estaba recién amaneciendo, estaban todos despertando, mi madre estaba en la cocina preparado el café y la casa de vecino rodeada de cinta policial. Al darme cuenta de que estaba en el futuro y que también podía viajar al pasado, regrese exactamente a la hora de asesinato de mi vecino para intentar detenerlo, entre a mi casa a escondidas y busqué el teléfono de la policía y esta llegó antes de que se ocasionará la tragedia. Regrese al presente, de vuelta en mi casa, mire por la venta y mi vecino estaba sentado en su sala bebiendo té con el reloj en la mano, levantó la mirada y al percatarse de mi, me dedicó una sonrisa y susurro un "gracias" en alemán.
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Pequeñas Historias
Historia CortaOne Shot, de historias o cuentos cortos de diferentes géneros.