Synchrony.

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(Lauren g!p)

Camila

No podía creer que mi novio me hubiese engañado. Peor aún, no podía creer que no me estuviese ofendiendo siquiera un poquito.

Me sentía libre de cualquier compromiso con él. Al contrario de lo que creí, con esto pude darme cuenta de lo idiota que siempre fue. Ya lo sabía, pero no podía predicar sin tener pruebas, y gracias a Diosito, estoy aquí, terminando con él y rompiendo todo vínculo que tuviesen mis padres con su dinero y ese tonto matrimonio.

— P-pero, Camila...

— Ya basta, Alessandro, no me vengas con excusas ridículas y déjalo así. —Tomé una gran respiración, él seguía mirándome asustado. Cobarde, ni siquiera podía chocar sus ojos con los míos sin temblar pero bien que mientras se la metía le contaba cómo yo no estaba tan preciosa como ella y sus grandes tetas operadas. Asco.— El tema se acaba aquí. Si cuando cuente tres sigues aquí, prometo quemar toda tu ropa.

Qué materialista suena eso pero él era así. Más fan de la ropa y del dinero que de su novia.

— Camila...

— Uno.

Su ojos se abrieron grandemente cuando supo que hablaba completamente en serio, y quise reír. Por supuesto que no lo hice, pero quería, sentía esa risilla casi comprimida en el pecho.

Tal y como pensé, en menos de dos segundos mi casa estaba vacía.

Puedo decir felizmente que la estoy pasando mejor que nunca. Primero, estuve horas en la bañera hasta casi quedar arrugada, luego vi más series de las que he visto en toda mi vida, y después me digiturbé porque estaba aburrida y no sabía qué hacer. Los orgasmos fueron asombrosos, y eso me hizo pensar en cómo Alessandro podía quejarse de mis tetas pequeñas si a él con frío o sin frío se le veía igual y duraba menos cada vez. En mi memoria no existe ni un solo orgasmo que me haya regalado.

Ahora me encontraba acostada en el sofá, preguntándome qué debería hacer. Las contracciones musculares por culpa del hambre sólo me hacían querer comer y comer como una cerda. Me levanté rápidamente y salí directo a la tiendita que estaba a unos minutos de mi casa. Ni idea de si había cena, pero era mejor prevenir que lamentar. Así era el dicho, ¿verdad?

Estaba abierto. Terminé con mi novio y ahora tendré comida, ¿por qué debo ser tan suertuda?

La campanita que hacía la puerta al abrirse hizo que la tipa que atendía levantase la cabeza. Definitivamente era nueva porque nunca la había visto.

— Hola, soy Lauren, buenas tardes.

Sonreí en su dirección.— Buenas tardes.

Tomé por inercia unas bolsas de dulces, patatas, bebidas, y todo lo que se me pasase por la cabeza como si fuera una embarazada con antojos, y volví a ella.

— Creí que era la única que comía como cerdo. —Suspiró como si realmente estuviese aliviada y yo reí ante su comentario confianzudo. 

Mientras sacaba el precio de las compras, la miré detenidamente y le sonreí. Qué preciosa. Deberían tener más empleados como ella, de mi tipo, yo sería feliz. Así más que dispuesta gasto mi dinero comprando todos los días, sin falta.

●●●

Llevaba dos semanas de soltería y me sentía como nueva, hasta podría decir que me puse más buena. Sí, puedo hacer maravillas en dos semamas.

Hoy día había pensado ir al gimnasio con Dinah y Normani sólo porque, a pesar de tener un buen cuerpo, no tenía resistencia para un trote de dos minutos. Eso me preocupaba bastante.

Camren One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora