CAPITULO 1

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- Cariño despierta...- No hay respuesta.- Venga vas a llegar tarde y no quieres llega tarde el primer día, ¿no?- dice mi madre dulcemente. La noche anterior no logré conciliar el sueño por los nervios del primer día de clases, como de costumbre.

Hace un año mi madre me trasladó a un  nuevo instituto para poder cursar el segundo curso de bachillerato. Para mi suerte, mis amigas viven en la misma zona que yo, por lo tanto pudimos entrar todas en el mismo instituto, el instituto Holland de este, no tan pequeño, pueblo situado en las afueras de la ciudad. Estaba lo que viene siendo un poco alejado de todo, la ciudad mas cercana estaba a varios kilómetros y teníamos una gran costa que rodeaba la parte sur del pueblo. 

- ¿Es necesario ir, mamá? Sabes que el primer día no se suele dar clase, simplemente nos repartirán los horarios y darán una conferencia para los nuevos alumnos, no necesito nada de eso.- digo sin apenas ganas.

-Oh, ¿Enserio quieres perderte esa fantástica charla de nuevos alumnos? Mmm...- dice con una mueca divertida en su rostro.- Suena muy emocionante.- Ambas empezamos a reírnos y me intento incorporar apoyando la espalda en el cabecera de mi cama.- Venga, quiero verte abajo vestida y arreglada en diez minutos señorita.- dicho esto se levanta y se dirige a la puerta, no sin antes haber arrastrado la mitad de la sabana consigo.

- A sus órdenes mi capitana.- digo haciendo un gesto de militar con mi mano. En cuanto me incorporo como el movil para ver que hora era y para mi desgracia esta conversación de madre a hija ha llevado mas de cinco minutos al parecer, así que solo me quedan veinte minutos para llegar a clase con tiempo. 

Rápido voy hacia el armario y como unos pantalones pitillo de color azul desgastado y una camiseta estilo beisbolera gris hace con las mangas y cuello en negro. Me miro por primera vez en la mañana al espejo y veo mi reflejo en él. Estas ultimas semanas han sido un poco caóticas y rostro es el reflejo de ello. Mi cara, uno o dos tonos más pálida de lo normal, está enmarcada por unas ojeras que hunden la parte de abajo de mis ojos. Si te acercas más puedes ver unas claras pecas por la parte de mi nariz y pómulos. A decir verdad, no me había percatado de ellas hasta hace poco. Como tengo la cara un poco apagada decido hecharme un poco de corrector para las ojeras y un poco de mascara de pestañas. No suelo hecharle mucho más, mis labios son gruesos y bastante rojos ya que no paro de mordérmelos y en mis mejillas solo hace falta frotarlas un poco para que adopten un tono rosado. 

Cuando me vuelvo para verme en el espejo sigo viendo el agotamiento en mi cara, pero al menos está mas decente. Compruebo de nuevo la hora y salgo corriendo a la cocina con la mochila cargada sobe un hombro para coger el zumo que me ha hecho mi madre y bebérmelo a toda prisa con cuidado de no atragantarme. Acto seguido, busco mis converse blancas, aunque bastante usadas, y ponérmelas.

- Adiós mamá te quiero.- digo abriendo la puerta de mi casa.

- ¿Ya te vas? ¿Sin peinarte?.- dice riéndose.- Anda toma.- dicho eso me lanza el cepillo del pelo.

-Gracias- digo alargando la "s"  final mientras me cepillo el pelo. A decir verdad no es un pelo que necesitase de mucha mano de peluquería. Es de un color muy negro y liso con las puntas onduladas. Como no requiere de secadores ni planchas esta muy bien cuidado así que me puedo permitir tenerlo por la altura de las costillas.

Hecho esto, me dispongo a salir por la puerta para empezar este "maravilloso" primer día de instituto.

La pequeña plaza que hay justo en frente del instituto estaba llena de chicos y chicas hablando de como les habían ido las vacaciones. Aquel lugar esta completamente abarrotado de muchachos por lo que no puedo distinguir a mis amigas entre la multitud. Justo cuando decido caminar hacia un banco libre oigo unas voces llamándome a mis espaldas.

-¡Alison! Alison espera.

-Por fin apareceis, ¿no era yo la que siempre llegaba tarde?- digo al mismo tiempo que abrazo a Brooke.

-Oye, ¿has visto a Zoe?- pregunta ignorando mi comentario anterior.

-Em... No, creo que no. Pero será mejor que entremos ya y la esperemos dentro.- le propongo.

Todo estaba igual que el ultimo día, filas y filas de interminables casilleros, todos del mismo color azul metálico. Al final del pasillo había una escalera central que se subdividía en dos para llegar a la segunda planta, aunque no era el único modo para llegar allí, había varias escaleras auxiliares que daban a ciertas aulas, como para el laboratorio o el taller, en el sótano. Cerca de las escaleras principales estaban las puertas que daban salida a la campus. 

《REGRESSSION》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora