Libro 1

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Capitulo 6

Karla esperó a que Lauren se quedara dormida. Tenía la cabeza ladeada y hacia el lado izquierdo, de forma que podía ver su angelical rostro impertubable y sentía un cosquilleo en el estómago al pensar en el beso que le había dado hacía un rato. León estaba despierto y la miraba con la cabeza entre las patas delanteras, reclamando que lo sacara de ese coche.

- Vamos, chico. -Le susurró abriendo la puerta trasera para pasear con él cerca de ahí y que respirara aire fresco. Caminaba con su bestia negra de un lado a otro, respirando del venenoso humo de su cigarrillo. -No sé qué hacer ahora, León. Me ha besado, ¿tú lo has visto? -Bufó apoyándose contra la pared de ladrillo y miró a su compañero. -Tengo que tener presente por qué ha pasado todo esto. Le abrí la puerta , maté al cerrajero y me fui de Nueva York solo por salvarla. Ahora tengo que ponerla a salvo definitivamente. Si me cargo a su padre la dejaré sola en algún país que no es el suyo. Creo que sé lo que debería hacer, pero no estoy del todo segura. Voy a llamar a Joe y voy a empezar a hacer algo, aunque no sepa exactamente cómo va a acabar todo esto. -Karla sacó su teléfono móvil y llamó a Joe.

-Son las dos de la mañana, ¿qué quieres? Espero que sea para los pasajes de México.

-Necesito una habitación durante un tiempo indefinido.

-Karla, vas con la mocosa más buscada del país, ¿a quién vas a pedirle una habitación?

-A ti, joder, a ti. ¿No hay nada que puedas conseguir?

-Sí, hay alguien, pero no será barato y no será cerca de aquí. Está a cincuenta kilómetros al norte. Están a diez grados bajo cero ahí.

-No importa. Mueve tus hilos y llámame.

Lauren se despertó al sentir movimiento bajo su cuerpo. Abrió los ojos y una luz muy blanca le hirió las pupilas. Tardó más de lo debido en darse cuenta que seguía dentro del coche y Karla estaba a su lado conduciendo, pero es que no comía nada desde hacía un día, seguía sucia y aunque dormía estaba cansada. Huir no era como se lo imaginaba. Tenía frío y comenzaba a temblar.

-¿A dónde vamos?

-A un lugar en el que podemos quedarnos por ahora, podremos bañarnos y comer.

-¿Vamos a una casa?

-Es bueno que seas tan optimista. -Sonrió Karla. -Porque no sé hasta cuándo nos quedaremos allí. -Lauren también sonrió.

-Gracias por todo lo que estás haciendo por mí, Karla. -Le dijo antes de recostar la cabeza sobre el asiento para contemplar el camino a través de la ventanilla.

-Me llamo Camila. -Le dijo. Lauren se volteó hacia ella lentamente, intentando saber si se había imaginado aquellas palabras o si realmente las había dicho. Sonrió al saber que sí. Estaba empezando a confiar en ella, y eso significaba que su plan funcionaba, estaba muy cerca de salvar a su padre.

Era efectivamente un lugar frío, tenía solo una ventana por la que no entraba casi luz y que además tenía barrotes. Había humedad en las paredes y no había más que una sucia cocina, un diminuto salón y un tétrico dormitorio en el que las sábanas parecían fabricadas por la abuela de Jesucristo. Karla no había pagado un precio tan alto por aquello, el precio lo había pagado por el silencio de su dueño. Lauren no se atrevía a entrar, se sentía tan mal entre esas paredes que hubiera preferido seguir durmiendo en el coche.

-Siento no haber conseguido nada mejor. -Camila estaba avergonzada de llevar a Lauren a un lugar tan vulgar.

-No te preocupes. -Sonrió ella. Lo único que deseaba era una ducha, pero no podía volverse a poner esa asquerosa ropa después del baño. -Creo que iré a ducharme.

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⏰ Última actualización: Nov 15, 2018 ⏰

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