Con una opresión en el pecho abrió los ojos, firme se sentó en la cama observando a su alrededor. Las cortinas seguían cerradas, pero un pequeño haz de luz del sol se filtraba dando así poca iluminación a la habitación permitiéndole ver que solo había una cama donde él estaba acostado, una mesa de luz y un pequeño closet.
Con cansancio, James pasó su mano sana por su cabello largo, lanzando a la vez un suspiro. Había tenido un sueño, por fin después de meses de tener solo pesadillas, pero esta vez no fue cualquier sueño, había soñado exactamente con su madre. Cuando era niño antes de ir a dormir le pedía a su madre que le contara alguna historia y justamente eso fue lo que soñó.
Volvió a acostarse pensando en ella, en lo mucho que le extrañaba y el dolor de no volver a verla, pues la mujer castaña murió hace unos años atrás mientras él estaba en su entrenamiento en el ejército.
Lanzó otro suspiro a la soledad de su habitación, que ingenuo había sido cuando se enlisto en el ejército, pensó que con ello podía ayudarla a su madre con el tratamiento para su enfermedad y a la vez convertirse en un héroe. Si solo fue un ingenuo pues lo único que trajo consigo esa mala decisión fue el no haber podido despedirse de su madre, pesadillas todas las noches, sus manos manchadas de sangres y una lesión en todo su brazo izquierdo adornada de una espantosa cicatriz de por vida.
Cansado decidió levantarse al fin y salir del cuarto, con una camisa manga larga y unos pantalones de pijama salió para caminar directo hacia la cocina donde estaban sus amigos. Después de sobrevivir a un atentado lo mandaron de regreso a casa, pero como aún necesitaba recuperarse Steve le invitó a quedarse en su casa hasta que se recuperara por completo, algo que no ocurrió.
-Buenas tardes.- les saludó a su rubio amigo y a su esposa, Peggy Rogers.
Ambos le devolvieron el saludo con una sonrisa, la pareja era tan feliz que a veces James los envidiaba un poco. Su amigo Steve Rogers se había casado con una mujer hermosa y de fuerte carácter, además la castaña esperaba el primer hijo del rubio.
Sin decir más palabras tomó de la heladera la botella de leche para luego servirse un vaso, todo ante la atenta y preocupada mirada de la pareja. Se sentó en la mesa mientras sus amigos tomaban té, Peggy le lanzó una mirada a su esposo invitándolo a hablar, este con un asentimiento miró a su mejor amigo.
-Hoy es la gran final de la NBA.-empezó atrayendo la atención del ojiazul.- Con Sam pensábamos ir a verlo en algún bar cerca del centro de Nueva York.
El ex sargento Barnes torció la boca, era una clara invitación a que él también fuera, pero desde que regresó de la guerra las ciudades con mucha gente lo incomodaban, aún más los lugares cerrados como bares, clubs, etc.
-Vamos, tomaremos unas cervezas y comeremos pizza.- el rubio lo miró esperando una respuesta positiva.
Ya lo había hablado con su esposa, ambos estaban preocupados por la depresión de su amigo. Habían intentado todo, desde que hablara de lo ocurrido con ellos hasta insistirle a que asista a una psiquiatra pero este se negó.
-Está bien.- respondió en un murmullo, rechazar la invitación no era una opción por más que quisiera no podía, sus amigos se esforzaban tanto en ayudarlo que mínimo tendría que hacer el intento una vez para ellos.
_*_
Y ahí estaban los tres, Sam Wilson, Steve Roger y él, James Barnes, entrando a un bar mientras el cielo se tornaba naranja. Apenas entraron el paisaje de los rascacielos y el cielo pintado de colores cálidos quedó atrás dando paso a la típica escena de un bar atestado de hombres y alguna que otra mujer, todos pendientes del gran televisor de plasma donde transmitían el preludio del gran partido.
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The way to you - WinterIron
FanficLuego de ser herido gravemente en Afganistán, James Barnes regresa para vivir junto con sus amigos mientras se recupera. Lo que serian unos meses, se convierte en un año donde el ahora "veterano de guerra" entra en una difícil depresión. Hasta que...